EL FANTASMA DEL HOSPITAL. El 4 de Noviembre de 1980 se convirtió - TopicsExpress



          

EL FANTASMA DEL HOSPITAL. El 4 de Noviembre de 1980 se convirtió en una fecha que jamás olvidare...Después de tres años de un matrimonio estable y seguro, dio frutos: el primer embarazo. Al haber cumplido los nueve meses de gestación, se presentaron unos síntomas indicando que el producto estaba por llegar al mundo. En mi vientre sentía los cólicos y éstos se intensificaban conforme transcurrían las horas. Mi marido Ernesto me llevó a toda prisa al hospital del Ayala; en su rostro se nostaban los nervios, porque su primer hijo estaba por nacer. Yo no paraba de sudar y jalaba bocanadas de aire. Ingresé a la sala de maternidad; el dolor aumentaba, sin embargo, el entusiasmo y la emoción del nacimiento eran invulnerables. Comencé a sentirme muy mal y aún no podía dar luz. Transcurrieron las horas, creo que eran las dos de la madrugada. Después de haber sido analizada, se presentó el galeno, la expresión de su cara me hizo entrar en una incertidumbre, como si algo malo hubiera sucedido. En mi interior rogaba con insistencia que nada malo haya ocurrido con mi bebé. Lamento tener que decirle ésto dijo el médico a modo de disculpa, mientras se retiraba los anteojos y parecía observarme con lástima pero su producto está muerto. Mis temores se volvieron realidad. Al escuchar esa fatal noticia, mis sueños y los alegría se derrumbaron al suelo; me desgarraba interiormente y el llanto salió inevitablemente. ¡No, no puede ser! sollozaba.Lancé la vista hacia la puerta de la habitación y un quejido salió de mi boca ¡¿por qué Dios mío?! A pesar de la iluminación del cuarto, la vista se me nubló, tal vez estaba al punto del desmayo, pero no fue así. Observé detenidamente la puerta, estaba abierta y desde la pared del pasillo se dibujaba una sombra. Alguien se acercaba hacia mi habitación. Una figura femenina se paró en la puerta, no pude verle el rostro con claridad. Era una monja, su vestimenta blanca la delataba. Mantenía los brazos extendidos como si fuera abrazarme; en ese instante perdí el conocimiento no sé por cuantas horas. Escuché al doctor pero no le entendí, sus palabras se perdieron a lo lejos. Cuando desperté, estaba tendida sobre la plancha. La intensa luz de la lámpara daba directo a mi rostro. Parada hacia mi lado izquierdo, se encontraba nuevamente esa religiosa. Ahora si podía contemplar su cara, se veía hermosa y serena. Una infinita paz se transmitía através de sus ojos. No obstante, aún me sentía inquieta porque estaba a punto de dar luz. Hola, ¿cómo estás? me saludó y comenzó a cariciarme con ternura el cabello Tú vas a tener una niña. No respondí debido a la tristeza por el comentario del doctor. Sentía que ya conocía a esa mujer de vestimentas religiosas. En mi interior rogaba a la Virgen Santísima para que concluyera con ese dolor. La monja continuó acarisiándome con sus cálidas manos, me sentía relajada. Cerré los ojos y los apreté con fuerza; sin sentir la agonía ¡pude expulsar a la bebé por el útero! Ya ves, sí pudiste. susurró tranquila a mi oído Fuiste valiente y fuerte. Eso fue lo último que escuché. Ella retrocedía de manera paulatina, mientras un replandor hizo que cerrara los ojos. En pocos segundos los volví abrir, los médicos aparecieron de repente ante mí. Uno de ellos cargaba a mi niña quien no paraba de llorar. Felicidades señora, exclamó sorprendido el doctor ¡su hija nació sana y salva! No podía creerlo; los ánimos regresaron. Tenía ganas de llorar de alegría. Busqué con la vista a la religiosa, no había rastro de ella. ¿Dónde está la monjita? pregunté mientras seguía buscando. Disculpe, ¿ a quién? replicó desconcertado un galeno. Les narré acerca de la repentina llegada de la hermana. Mi sorpresa fue mayúscula al enterarme que en todo este tiempo estuve acompañada de los doctores y no de la monja, incluso ellos fueron quienes me ayudaron en el parto. ¿Ella nunca estuvo conmigo? Por medio de otros pacientes, me enteré que en este hospital se manifiesta el espirítu de una monja. Ella ayuda algunos enfermos ¿Coincidencia? Fantasma o no, estoy agradecida de ese ser por haberme ayudado con el nacimiento de mi hija. EL PATO
Posted on: Mon, 15 Jul 2013 08:44:38 +0000

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