. 999 . Instante cero. El hubiera dado la vida por poder hacerlo, - TopicsExpress



          

. 999 . Instante cero. El hubiera dado la vida por poder hacerlo, contarlo, describirlo, ser el centro de atención una vez más, era un capricho propio del sadismo, un tendencioso trago amargo, una cruel ironía, haber logrado hallar la verdad, la gran respuesta y la mejor de sus hazañas al mismo tiempo, de todos los hechos el ideal, un autentico hoyo en uno, pero forzado a ocultarlo en si mismo por siempre, sabiendo que nunca nadie, jamás, se enteraría. Sería un atípico despertar, de aquella oscuridad profunda que ningún recuerdo le permita y todo movimiento a su inerte cuerpo le negaba, donde y como nunca antes se había sentido, esa divagada sensación de estar en mil lugares a la vez. Nada le dolía, pero nada estaba bien, solo flotaba en su semi conciencia, ¿que era se preguntaba? aquello que se veía tan mal, tan lejano ten de afuera y desencajado de lo cotidiano, cuando sus ojos a penas se abrían lograban forzados percibir tan difuso y fuera de foco semejante sensación, olía a miedo, si a caso el miedo hiede a tormento, pero aún así, perdido en lo peligrosamente alarmante, no podía comprender, sería una fusión de lo positivo y lo negativo, se preguntaba, de hecho hacia segundos creyó haber estado muerto, sin embargo si estaba seguro, convencido de seguir en el reino mortal ¡ahora podía sentir que respiraba! Funcionaban, raro pero funcionaban sus pulmones, ¡una a favor! pensaba, aunque todo se percibiera diferente, como si de alguna manera, eso, lo que fuera, no estuviera sucediendo mientras sucedía. El mismo entorno del siniestro, aún siendo que no terminaba de recuperar la lucidez, shokeado, le describía la realidad que no quería asimilar, era el, era su cuerpo, eran sus heridas, los restos retorcidos de aquellos vehículos estaban a su alrededor, era la sirena lejana de la ambulancia para el y esos cuerpos a su lado, de semejante historia era el protagonista. Finalmente el auxilio llego... y antes de que le coloquen el oxigeno, recobra por unos instantes la consciencia, entonces logra verse nítidamente, a penas fatales instantes, ve la sangre derramada, ve alguna de sus heridas y le sobreviene el dolor, de golpe tanto dolor, no puede soportarlo y lo suben en la ambulancia nuevamente desvanecido, algo entrecortado escucha entre ruidos, la sirena, personas gritando a su lado, caos, puro caos. Un par de horas antes a penas se despedía de sus seres amados, esposa e hijos, y emprendía ese viaje de negocios en su flamante alta gama por el que tanto había trabajado, horas extra, y hasta pudo conseguir otro empleo, vespertino, durante 3 años salia de uno directo y en transporte publico al otro, sin escala, 5 largos y agotadores años de ahorrar. Al principio su criterio era el de ir despacio - obedecer a su esposa de paso y así otorgarse el derecho a jactarse de respetarla, a la vez que cuidaba, no tan solo el mejor vehículo que había logrado tener en toda su vida, si no el vehículo de sus sueños, pero claro, cuanto podia durar es farsa estructurada en otro ámbito, se lo llevaba el diablo, piensen, coche nuevo, deportivo, muy veloz y hasta ahora nunca lo había exigido, acaso seria cierto lo que decía el manual, de cero a cien en 4 segundos, a caso lograría por primera vez en su vida sentir lo que es viajar en 4 ruedas a mas de 240 quilómetros por hora, todo eso que alguna vez llego a ser el motivo de su vida, estaba hay en sus manos, era su realidad, de hay en más comenzó a sentirse cómodo con la idea, se reía solo y hasta le brotaron algunas lágrimas, no podía ser más feliz, casado con la mujer de su más intima fantasía, tres hijos de los que se podía sentir orgulloso, su vida encaminada al éxito, bien merecido lo tenia, le había costado eso que no tiene precio alguno, el mero tiempo. Y hay estaba, saliendo de una estación a mitad de camino tras el volante de sus sueños, no volvió a disfrutarlo tanto nunca, ¡el cuando! siempre le fue incierto, pero lo hizo, estaba solo, el cumpliría su deseo, después de todo nadie se lo reprocharía, si no lo estaban viendo. Escuchando musica a todo volumen lanzado al preludio de su destino. Entonces, libre, impune, desenfrenado, “acelero”, jugo al piloto de carreras, tomo curvas derrapando y lo puso a fondo en las rectas, sentía estarce luciendo, cercano a su intima fantasía de correr rally, cada curva se sentía mas cómodo y afianzado ya lo tenia dominado no era para tanto después de todo el era un gran conductor, de hecho la curva más serrada la más complicada y de mala fama la paso con esmerado éxito, de costado derrapando como si lo hubiera hecho toda la vida, la verdad es que hasta este momento solo estaba agotando lo que le quedaba de buena suerte, por fortuna nadie viniera en sentido contrario, ya estaba, para el había pasado lo peor, después solo eran unos 150 kilómetros de recta con alguna que otra leve curva, pero de esas casi imperceptibles, menos montado en semejante bólido. Lamentablemente esa racha de buena suerte tenia fecha de vencimiento y se cumplía justo ese día; disidido, ya sin cuestionarse nada, a sorprender a sus amigos, sus compañeros, y a sus jefes, llegando antes de lo acordado e impresionarlos con su flamante anécdota de Dukes of Hazzard improvisado, y lo hizo de alguna manera, no como lo venia planeando, pero de hecho la noticia mala del medio día en la televisión local fue el. Ante el televisor led de alta resolución, lo ultimo en tecnología, su familia miraba impotente, como en una película surrealista, esas imágenes de aquel hombre que se parecía tanto a el, ¿a caso sería? ni se atrevían a preguntárselo entre ellos mismos, cuando angustiosamente y en silencio lo pensaban, solo no podían despegar sus miradas de la tele, mientras el teléfono sonaba, si, atendieron finalmente y tuvieron que reaccionar, asimilar la trágica noticia, el estaba vivo, aún, pero muy grave, no se sabia lo que pasaría. Casi al mismo tiempo su familia y la ambulancia que lo trasladaba llegaron al hospital, de todos modos no pudieron verlo, paso directamente a la sala de urgencias, le practicaron cirugía, y barias curaciones, clavos en fracturas, yesos, puntos vendas, etc. Casi en tiempo récord, Víctor paso de la aventura de su serie favorita a la agonía de la película que menos le gustaba, Frankenstein. No se puede decir que en ese hospital, no hicieran todo lo que se podía, por sus pacientes, lo hicieron por el, estos profesionales dieron lo mejor, su mayor esfuerzo. El no sabia si lo estaba viviendo o tan solo soñaba, el no estaba en la realidad, aunque en su mente estaba seguro de que si, si bien no tenia en claro si había viajado en el tiempo, o que, pero se lo tomo como un déjá vu, igualmente sorprendido, casi extasiado de lo que estaba sucediendo, ¿pero que estaba sucediendo? No dejaba de preguntarse. En definitiva de alguna manera, de alguna forma, hay estaba nuevamente, recordándolo todo, su vida entera con más nitidez que nunca, manejando en el horario correcto, a moderados 100 kilómetros por hora, sabido de lo que le esperaba, pasar de la ciencia ficción al terror, pero esta vez con la ventaja de saber ¡se auto convenció de hacer las cosas bien! de actuar correctamente, tenia la oportunidad de cambiar el destino, el de el y el de los pasajeros del otro vehículo ¡que el había impactado de frente!, debía y como sea, como fuera, salvarles la vida, rescatarlos de las garras de la muerte encarnada en su propia torpeza... El problema era que sin importar cuanto lo intentara todo terminaba saliendo exactamente igual, una y otra, y otra, y otra vez... no comprendía, por que aún sabiéndolo todo, no lograba evitar repetirlo, el maldito todo, siempre exactamente igual, acelerar, correr, derrapar, etc, todo lo mismo como una cadena perpetua, de hecho ya había perdido la cuenta de cuantas veces había vuelto a empezar la misma secuencia, y sin embargo, aún angustiado, se encontraba absurdamente viéndose de afuera riendo y gozando hasta el momento fatal; y no fue hasta que se pregunto por que no lograba despertar de semejante pesadilla que comprendió, justo en el instante previo al impacto, lo que estaba pasando. Una vez más se ve saliendo de esa estación de servicio forzando el motor para una vez mas sentirse logrando el récord de aceleración de cero a 100, en esos jugosos 4 segundos, que dibujaban en tan satisfecho rostro la mas generosa sonrisa, y sin más seguir y seguir, metiendo cambios, acelerando imprudentemente, mientras llegaba al limite de la velocidad permitida allí permitida, cuando en una leve bifurcación de la linea recta que se presentaba en aquel tramo de la ruta, y aunque mucho antes de lograr desarrollar la velocidad máxima del coche, ve ya sin posibilidad alguna, de nada en absoluto, nada que pudiera hacer, ni reacción instintiva que pudiera tener, aquella brillante mancha negra, ni tiempo tuvo de percatarse que se traba de un charco de aceite, penosamente se había derramado de un viejo camión, este rompió el cárter, justo hay, a penas unos minutos antes, pero insisto, ya nada tenia importancia, basto con que moviera el volante, tan levemente según la circunstancia lo exigía, para que perdiera el control de inmediato y se fuese contra la mano contraria a mas de 120 kilómetros por hora, fue cuando el horror y el espanto desplazaron todo atisbo de aventura, dejando en cero al mismo tiempo, deteniéndose en seco, eternamente esa imagen se repetiría en su ser, espeluznante, aquel vehículo de frente con aquellas personas dentro y sus rostros de pánico encarando la misma muerte. . Leandro Magno. .
Posted on: Fri, 20 Sep 2013 09:29:06 +0000

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