COSTA RICA REQUIERE DE UNA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL QUE EQUILIBRE EL PODER EN LOS TERRITORIOS DEL ESTADO-NACIÓN Nuestra vieja división territorial en distritos, cantones y provincias es la base para la distribución del poder o representación de los partidos políticos, véase que no digo pueblo, puesto que el código electoral y la Constitución política privilegian las organizaciones partidarias y no hay otra opción organizativa que sea tomada en el proceso electoral. Las discusiones sobre el tema de la descentralización del poder y de las instituciones públicas data de largas décadas y notablemente desde 1970 hubo una oleada que buscaba una mayor y mejor representativadad de los habitantes en los territorios del Estado - Nación. Durante estos años en el Ministerio de Planificación se escribió mucho y no se concreto nada y no se concreto porque hay fuertes intereses en mantener el status quo tal cual, ya que estado de cosas ha favorecido a las fuerzas políticas salidas del pacto final que fue el cierre de la guerra civil de 1948, que se selló con la constitución de 1949. La tasa de participación popular de los costarricenses es baja tanto a nivel de elecciones nacionales tanto para alcaldes como para presidentes y vicepresidentes. Estas bajas tasas indican una debilidad de nuestra democracia electoral y una mala respuesta para quienes claman por una mayor representativadad institucional. Los pocos cambios producidos en la organización del territorio ha privilegiado el surgimiento de nuevos distritos notablemente y algunos pocos cantones. Y el Código Electoral solo se creó la figura de Concejo de Distrito en algunas zonas donde los pobladores exigían la partición del cantón. La figura del Concejo de Distrito es una medida parcial ante una inminente división del territorio de un cantón. Ante la ineficiencia y carencia de representatividad algunas comunidades se han organizado para pedir reformas a la Asamblea Legislativa donde existen expedientes como la creación del cantón de Hatillo, y otras iniciativas como la creación de nuevas provincias . Y a lo largo y ancho del país hay múltiples iniciativas de este tipo que no han prosperado porque sea tanto las municipalidades como la Asamblea Legislativa se encargan de aplicar una larga tramitología a estos expedientes. En general los viejos cuadros políticos tienen siempre a su mano el ejemplo del caso de la Junta de Desarrollo Portuario de la Vertiente del Atlántica ( JAPDEVA) y entonces se crispan ante el poder de las comunidades. Porque al fin y al cabo eso es lo que ha sido JAPDEVA, una institución descentralizada de debate abierto entre las fuerzas de las autoridades estatales y las autoridades locales. Lamentablemente las informaciones periodísticas no dan cuenta de este debate, toda vez que la prensa tiende a centrar el debate en plano entre sindicatos y gobiernos, lo cual no es del todo cierto, porque ha habido momentos donde los ciudadanos se han unido a las fuerzas de JAPDEVA, ya sean los sindicatos o los trabajadores en busca de una gestión diferente para el tema portuario. Y es curioso porque es claro que sus etapas iniciales y en aún en su concepción JAPDEVA debe ser un ente para el desarrollo territorial de la vertiente caribe, pero claro las discusiones han estado focalizadas casi desde sus inicios en 1962 por el tema portuario, pocos proyectos han transcendido este ámbito y se han enmarcado dentro de la perspectiva del desarrollo de la región desde una óptica más moderna como institución que canalice el quehacer de una región. No obstante, solo por sus luchas portuarias el ejemplo de JAPDEVA como contrapeso a los designios emanados desde el poder central que coloca a la Junta Directiva y por ende a su presidente Ejecutivo como el depositario del poder del centro hacia a la periferia, el esfuerzo de quienes han entendido correctamente el poder de una institución como JAPDEVA, ha valido la pena en un país absolutamente centralista. COSTA RICA REQUIERE DE UNA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL QUE EQUILIBRE EL PODER EN LOS TERRITORIOS DEL ESTADO-NACIÓN Nuestra vieja división territorial en distritos, cantones y provincias es la base para la distribución del poder o representación de los partidos políticos, véase que no digo pueblo, puesto que el código electoral y la Constitución política privilegian las organizaciones partidarias y no hay otra opción organizativa que sea tomada en el proceso electoral. Las discusiones sobre el tema de la descentralización del poder y de las instituciones públicas data de largas décadas y notablemente desde 1970 hubo una oleada que buscaba una mayor y mejor representativadad de los habitantes en los territorios del Estado - Nación. Durante estos años en el Ministerio de Planificación se escribió mucho y no se concreto nada y no se concreto porque hay fuertes intereses en mantener el status quo tal cual, ya que estado de cosas ha favorecido a las fuerzas políticas salidas del pacto final que fue el cierre de la guerra civil de 1948, que se selló con la constitución de 1949. La tasa de participación popular de los costarricenses es baja tanto a nivel de elecciones nacionales tanto para alcaldes como para presidentes y vicepresidentes. Estas bajas tasas indican una debilidad de nuestra democracia electoral y una mala respuesta para quienes claman por una mayor representativadad institucional. Los pocos cambios producidos en la organización del territorio ha privilegiado el surgimiento de nuevos distritos notablemente y algunos pocos cantones. Y el Código Electoral solo se creó la figura de Concejo de Distrito en algunas zonas donde los pobladores exigían la partición del cantón. La figura del Concejo de Distrito es una medida parcial ante una inminente división del territorio de un cantón. Ante la ineficiencia y carencia de representatividad algunas comunidades se han organizado para pedir reformas a la Asamblea Legislativa donde existen expedientes como la creación del cantón de Hatillo, y otras iniciativas como la creación de nuevas provincias . Y a lo largo y ancho del país hay múltiples iniciativas de este tipo que no han prosperado porque sea tanto las municipalidades como la Asamblea Legislativa se encargan de aplicar una larga tramitología a estos expedientes. En general los viejos cuadros políticos tienen siempre a su mano el ejemplo del caso de la Junta de Desarrollo Portuario de la Vertiente del Atlántica ( JAPDEVA) y entonces se crispan ante el poder de las comunidades. Porque al fin y al cabo eso es lo que ha sido JAPDEVA, una institución descentralizada de debate abierto entre las fuerzas de las autoridades estatales y las autoridades locales. Lamentablemente las informaciones periodísticas no dan cuenta de este debate, toda vez que la prensa tiende a centrar el debate en plano entre sindicatos y gobiernos, lo cual no es del todo cierto, porque ha habido momentos donde los ciudadanos se han unido a las fuerzas de JAPDEVA, ya sean los sindicatos o los trabajadores en busca de una gestión diferente para el tema portuario. Y es curioso porque es claro que sus etapas iniciales y en aún en su concepción JAPDEVA debe ser un ente para el desarrollo territorial de la vertiente caribe, pero claro las discusiones han estado focalizadas casi desde sus inicios en 1962 por el tema portuario, pocos proyectos han transcendido este ámbito y se han enmarcado dentro de la perspectiva del desarrollo de la región desde una óptica más moderna como institución que canalice el quehacer de una región. No obstante, solo por sus luchas portuarias el ejemplo de JAPDEVA como contrapeso a los designios emanados desde el poder central que coloca a la Junta Directiva y por ende a su presidente Ejecutivo como el depositario del poder del centro hacia a la periferia, el esfuerzo de quienes han entendido correctamente el poder de una institución como JAPDEVA, ha valido la pena en un país absolutamente centralista.
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 18:14:08 +0000
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