Arquitectura: Arquitectura para la muerte En este mundo de - TopicsExpress



          

Arquitectura: Arquitectura para la muerte En este mundo de consumidores desbordados, solo hay una industria que se ufana de tener clientes regulares: la fúnebre. Juan Isaza, diseñador de iluminación, acaba de ganar uno de los tres premios del concurso Design for Death Architecture, que se celebra en Texas,Estados Unidos. Se trata de una convocatoria que reúne a diseñadores de todo el mundo para reinventar la arquitectura de la muerte. En este festival se puede ver de todo. Pero sobre todo que la muerte ha dejado de ser una materia sombría para convertirse en algo excéntrico: cohetes que llevan los restos al espacio, cenizas convertidas en diamantes, lápidas con código QR. Su proyecto busca borrar la vieja fórmula de que la muerte es un misterio, una oscuridad insondable. Sky Light se titula su propuesta y es, básicamente, un complejo de cuatro pabellones de iluminación en donde el agua, la naturaleza y la luz juegan para convertir la noción de cementerio en un lugar de reencuentro; un espacio luminoso. Los restos mortales se insertan dentro de una urna sellada que luego se ensambla dentro de otra urna iluminada por tecnología led. ‘Los bombillos’ se organizan por árboles familiares o pueden colgar del techo, en constelaciones. Cada uno lleva el nombre del difunto y puede ser reposicionado con facilidad para que repose al lado de amigos u otros familiares. En cada módulo caben unos 5.000 bombillos. Es decir, unos 20.000 en total. El primer ambiente está rodeado de agua mientras que el segundo, un poco más sobrio, simula un pequeño bosque. El gasto energético, por supuesto, es mínimo y de alta durabilidad. Sky light viene a desmontar dos conceptos básicos. El primero, que los cementerios deben ser lugares lúgubres para la contemplación de la tristeza. Y el segundo, que deben ser torres de concreto frías o grandes jardines con lápidas opacas como ruinas. Juan dice que el proyecto está inspirado en el festival de los faroles, en Asia, donde miles de globos de aire caliente se elevan por los cielos, iluminando la cúpula celeste. Cada farol ilumina el cielo con su luz propia. Por eso, dice Juan, “cada urna (sky star) es algo así como tu luz de cuando estabas vivo, tu luz que siempre brillará en la eternidad”. Este proyecto fue premiado entre 9.000 propuestas de 89 países diferentes. Siendo Juan el único latinoamericano, su proyecto fue uno de los más comentados e incluso ya ha recibido propuestas para hacer una instalación en memoria de los caídos del 9-11, en Estados Unidos. Pero más allá de toda novedad, lo que tiene de importante esta propuesta es que, en un país como el nuestro, en donde la muerte tiene unas raíces profundas asociadas al conflicto armado y a las víctimas, el duelo y la memoria pueden dar un giro sorprendente. Desenterrar del suelo el remanente humano y ubicarlo en una posición privilegiada, en un cielo aparente. Contemplar los restos mortales desde abajo, como humanos nostálgicos de la pureza de un difunto que ilumina un espacio fascinante. Todo esto quiebra la postura trágica de las visitas al cementerio. Además, fuera de toda religión, este proyecto presenta innumerables ventajas: es relativamente económico y los cuerpos ocupan poco espacio. Sobre todo si se tiene en cuenta que en Europa y en América Latina cada vez hay menos extensiones para posicionar los grandes territorios que se requieren para ubicar un cementerio.
Posted on: Sat, 23 Nov 2013 12:19:03 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015