Veo la necesidad apremiante en la clase política mexicana de que se nutran de conocimientos históricos referentes a la moral, a la ética y al civismo; pues gracias a la nula aplicación de estos por parte de ésta clase, el resto de los mexicanos vivimos sometidos por la corrupción, la inseguridad y la miseria; y que aunque somos la mayoría, no hemos podido recomponer el camino, no hemos podido la mayoría, someter a ésta clase política tan descompuesta; para que trabajen a favor de esas necesidades inaplazables que se requieren en el país. Y no lo hemos podido lograr, porque un gran número de mexicanos vivimos en el conformismo, el paternalismo, la indiferencia y el desconocimiento de nuestros derechos como ciudadanos mexicanos. Cuando manifiesto que la clase política mexicana requiere de conocimientos históricos referentes a la moral, a la ética y al civismo; es porque su desempeño a dejado mucho que desear y deja entrever que carecen de lo antes citado; y que requieren urgentemente de empezar a leer libros que los nutran de sapiencia y que les permita confrontar los ideales de aquellos políticos que han marcado la historia, y que verdaderamente han contribuido en el desarrollo histórico, político, social, económico, cultural y educativo del país; con el desempeño que ellos tienen como clase política en la actualidad, porque estoy casi segura que la lectura no es su fuerte, es más, en algunos de ellos el tartamudeo los delata al momento de leer un discurso, lamentable situación y más lamentable que se dé, en quienes nos representan a nivel nacional, estatal o municipal y quienes se supone además, debieran ser hombres y mujeres destacados, intelectualmente hablando. A continuación, citó parte de un texto Biográfico de Don Benito Juárez donde describe la clase de moral que este brillante hombre tenía, espero lo disfruten. La hija de Don Benito, Felicitas se había casado con el español Delfín Sánchez, un hombre acomodado. Muy pronto se convirtió en el principal contratista del Ministerio de Guerra, junto con su hermano José. Por Don Guillermo Prieto sabemos que: Juárez, en el trato familiar, era dulcísimo, cultivaba los afectos íntimos, su placer era servir a los demás, cuidando de borrar el descontento hasta en el último sirviente; reía oportuno. Jamás le oí difamar a nadie, y en cuanto a modestia, no he conocido a nadie que le fuera superior. Durante su vida Juárez siempre fue respetuoso de la ley, en lo familiar nunca permitió que se violara la ley al abrigo del alto cargo que desempeñaba. En una ocasión, un juez fue a la casa donde vivía el matrimonio para hacer ciertas diligencias. Delfín el yerno, lo injurió y lo golpeó; luego lo corrió de la casa. El juez, de acuerdo con la ley, ordenó que lo aprensaran y habló con el presidente Juárez dándole parte de la falta cometida por su yerno. -¿Qué providencias ha tomado usted?, le preguntó don Benito. -He mandado aprehender al señor don Delfin Sánchez y espero que a estas horas se hay cumplido la orden. -Está bien, repuso don Benito. Veo con gusto que es usted digno del puesto que ocupa. Momentos después se presento desolada la esposa del señor Sánchez, rogando a su padre que interpusiese su alta influencia para que se devolviese inmediatamente la libertad al detenido. Juárez oyó tranquilamente a su hija, y cuando concluyó de hablar le contestó:-“Imposible es complacerte; la ley me lo prohíbe. Tu marido a cometido una falta y preciso es que sufra el castigo consiguiente. Yo y todos los míos somos los que estamos más obligados a dar el ejemplo de respeto a la ley, y los que debemos ser más severamente castigados por el desacato a esa misma ley. Y el señor Sánchez fue sometido a juicio, el que se siguió por todos sus trámites hasta ser visto y fallado en jurado.
Posted on: Mon, 24 Jun 2013 21:19:38 +0000
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