AGOSTO 10 LA NUEVA VIDA EN CRISTO Cuando realmente nacemos de nuevo, hay cambios en nuestra vida, y esto no es si queremos o no, es el proceso del crecimiento espiritual al que hemos entrado, poniéndonos en las manos del alfarero perfecto, el cual nos quita y nos da. Muchas veces nos duele el que nos quiten algo con lo cual estamos acostumbrados a vivir durante mucho tiempo, eso nos duele cuando lo hacemos sin la ayuda de Dios, cuando lo hacemos por medios humanos, pero cuando Él nos quita algo lo hace de manera diferente, que muchas veces no nos damos cuenta de cuando y como salimos de cierto hábito que no nos convenía por múltiples circunstancias, cuando es Él quien nos está moldeando, nuestra parte sólo consiste en confiar para que pueda obrar con libertad. Empezamos a dejar atrás muchos anhelos por los cuales las personas que no están convertidas luchan diariamente, son deseos que están en el mundo, pero recordemos que nuestra ciudadanía no es de este mundo, nuestra ciudadanía está en los cielos. Por lo cual debemos como dice la Palabra, buscar primeramente el reino de Dios y su justicia y estas cosas serán añadidas, ¿cuáles son estas cosas? Lo básico, lo que realmente necesitamos para tener vidas dignas de llamarnos hijos de Dios herederos de Dios y coherederos de Cristo, donde nada nos hace falta, para de esta manera, poder ser testimonio al mundo, de que en Él todo lo podemos y que sin Él nada podemos hacer. EFESIOS 4: 17,32 Esto, pues, digo y requiero en el Señor, que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente. 18: Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19: los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 20: Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21: si en verdad le habéis, oído, y habéis sido por Él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22: En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23: y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24: y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 25: Por lo cual desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26: Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27: ni deis lugar al diablo. 28: El que hurtaba, no hurte más sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno para que tenga que compartir con el que padece necesidad. 29: Ninguna palabra corrompida salga de nuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracias a los oyentes. 30: Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención (aquí se refiere a la redención de nuestros cuerpos, ya la redención del espíritu se dio cuando recibimos a Cristo como Señor y Salvador de nuestras vidas*). 31: Quítese de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32: Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonaos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Aparte de esta larga lista de cosas en las cuales nos levantamos desde muy pequeños, debemos agregar muchas otras cosas que nos apartan de la vida en Cristo como las que comenté al principio de este día. O si profundizamos más cada una de las aquí mencionadas, veremos que hay muchas otras de las cuales debemos deshacernos como: la vanidad que abarca una cantidad de actos, como el estar siguiendo la moda, el no estar conforme con lo que tenemos, SANTIAGO 4: 4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios. (*) Aquí se nos muestra claramente que al recibir a Jesús como Señor y Salvador, como dice Juan 1,12, hemos recibido la redención, rescate o salvación de nuestro cuerpo, pero en el juicio final recibiremos la redención de nuestro espíritu, por lo cual afirmo hay dos redenciones, como bien dice la Palabra el que empezó en nosotros la buena obra, la terminará. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Posted on: Sat, 10 Aug 2013 11:15:20 +0000
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