¿EL FIN DE LA PLÍTICA? Como si de un relato se tratara, voy a narrar cómo nace el concepto de gobierno y, de una manera sencilla, analizar y comentar las distintas maneras de gobernar. Cuando el ser humano dejó de vivir aisladamente y fue formando grupos, más o menos numerosos de personas, es cuando surge la necesidad de que haya alguien que sea el jefe, que asuma el compromiso de ser quien guíe y gobierne al grupo de gene al que, en un principio, les ha demostrado ser el más fuerte. En este sentido, las primeras comunidades humanas se comportaban de la misma manera que los animales. El más fuerte era el jefe y los demás tenían que obedecer. Nace así la figura del magnatario que acabaría dando lugar a formas de Gobierno como la dictadura o la monarquía.. Estas dos formas de gobernar tienen el mismo origen. Las dos son maneras de gobierno absolutista basado en la ley del más fuerte. En el caso de la monarquía, llega a hacerse hereditaria. El pueblo asumía esta situación y se resignaba unas, dependiendo de cómo fuera su gobernante. Pero ese pueblo que había estado siempre sometido a la voluntad de su gobernante, llega un momento en el que toma conciencia de su papel social y, lógicamente, quiere tomar parte en su gobierno, a través de unos representantes en los que ha depositado su confianza. Ya tenemos al pueblo participando en el gobierno, cosa completamente lógica, ya que es el pueblo el que dice por quien quiere ser gobernado y no tener que aceptar un gobernante impuesto a la fuerza o por herencia. Hasta aquí el relato. De cómo han surgido las maneras de gobernar. Ahora vamos a analizar muy brevemente lo que ha pasado y lo vamos a hacer también a modo de relato y muy brevemente. La sociedad no es unitaria, sino que está dividida en clases que dependen de diversos factores. Así hay clases altas, medias y bajas, cada una con sus características propias y con sus ideologías también propias. Llegando a darse el caso de que, en una misma clase social, pueda haber ideologías distintas... ¿Qué ha sucedido?, Sencillamente que se han ido alternando unos y otros en el Gobierno y, en función de la gestión realizada, han sido o no reelegidos. Pero como la mano del diablo anda por todas partes, y son muy pocos los humanos capaces de vencer las tentaciones, resulta que están saliendo a la luz una serie de anomalías, abusos de poder, fraudes y casos de corrupción que, entre otras cosas, han dado lugar a que el pueblo desconfíe de los que, en su día votó. ¿Estamos, por tanto, ante el fin de la política? En principio, hay que decir que no se trata de acabar con la política, porque alguien tiene que guiar al pueblo. Se trataría entonces de cambiar de personas, de buscar a gente honrada, aunque sea difícil encontrarla y llevar a cabo una serie de cambios en algunas leyes. Dicho así, parece algo utópico pero no lo es. Todo puede tener solución, si se hacen las cosas como deben hacerse. Es algo así como adecentar una vivienda que no se ha limpiado en mucho tiempo. Aquí pongo fin a este breve relato
Posted on: Sat, 21 Sep 2013 19:15:03 +0000
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