Caral, ubicada a 200 kilómetros al norte de Lima, es la primera - TopicsExpress



          

Caral, ubicada a 200 kilómetros al norte de Lima, es la primera ciudad organizada de América, de la misma edad que Egipto y -al parecer- ligeramente anterior a las organizaciones griegas o atenienses. Estuvimos el domingo de visita en aquel lugar sugestivo donde habría originado el quechua, que se habla aún en casi toda Sudamérica. Estuvieron cerca de ese recinto llamado sagrado, Max Uhle y Julio C. Tello pero no lo exploraron. Al parecer, un viajero norteamericano es el que dio la primera información de esta ciudad que constituye un patrimonio cultural de la humanidad. Pero fueron otros arqueólogos y hasta ingenieros, los que trabajaron en este lugar que nos pareció muy remoto y perdido entre las montañas del Valle de Supe. Ruth Shady es la arqueóloga peruana que hizo todo lo posible por resaltar este tesoro sagrado que aún está trabajándose recién “con la tradicional pereza estatal”. Pues, para un tesoro de esta naturaleza, el gobierno debería invertir más que para las hermosas carreteras que llevan hacia el norte. Paramos en Huacho para buscar los tradicionales pescados en los exquisitos platos que preparaban en tiempos idos. No encontramos más que guisos de pollo en diferentes formas. Dice porque “ya no hay pescados”. En Huaura, un vecino muy atento nos dijo que por Végueta es más corto el viaje a Caral. Hicimos muy mal en hacerle caso porque tuvimos que ingresar a un camino sin asfaltar. Llegamos a un sitio dónde se “purificó” nuestro carro. Pensé en mi interior que eso formaba parte de la liturgia de visitar Caral. Pero al encontrar un desierto inmensurable de cascajo y ver decenas de criaderos de pollos, me di cuenta que se trataba de defender la salud de los pollitos. Lo triste y desesperante fue recorrer a partir de ese lugar, no una pista asfaltada sino una inmensa trayectoria trazada por algún tractor para el tránsito de camiones cargadores de pollos. Es un sitio donde no se encuentra una brizna de pasto ni una gaseosa o agua para beber. Todo era una misma tristeza. El auto moderno que usábamos caminaba a saltos y en uno de esos brincos, rompió una pieza. Nuestro piloto, inteligente, amarró el destrozo con unos alambres en espera de encontrar en algún sitio un mecánico que arreglara el desperfecto. Pero en domingo, no hay bendiciones ni óleos crismáticos en aquellos lugares. Todos están rindiendo culto al trago o a la cerveza. Más adelante hay unos avisos que dicen: “Pida auxilio mecánico a Ancón (A 150 km) o a Supe”. Pero los teléfonos no contestaban. CIUDAD SAGRADA Llegamos a Caral y tuvimos la satisfacción de rendir culto a la ciudad organizada más antigua de América. El hombre aparecido en nuestro país se sospecha que fue hace 20 mil años. Pero solo vivían en cuevas y eran viajeros impenitentes en busca de tarucas o venados, callhuas o pescados, wayus o frutas. Nos acordamos de la hermosa arqueóloga Shady, y pensamos el sacrificio que se portó por estudiar y luchar por el conocimiento y reconocimiento de esta ciudad. Un arqueólogo ayacuchano, a quien no le gusta ni Shady ni Kauffmann, cuando estaba de director de la Casa de la Cultura, destruyó el expediente que se dirigía a la Unesco para que se la reconociera como Patrimonio de la Humanidad. Recorrimos los recintos hermosos y el areópago, donde discutían los problemas de agua, construcción de caminos, siembra de terrenos y otros problemas humanos que se presentaban en la sociedad caralense. UNA CURIOSIDAD LINGÜÍSTICA La arqueóloga Shady es la autora de que este recinto sagrado dedicado a los Dioses, se llame Caral. Probablemente, lo es. Pues en aquella época, los españoles lo habían bautizado como “Chupacigarro”. Y esta denominación abarcaba hasta Supe. Shady utilizando denominaciones locales y dividió al “Chupacigarrro” (ave española) en Caral, Miraya (multiplícate, pues) y Lurihuasi (casa contruída). Lo que no se sabe es qué significa Caral. La sugerencia que alguien hizo que significa fibra o junco, carece de sustento. Es posible que Caral provenga de estas palabras quechuas: Khara, barro de los corrales, mezcla de estiércol y tierra. Qharatátay, llevar una cosa por el suelo a viva fuerza. Arrastrar. Qara, cuero, piel, cutis, epidermis, pellejo, corteza, cáscara. No estamos afirmando que es uno de ellos. Ofrecemos solo los acercamientos a estos significados. La terminación “L”, es del nominativo “-lis” con su genitivo “litis” que el español hace uso para indicar depósitos como: zapallal, terral, pedregal, aguaceral, etc. Visitar Caral es saturarse de nuestra identidad y esencia constitutiva. Sería interesante que el gobierno dedicara su atención o mejor, más dinero en su cuidado. Pues las condiciones de vivienda son demasiado precarias y los guías de turistas dicen muchos disparates. Pero se nota en todos los funcionarios que atienden con cariño y sacrificio a los visitantes. Valga la pena rendir un homenaje muy sincero a Ruth Shady, que luchó con toda entereza en defensa de este tesoro.
Posted on: Tue, 08 Oct 2013 01:59:58 +0000

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