CAPITULO 2 PARTE FINAL...UNA DECISION DOLOROSA -Que fuerte!-Dijo - TopicsExpress



          

CAPITULO 2 PARTE FINAL...UNA DECISION DOLOROSA -Que fuerte!-Dijo Sonia, que por fin me había creído. Terminamos cambiando de tema volviendo al tema que estábamos hablando antes de que pasara todo esto. -Qué podríamos hacer mañana?-Pregunté. -Podríamos ir a la playa de San Juan haber que se cuece por allí.- Dijo Sonia con una guía para turistas. -Buena idea! Poco después nos quedamos dormidas sin querer, espalda contra espalda mientras nuestros colgantes acariciaban nuestro pecho al girarnos. Otra vez, de nuevo ese sueño con el mismo hombre, la luna, el mar, el vestido azul y las rosas rojas, quizás las rosas que recibía en mi día a día iban ligadas al sueño, podría ser? Todo era posible pero, por qué yo? Millones de mujeres más interesantes que yo existían y yo que era lo más desconocido que podrías encontrar, estaba metida en un mundo de lo más sub real. Me desperté, busqué la rosa que me tendría que pertenecer ya simplemente por costumbre, y en efecto, allí a mi lado estaba como recién arrancada. -Sonia, Sonia-La desperté. -Qué quieres?- Dijo con la voz de dormida aún. -Mira.- Y le enseñé la rosa. -Joder tía que mal rollo que das.- Se levantó y fue al baño a ducharse. Llamé al servicio de habitaciones para que subieran café y mientras esperaba a que saliera me fui tomando el mío acompañándolo con un cigarro. Antes de tomarme el café salió desnuda y me tapé la cara. -Acostúmbrate guapa que a partir de mañana vamos a vivir juntas y me verás así a menudo.- -Lo hago por inercia tampoco quiero verte todos los días desnuda. Sonia se acercó a mí que estaba tapada con la toalla y al mirar yo hacia arriba se la quitó diciendo: -Te acostumbrarás. De inmediato me duché yo mientras Sonia al volverse a enrrollar con la toalla ese espectacular cuerpazo agarraba la taza de café para darle el primer sorbo del día. Me vestí, me maquillé y Sonia también y empezamos nuestro camino a San Juan playa en autobús. Llegamos por fin al paraíso de los paraísos, al paseo marítimo. Las cafeterías y los restaurantes estaban a rebosar. En la playa no cabía un alfiler y todos estaban tomando una cerveza en aquellas terrazas a pesar del frío que hacia puesto que era octubre. Seguimos caminando por el paseo y me apetecía tocar el agua del mar, necesitaba mojarme las manos y disfrutar de la oportunidad que en Madrid no podía hacer. Nos acercamos a la orilla, tan solo estábamos ella y yo en la arena y alguna persona que otra paseaba con su perro o solas. Me agaché y me mojé las manos en aquella agua cristalina. Estaba limpia y clara y los pequeños y suaves rayos de sol le daban al mar un tono azul verdoso. Seguí con las manos metidas en el agua olvidándome de todo mientras miraba mi cara reflejada en el agua pero…me eché hacia atrás. -Qué ocurre?- Preguntó Sonia al verme de repente tan nerviosa. -Esa cara otra vez.- Dije aun sin mirarle y fijándome en el agua más todavía. Sonia me dio la mano y me ayudó a levantarme. -Venga ya está, vamos que te invito a una caña. ¿Una? Infinitas cañas tomamos entre las dos. Pedimos una paella de verduras y magro y nos pusimos moradas a cervezas, vino, orujo y el café con un chorrito de anís. Hay que decir que las dos íbamos haciendo el ridículo cantando por la calle y diciéndonos todo el rato la una a la otra -Te quiero!-.Pero no tenía precio aquella felicidad, por Sonia haría el ridículo le pese a quien le pese. Se nos hizo de noche como si el día hubiera pasado en tan solo tres horas y volvimos en autobús de nuevo. -Mañana nos vamos a vivir juntas, tengo muchas ganas de que sea el momento.- Dijo Sonia apoyada en mis piernas de la borrachera que llevaba encima. Sí, yo también Sonia, tan solo queda dormir y esperar que amanezca. Se incorporó de nuevo, ya se encontraba mejor y llegamos a la parada que nos pertenecía. Íbamos a paso lento y parecía que estábamos corriendo, el mañana estaba a tan solo unas horas y por fin estaríamos en la casa que el destino puso en nuestro camino, pero la suerte se esfumó en tan solo milésimas de segundo y solté a Sonia. El cuerpo se me heló, fui corriendo y lo abracé, Manu estaba allí en la puerta de la habitación del hotel.
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 09:57:19 +0000

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