Deko Bazura, como un joven punk muy fiel a su ideología contra el sistema, sus tradiciones, valores y moral. Se la pasa componiendo música junto a sus amigos, “chupando”, en conciertos o recorriendo sin rumbo una ciudad que no parece ser suya. Frente a este personaje tenemos a su padre, Don Abad (Abad Camacho), un chofer de micro, cristiano, en una situación económica precaria sin saber cómo afrontar la actitud de su hijo. La madre de Deko está en España y quiere llevárselo porque se está “destruyendo” mucho. Su padre ya no sabe qué hacer con él. El problema es que Deko no quiere irse. Cuando Deko está con sus amigos, Ángel y Flema, en algunas escenas que están muy bien trabajadas, da una sensación de estar viendo Trainspotting (Danny Boyle, 1996). Se ve una estética más noventera, descuidada. La dirección de fotografía le da identidad propia a las historias, que desarrollan las preocupaciones, aflicciones y problemas existenciales de cada personaje. Se presenta una estructura que rechaza a los marginales, a los diferentes. Se trata de una Cochabamba que se sobrepone a la “otra” Cochabamba. OPINIÓN-LA RAMONA. Por: Andrés Rodríguez R. opinion.bo/opinion/ramona/2013/0811/suplementos.php?id=1383
Posted on: Mon, 12 Aug 2013 22:01:00 +0000
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