Una clase social no va a detentar el poder hasta que no sepa gestionar para un nosotros El Presidente aludió a las dificultades resultantes del capitalismo mundial y al fracaso de algunas de sus alternativas. Al tiempo, reivindicó soluciones concretas que se implementan en nuestro país como las empresas recuperadas y el acceso a la tierra a través de Colonización como forma de hacer socialismo. Hizo énfasis en que “saber gestionar para un nosotros” es decisivo para que una clase detente el verdadero poder. En su audición radial por M24, el Presidente de la República, José Mujica, se refirió a un tema que si bien está “en el fondo de nuestra época”, por tantos comentarios de coyuntura, es necesario “revolver y sacarlo a la superficie”. “Siempre pensé que la especie humana por su naturaleza y conformación tiene la capacidad de crear, con esfuerzo, un mundo mejor, como no hemos tenido; sin odio, sin guerras, sin injusticias tan abismales como padecemos hoy en un mundo lleno de riqueza, tecnología, capital y miseria”, relató Mujica. Aclaró que no se trata de una utopía inalcanzable, pero tampoco un conjunto de recetas ideológicas “que se dan el lujo de desentenderse de la honda realidad que tienen las clases sociales, con sus contradicciones”. Recordó que hace 150 años que la humanidad intenta encontrar caminos que superen el “egoísmo flagrante” que encierre, en todas sus relaciones, el capitalismo. Aclaró que no se puede negar la energía creadora que desplegó por el mundo, pero “no nos podemos poner una venda y no ver las injusticias que encierra”. Dijo que se intentó de todo, “lo más flagrante y fenomenal fue estatizarlo prácticamente todo, confundiendo el concepto de estatizar con el de socializar. Se terminó creando una legión de burócratas administradores, fenómeno que fue congelando la posibilidad de crecimiento productivo y terminó paralizando el objetivo de cualquier producción desde lo social, que es repartir”. En ese largo proceso, los trabajadores nada tenían que ver con las decisiones. “Se acostumbraron a una actitud muy humana, la pasividad vegetativa, a no hacer olas, ganar en seguridad, durar en el tiempo, no asumir riesgos ni comprometerse demasiado”, lo que derivó en que los mejores sueños y enormes sacrificios de, al menos dos generaciones, “se incineraran en el altar del poder de la burocracia. Se sacrificó la vida. Un par de generaciones tuvieron que pasarla muy mal, pagando el precio del intento de construir un mundo mejor. En el fondo fue para poco, algunos dirán, para nada”. Recordó que este desmoronamiento trajo “un atroz capitalismo que hizo trizas las ideas de igualdad del socialismo real. Mujica dijo que de esto se aprendió mucho, “al menos tenemos claro lo que no hay que hacer”. En este sentido, aseguró que es necesario luchar en dos frentes en forma paralela: la mejora material, de lucha inmediata, lo que supone no despreciar ni usar a nadie, “tratar que los inevitables antagonismos e intereses que tienen clases distintas no paralicen el desarrollo material y humano de nuestro pueblo”. En cuanto a la segunda posición, dijo que la lucha por mejores ingresos y mejor distribución es por dignidad. “No es ni será nunca equivalente a socialismo, es falsa esa afirmación”. Dijo que esta lucha por dignidad no supone un cambio de sistema. “El cambio de sistema está más ligado a los fenómenos de la propiedad y a la gestión concreta de la vida económica y productiva de la sociedad. Una clase social no puede detentar el poder hasta que no sepa gestionar, y para eso hay mucho que aprender y ensayar. Se necesita la sumatoria de otra cultura, porque si se cambia de sistema se trata de no gestionar para mí, sino para nosotros”, argumentó. Dijo que una potencial vía de hacer socialismo “hoy, acá y con los pies en la tierra” son las empresas recuperadas, donde un equipo humano trabaja comprometido y “se mete en el mundo en forma colectiva a hacer andar una empresa, no para tener peones, sino para multiplicar las oportunidades para otros trabajadores”. Aludió a otros frentes, como la lucha por mejorar el Estado y llevar el compromiso de los trabajadores a la gestión de este, porque una nación necesita de un Estado vigoroso, lo que requiere un cambio de cultura. También reseñó el tema del acceso a la tierra, y la labor del Instituto Nacional de Colonización. “La familia instalada con buenos recursos y funcionando con un espíritu colectivo es capaz de hacer muchísimo en el mundo de hoy”, recalcó. “La realidad la tenemos en el país, alcanza con detenerse a mirarla. La cuestión es no parar la máquina productiva, tomarse tiempo, ir mirando, no desatar aventuras que lleven a que la gente termine pasando hambre. No hay ninguna receta definitiva, ni logro explosivo. No creemos en otra cosa que no sea la acumulación sistemática y el trabajo sistemático, y evitar los sacrificios humanos inútiles al extremo. Algo deberíamos aprender de la historia humana”, concluyó.
Posted on: Fri, 18 Oct 2013 00:53:09 +0000