Cuando la mente se recrea en la belleza natural de lo manifestado, sin caer en la pasión de consumirla y agotarla, puede abrirse el corazón a la naturaleza última de su condición. Es entonces cuando la Consciencia Pura, ausente de todo juicio y medida, se revela a los ojos del observador. Apaciguado el deseo mediante la respiración, y domado a través de una limpia atención, nuestra esencia más pura puede cruzar los puentes del instinto, del sentir y del pensar, hasta hacerse Una con el "darse cuenta". "El sendero presupone distancia; si Él está cerca, no se requiere ningún sendero. Y esto a mí me hace reir: el oír que un pez en agua tiene sed". Lahiri Mahasaya. Dentro de cada ser humano está este "sendero". Su conciencia (mente) lo recorre sediento buscando la fuente que apacigue su sed. Y el "agua" que apacigua esa sed no está en las cosas que la mente pueda "encontrar". Está en el profundo pozo de su propio existir. La roldana de ese pozo es su atención concentrada. El cubo es su corazón. La cuerda que lo sube es su respiración. Y así atraviesa la energía de vida el oscuro túnel de las pasiones, trayéndose a la luz de una consciencia despierta. Es entonces cuando el pez se asombra de la Verdad última: no hay nada que buscar. Es entonces cuando el hombre "se bebe a sí mismo" y se entrega a su esencia primordial, Uno con ella. Sabiendo dónde está ese pozo, podemos salir al desierto de los fenómenos. Vivir la dualidad en guerra y paz, en sus dìas y en sus noches, en su bien y en su mal. Apacigua tu mente con la respiración. Sumérgete en el silencioso pozo de tu puro existir. Deja que tu consciencia vaya "descendiendo". Permite el miedo y la soledad que emergen durante el descenso. Deja que la entrega y la confianza guíen el viaje. El único final posible es "el agua". Es tu naturaleza última: el Vacío Pacificador que une todo lo separado. El único final posible es tu principio: Ser.
Posted on: Sat, 17 Aug 2013 07:50:14 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015