Y por fin lo que tanto temía, lo que por mucho tiempo trate de olvidar, pero siempre fue en vano, LOS JUEGOS DEL HAMBRE, llegaban una vez mas a mi, como un baldazo de agua fría, y en el peor momento de mi vida. La cosecha seria pronto, y mas valía que me vistiera, use el vestido azul que mi madre me había regalado aquella vez, todo parecía tan igual, solo que esta vez ya no estaba Prim a mi lado, y me alegra que no lo estuviera, no merecía vivir esta angustia de nuevo. Me calce con aquellas zapatillas blancas y desgastadas, todo parecía terroríficamente igual a aquel día, las piernas me temblaban cada vez que intentaba caminar, la hora llego ya no podía salir corriendo al bosque y ocultarme ahí hasta que todo terminara, si lo hacia el capitolio tomaría represalias contra mi familia, contra mis hijos, contra Peeta. Salí de casa armada de valor rumbo a la plaza, donde cada año se celebraban las cosechas, me forme en mi lugar de siempre, junto con las demás chicas del distrito, algunas conocidas, otras que no había visto antes, en el lado de los varones, estaba Gale, Peeta y los demás chicos del distrito, los mire sin expresión alguna en mi cara, todo era tan injusto, no podía creer que me volvería a encontrar ante esta situación. De repente Effie subió al escenario, llevaba una peluca color naranja chillón, y un perfecto y pulido traje naranja y blanco que le hacía juego con su ridícula peluca. –Este año ha habido un cambio de reglas- sentencio con su peculiar acento, todos en especial yo nos quedamos atónitos con su anuncio, ¿reglas más crueles? Supongo, es el estilo del capitolio, buscando ser más crueles para tenernos a todos bajo su dictadura. – este año, solo se elegirá a un tributo, sea hombre o mujer, haya vencido antes o no, al ganador se le recompensara con lo mismo que ya todos conocemos, fama, fortuna, y para su distrito, paquetes con comida cada mes a partir de que venzan QUE LA SUERTE ESTE SIEMPRE DE SU LADO- finalizó y mis ojos se abrieron tan grandes de la impresión, un solo tributo? ¿A que está jugando el capitolio esta vez?, mientras las palabras de Effie, resonaban en mi cabeza, se dirigió hacia la urna donde estaban montones de papelitos con mi nombre, con el nombre de Peeta y Gale, Effie se saco su guante de seda blanco y metió su delgada y adornada mano a la urna de cristal, miro con impotencia deseando no ser yo la elegida, Effie toma el papelito entre sus delgados dedos, se acerca al micrófono y abre el papelito, noto como se tensa, pero finalmente logra decir el nombre -y la afortunada en representar al distrito doce es nada más y nada menos que ¡KATNISS EVERDEEN! - ¿Katniss Everdeen? Realmente dijo mi nombre?, la muchedumbre me mira atónita, y yo apenas lo puedo creer, este año no se aceptan voluntarios por lo que Peeta mira con impotencia mi asenso al escenario, Effie e escolta hacia el micrófono, rogando que diga algo, pero no soy buena con las palabras, solo me dedico en mirar a Peeta, tal vez por última vez y le sonrió tristemente, en mi cabeza solo están los rostros de mis hijos, de él y sé que los cuidara bien, si es que no llego a volver. Effie me escolta hacia la alcaldía y me deja en un salón, diferente al de la vez pasada, me siento en uno de los sofás acolchados y espero, la puerta se abre y como si no pudiera soportar más Peeta e rodea con sus fuertes brazos ahogando el llanto en mi cuello, Dios! Con lo que odio que lloren, pero lo dejo, dejo que la humedad de sus lagrimas empapen mi hombro, quiero llenarme de él, de su aroma, de su piel antes de partir, se separa solo un poco para mirarme, y besarme los labios como solo él sabe hacerlo, con dulzura y pasión al mismo tiempo. –tu ganaras Katniss lo hiciste una vez, lo puedes hacer mil veces más- dice y mi corazón por primera vez se acelera – Peeta yo… -ganaras Katniss y te estaremos esperando con los brazos abiertos. Les prometiste una fiesta de cumpleaños a los gemelos, no puedes fallarles, ellos te necesitan, yo te necesito- -Peeta, prometo que hare todo lo que pueda para volver con ustedes, prometo que intentare ganar- sonríe y me da un beso en la frente, me abraza fuertemente y yo me dejo hundir en sus brazos una vez más, antes de que los agentes de la paz vengan a buscarlo y lo arranquen de mi. -Peeta cuida bien a los niños, yo volveré- y la puerta se cierra dejándome con un montón de palabras que no pude decirle, pero que él sabe de sobra. Confío en que Peeta comprenda, confío en que cuidara a nuestros hijos, aun así el miedo me invadía cada vez más, volver a a la arena, volver a enfrentarme a lo que más le temo, volver a revivir esas pesadillas, volver a donde iniciaron todos mis miedos, volver a luchar por mi vida. Luego de varias horas llegan por mí y me escoltan hacia el tren, ni si quiera e dejaron ver a mis hijos, y así partió el tren rumbo al capitolio, con mil recuerdos en mi mente, con mil palabras atoradas en la garganta y con mis brazos vacios sin mis hijos, pero volveré, venceré una vez más, por ellos, por mi familia.
Posted on: Fri, 05 Jul 2013 19:33:48 +0000
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