Bolívar a las 9 y 45 Sergio Tucci Monterrey Se me hace - TopicsExpress



          

Bolívar a las 9 y 45 Sergio Tucci Monterrey Se me hace difícil entender como una nación que dio y sigue dando tantos hombres y mujeres en nombre de la libertad, el trabajo, la cultura, las artes, el deporte y tanto más, se encuentre de manera permanente en una actitud de olvido e indiferencia por lo nuestro. Y esto a que viene? Y comparado con qué? Con el hecho de cuentos superhéroe de ficción norteamericano, que, haciendo la salvedad de que indiscutiblemente representan un esfuerzo creativo, artístico, de ingenio, de trabajo y evolución, no son para nada formadores de una identidad como la nuestra, que son resultado de un proceso sociológico y psicológico de otra cultura, en donde los personajes en cuestión, por citar un detalle, no temen a la muerte porque sencillamente no les atañe, así como el dolor y demás temores inherentes al individuo. Los de acá, los de verdad si… enfrentaron el día a día con el riesgo permanente de la fatalidad, la duda al decidir y ante la incertidumbre de accionar en vano y con la posible ausencia de toda trascendencia a futuro. Héroes nuestros marginados por politizados? tal vez… y antes de? En los años anteriores a este proceso que lo adopto como una imagen en búsqueda de una identidad, nada más olvidado e ignorado que esos caballeros y damas de ideales y acciones que perecieron y en algunos casos sobrevivieron para contarlo en su búsqueda de lo que interpretaron como libertad, independencia, autonomía de los pueblos… tantos hombres y mujeres reales, llenos de virtudes, defectos, grandezas y flaquezas que formaron un equipo de héroes verdaderos. Sorpresa para mi es que una película como “Bolívar, el hombre de las dificultades” por cierto, de las pocas que podemos ver o conocer de su existencia, permanezca en algunas salas de cine, y según algunos no sin resistencia, a las 9 y 45 de la noche. Superman, que por fin le colocaron la ropa interior dentro del pantalón, Batman, que en los últimos 20 años se han contado una docena de versiones de como surgió el personaje, wolverine, vengadores, ironman… en todos los colores y matices para crear atmosferas en tiempo y espacio y que atrapa la atención de multitud de jóvenes y no tan jóvenes.. les explico: “no existen”. Incluso, la mezcla de la ficción con un personaje histórico como el presidente Lincoln en el papel de caza vampiros es totalmente desconcertante. Algo equivalente a hablar de Francisco de Miranda matando momoyes en Trujillo. Sucre, Páez, Antonio Nicolás Briceño, José feliz Ribas, Luisa Cáceres y pudiéramos seguir contando hombre y mujeres por páginas, si se pasearon por este mundo y si lograron, a su manera y no exentos de critica incluso a la luz de los tiempos de hoy, aventuras épicas y gloriosas pero con carencias, frio, sangre, derrotas …. Sin trajes, martillos mágicos y poderes especiales… sin la tranquilidad de la inmortalidad que te hace perder el miedo a la confrontación. A veces sin más arma que un bambú a manera de lanza con un corte afilado en la punta que le da la ventaja de la distancia en contra de su oponente. Desnudos y a pie. Con las esposas en la retaguardia haciendo comida, o de enfermera o lo imposible para apoyar a la tropa con menos que lo indispensable. Con sus querencias en el olvido y sus bienes entregados por la causa o confiscados. Grandes hombre y mujeres que olvidaron el sabor del hogar para dar paso al sabor de la pólvora y al paisaje desolado. Hijos sin padres y padres sin hijos. Los que sobreviven al final de la contienda ya no saben hacer otra cosa que guerrear. No se sabe hacer nada… la Sociedad de Amigos del País propone, entre otros, el manual de hacer queso. Y los cambiamos por el personaje del comic que gracias al poder la animación digital se hizo presente de manera invasiva o intrusiva en la retina de tantos y nos aleja de lo verdadero y propio. De lo que nos engrandece y nos llena. Y lo mismo vale decir para los años subsiguientes. Guerra Federal, caudillos, dictadores, tiranos megalómanos, edificadores afrancesados, muertos en la rotunda y en Guasina o en alguna calle oscura de Caracas o del interior por ser opositor al régimen de turno. Héroes y heroínas de carne y hueso de los cuales uno de cada tanto se recuerda con una fecha patria o el nombre de una esquina, plaza o urbanización popular solo por mero formalismo. Justificar el olvido de tantos hombres y mujeres inmolados argumentando posturas políticas del gobierno de turno no es lo que se espera. Tal como lo hacen con el jovencito de la fórmula 1 que arriesga su vida por el orgullo de representarse a sí mismo y a su país en un ingenio mecánico con miles de defectos y conducirlo correctamente a 400 km por hora aunque sea para un 13vo lugar es solo para valientes y no para vendidos a una tendencia que lo financia. Y la culpa? A quien le podemos dar la responsabilidad? A las políticas de estado, al proyecto inconcluso y desordenado de todo sistema educativo, a los medios, al poder de publicidad, a la familia? Es posible. O podemos decir también que es asunto de vernos a nosotros mismos como principales responsables de tal falta? Sin patriotismos y otros elementos que provocan euforias poco objetivas, revisarnos como una de las naciones más importantes en los acontecimientos históricos que se desencadenaron desde la llegada de Colón al Golfo Triste y la fundación de Coro por Ampíes (padre y/o hijo) como la primera ciudad en tierra firme, hasta la independencia de esta parte del continente, con un protagonismo excepcional, nos plantea una autocrítica de cómo nos vemos y cuanto sabemos de nuestro pasado, elemento fundamental para predecir nuestro futuro y retomar o reformular nuestra identidad. Valorar lo que somos, desde la mirada de lo étnico, cultural y religioso, de lo cual, de una manera gradual y sin imposiciones, se va incorporando y adaptando a lo que tenemos, pero teniendo como punto de referencia lo que nos es esencial, lo que siempre nos destaca como venezolanos.
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 19:20:39 +0000

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