Cabría siempre esperar la promoción de la paz vinculada a la justicia. La política es el ámbito de la razón: no solo de una razón técnico-calculadora, sino ética, ya que el fin último del Estado y de toda política es de naturaleza moral (la paz, la justicia…). La restitución de la razón ética (lo razonablemente bueno para el hombre según su naturaleza) exige depurar lo no-razonable. Habiendo caído las ideologías (liberalismo-socialismo), urge desmitificar aquellos principios que se han desvirtuado al otorgarles un carácter absoluto: progreso, riqueza, poder, hedonismo, narcisismo… ¡También, la mayoría! Ninguno de éstos constituye, en sí, un criterio último sobre el bien del hombre. Existen valores que ni las mayorías pueden poner en discusión, aunque se pontifique en hacernos creer la bondad infinita e intrínseca del querer mayoritario.
Posted on: Thu, 31 Oct 2013 10:08:59 +0000
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