29 de Septiembre Domingo XXVI del tiempo ordinario Lc 16, - TopicsExpress



          

29 de Septiembre Domingo XXVI del tiempo ordinario Lc 16, 19-31 ROMPER LA INDIFERENCIA “Es inhumano encerrarnos en nuestra “sociedad del bienestar” ignorando totalmente esa otra “sociedad del malestar”. Es cruel seguir alimentando esa “secreta ilusión de inocencia” que nos permite vivir con la conciencia tranquila pensando que la culpa es de todos y es de nadie.” Había un hombre rico que se vestía de purpura y lino y banqueteaba espléndidamente cada día Y un mendigo llamado Lázaro estaba en su portal cubierto de llagas y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico Y estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno, y gritó Si no escuchan a Moisés y a los profetas no harán caso ni aunque resucite un muerto. ROMPER LA INDIFERENCIA Según Lucas, cuando Jesús gritó “no podéis servir a Dios y al dinero”, algunos fariseos que le estaban oyendo y eran amigos del dinero “se reían de él”. Jesús no se echa atrás. Al poco tiempo, narra una parábola desgarradora para que los que viven esclavos de la riqueza abran los ojos. Jesús describe en pocas palabras una situación sangrante. Un hombre rico y un mendigo pobre que viven próximos el uno del otro, están separados por el abismo que hay entre la vida de opulencia insultante del rico y la miseria extrema del pobre. El relato describe a los dos personajes destacando fuertemente el contraste entre ambos. El rico va vestido de púrpura y de lino finísimo, el cuerpo del pobre está cubierto de llagas. El rico banquetea espléndidamente no solo los días de fiesta sino a diario, el pobre está tirado en su portal, sin poder llevarse a la boca lo que cae de la mesa del rico. Sólo se acercan a lamer sus llagas los perros que vienen a buscar algo en la basura. No se habla en ningún momento de que el rico ha explotado al pobre o que lo ha maltratado o despreciado. Se diría que no ha hecho nada malo. Sin embargo, su vida entera es inhumana, pues solo vive para su propio bienestar. Su corazón es de piedra. Ignora totalmente al pobre. Lo tiene delante pero no lo ve. Está ahí mismo, enfermo, hambriento y abandonado, pero no es capaz de cruzar la puerta para hacerse cargo de él. No nos engañemos. Jesús no está denunciando solo la situación de la Galilea de los años treinta. Está tratando de sacudir la conciencia de quienes nos hemos acostumbrado a vivir en la abundancia teniendo junto a nuestro portal, a unas horas de vuelo, a pueblos enteros viviendo y muriendo en la miseria más absoluta. Es inhumano encerrarnos en nuestra “sociedad del bienestar” ignorando totalmente esa otra “sociedad del malestar”. Es cruel seguir alimentando esa “secreta ilusión de inocencia” que nos permite vivir con la conciencia tranquila pensando que la culpa es de todos y es de nadie. Nuestra primera tarea es romper la indiferencia. Resistirnos a seguir disfrutando de un bienestar vacío de compasión. No continuar aislándonos mentalmente para desplazar la miseria y el hambre que hay en el mundo hacia una lejanía abstracta, para poder así vivir sin oír ningún clamor, gemido o llanto. El Evangelio nos puede ayudar a vivir vigilantes, sin volvernos cada vez más insensibles a los sufrimientos de los abandonados, sin perder el sentido de la responsabilidad fraterna y sin permanecer pasivos cuando podemos actuar. José Antonio Pagola Había un hombre rico que se vestía de purpura y lino y banqueteaba espléndidamente cada día Y un mendigo llamado Lázaro estaba en su portal cubierto de llagas y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico Y estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno, y gritó Si no escuchan a Moisés y a los profetas no harán caso ni aunque resucite un muerto. “Había un hombre rico que se vestía de purpura y lino y banqueteaba espléndidamente cada día”. Esta parábola es una clase de teología dirigida a los que se dan de intachables ante la gente, pero Dios los conoce por dentro y le repugnan a Dios (v.15). Los fariseos, muy cumplidores de la Ley, pero amigos del dinero. (v.14) No se enumeran pecados del rico. Por lo visto no había robado, no había matado, y según los versículos previos era cumplidor de la Ley. El gran pecado que repugnaba a Dios era olvidarse del hambriento que mal vivía a su misma puerta. Es decir, su gran fallo era vivir muy bien sin hacer caso de los que junto a él vivían muy mal. ¿Europa y África? ¿El centro de la ciudad junto a los barrios miserables? ¿Casas muy bien instaladas junto a viviendas embargadas? ¿Países ricos junto a naciones hundidas? ¿Inmensos ricos que conviven con inmensos miserables? “Y un mendigo llamado Lázaro estaba en su portal cubierto de llagas y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico”. La fuerza narrativa de esta parábola la ha introducido como recurso fundamental en el mundo de la literatura o pintura. La clase de teología que imparte Jesús, fue dirigida a los fariseos devotos de la Ley, amigos del dinero, pero se ha convertido en una fotografía permanente y denunciadora para todos los sectores de la humanidad. En el mundo coexisten unos pocos ricos muy ricos que tienen a sus puertas multitud de Lázaros “Y estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno, y gritó” Esta sociedad la hacemos nosotros. Pero la sentencia la dará Dios. Dios no va aceptar esta realidad. Dios le dará la vuelta a la tortilla. Este es el mensaje. Pero ni ésta descripción ni cualquier otra de la biblia nos sirve para describir ningún infierno. Dante, el de la Divina Comedia, y multitud de sermones han demostrado su ignorancia y falta de preparación para leer y entender el lenguaje bíblico. “Si no escuchan a Moisés y a los profetas no harán caso ni aunque resucite un muerto”. Precisamente los fariseos se consideraban especialistas de la Ley (Moisés) y los profetas. Pero nunca llegaron a entenderlos. Entender a Dios y seguirle, incluso siendo especialista en Biblia, supone una limpieza de corazón que no la da ninguna academia. Luis Alemán Mur.
Posted on: Sun, 29 Sep 2013 04:44:48 +0000

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