Aprendió a escribir en la lengua de Georgia, su tierra, pero los monjes lo obligaron a hablar ruso en el seminario. Años después, en Moscú, todavÃa delataba su acento del sur del Cáucaso. Entonces decidió ser el más ruso de los rusos. ¿Acaso Napoleón, que era corso, no habÃa sido el más francés de los franceses? ¿Y la reina Catalina de Rusia, que era alemana, no habÃa sido la más rusa de los rusos? El georgiano Iósif Dzhugashvili eligió un nombre ruso. Se llamó Stalin, que significa acero. Y de acero habÃa de ser el heredero del hombre de acero: Yakov, el hijo de Stalin, fue templado desde la infancia en el fuego y en el hielo, y a golpes de martillo fue modelado. No hubo caso. HabÃa salido a la madre. Y a los diecinueve años, Yakov no quiso, no pudo, más. Apretó el gatillo. El balazo no lo mató. Despertó en el hospital. Al pie de la cama, el papá comentó: —Ni siquiera eso sabes hacer. .
Posted on: Sat, 05 Oct 2013 17:29:33 +0000
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