ENTRADA 8: Reencuentros y Traiciones. Mr.Bocazas. Mientras - TopicsExpress



          

ENTRADA 8: Reencuentros y Traiciones. Mr.Bocazas. Mientras estaba parado en mitad del pasillo, Yazmin se me acercó con 5 o 6 zancadas apresuradas y cara de sorpresa. -¿Te ha dio una pistola ? -Dijo como si no se terminara de creer lo que estaba viendo en la mano. La respuesta era obvia, pero yo estaba tan confuso como ella. Cuando iba a contestarle, una mano me estiró con fuerza de la camiseta roja. El corazón me dio un vuelco, había estado distraído, pensativo, vulnerable. ¡Chinga había bajado la guardia completamente! Al girarme me sentí tonto por un instante, tenía que haber supuesto que no era nada peligroso, porque Yazmin estaba enfrente de mí y en ningun momento se había alterado. Me consolé al pensar que con todo lo que estaba pasando, un susto era completamente razonable. Delante tenía a Estela, que preguntaba algo sobre el arma con la misma expresión de asombro en el rostro de la que hacíamos gala mi amiga y yo. Tras unos segundos de charla, la italiana nos convenció y me guardé el arma debajo de la camiseta, notando el frío metal en contacto con mis riñones, sujeta por el cinturón de los Jeans. Decidimos que de momento mantendríamos en secreto el asunto de la pistola, ya que lo que había propuesto el soldado no era tranquilizador en absoluto, y mantener al grupo lo más animado posible era la opción más sensata. Al acabar la conversación, me dirigí junto a la italiana a su apartamento para coger lo que fuera necesario y volver al nuestro, ellas 3 se venían con nosotros, no podían quedarse en el 7 D, no después de la carnicería de hace un rato. Los militares habían llegado a la azotea y comenzaron a subir al helicóptero que les llevaría a los puntos de control, donde montarían guardia para impedir que nada ni nadie entrara ni saliera de lo que ya se conocía periodísticamente como zona 0. El Helicóptero ganó altura y con un estruendo voló hacia su destino, contemplado por Leo y Dany que lo veían alejarse desde la ventana del piso con un profundo sentimiento de decepción. Cuando el aparato ya había desaparecido tras una enorme finca, vieron como un camión militar aparecía doblando una esquina a toda velocidad. El vehículo no estaba en buenas condiciones y parecía haber tenido algún tipo de colisión frontal. Se detuvo delante del los departamentos y de su interior bajó un soldado cojeando. Juan y Jose habían dedicado varios minutos a reunir el valor necesario para abandonar la seguridad del Focus, no veían a ninguno de esos seres, y con un portazo apresurado salieron corriendo hacia el edificio. Pero antes de entrar, la visión de un militar tambaleante que acababa se saltar la cerca los hizo detenerse. -¡¿Se encuentra bien!?- Le preguntó Juan y a lo lejos, sin estar muy seguro de acercarse o no. El hombre había bajado de una camioneta militar aparcada encima de la acera, era moreno y tenía un corte en la cara, de estatura media y portaba un HK igual que el de los soldados anteriores, pero lo que más llamaba la atención eran las manchas negruzcas que cubrían su uniforme, cada vez más visibles a medida que se acercaba lentamente. -Ehhh…ustedes… -La voz del soldado sonó débil, estaba fatigado y pálido, al parecer había perdido bastante sangre. Con la mano izquierda se sujetaba el brazo manchado, mientras el fusil, colgado al cuello por una correa, bailoteaba con cada paso que daba. Los 2 amigos desconfiaron al verlo ensangrentado, ya habían sido testigos de lo que pasaba cuando esas cosas te herían y pensaron dejarlo a su suerte, pero el tipo en cuestión hablaba como una persona normal, y no paraba de decir algo sobre sus compañeros y un helicóptero. A un par de metros se desplomó. Tendido boca arriba, abrió los ojos y pidió ayuda lastimeramente mirando a Jose y a Juan. Tras unos segundos de duda lo ayudaron a levantarse y entraron al edificio con el hombre casi acuestas. Las chicas habían recogido sus maletas y guardado en bolsas algo de comida para pasar la noche en nuestro apartamento. Con una voz Alan avisó a Leo por la ventana de que ya salíamos a hacia allí. La distancia entre los apartamentos apenas era de unos metros, pero el tiempo se hizo eterno mientras tocábamos nerviosamente a la puerta con los nudillos. Al fin entramos, y tras cerrar, Angel puso el pestillo. Yo me dirigí directamente a mi cuarto, entre preguntas y golpecitos amistosos, para ponerme mi sudadera Jordan que es mi favorita. Acapulco en verano es caluroso, puede que pasara calor pero la prenda era perfecta para disimular el bulto que la pistola hacía en la camiseta. No pude reprimir la curiosidad y después fui al baño para verla tranquilamente, la saqué con cuidado, nervioso ante la idea de que se me disparara. Era negra y algo más pesada de lo que había imaginado, no tenía mucha idea de armas pero tras toquetearla un poco identifiqué el seguro y el cargador. Me miré un momento en el espejo y no pude evitar agarrala en plan de policía de pelicula americana, estaba haciendo el ridículo pero la verdad era que apretando la empuñadura me sentía más fuerte y tranquilo. Volví a guardármela apuntando hacia abajo, de modo que si se disparaba sola por algún motivo, la bala fuera directamente al suelo. Al salir vi como Leo y Alan relataban todo lo ocurrido mientras contestaban a una lluvia de preguntas. Cassandra por su parte acompañaba a las chicas al cuarto de matrimonio para que dejaran sus cosas y tuvieran un momento de calma para ellas. No tardaron en llamar de nuevo a la puerta. Dimos un respingo y nadie habló. Tras mirarnos los unos a los otros, Dany se acercó a la mirilla y Yazmin le siguió con el cuchillo en la mano derecha. -¡Son Jose y Juan! –Exclamó visiblemente contento mientras quitaba el seguro. Abrió la puerta y se quedó helado al ver detrás de los 2 amigos a un soldado herido apoyado contra la pared, se tenía derecho a duras penas, pero sacaba fuerzas para apuntarles con el fusil. La imagen hizo que borrara su sonrisa tan pronto como había llegado. El desconocido le ordenó retroceder con un grito y los recién llegados entraron al apartamento. Todo el mundo se asomó a la entrada a ver que pasaba, aquel loco insistió en que fuéramos contra la pared del fondo y nos sentáramos en el suelo. -No muevas ni un pie…. o te juro que te lleno de agujeros- Dijo mientras apuntaba de forma aleatoria a varios de los que se encontraban más cerca de él. Aquel hijo de puta estaba completamente loco, parecía fuera de control y nadie osó desobedecerle. Nada tenía sentido, alguien le preguntó que chingados pasaba pero el hombre respondió con un grito furioso que nos alejáramos y obedeciéramos. Parecía completamente fuera de sí y no era prudente intentar ninguna heroicidad, de modo que todos hicimos lo que nos había pedido. La italiana gordita se puso a llorar mientras se agazapaba en el suelo. Ordenó encender la tele, Leo tenía el control justo al lado y despacio apretó uno de los botones. En la pantalla se dibujó el torso de un reportero que estaba informando de la situación de Acapulco, como seguramente el resto de canales. “La situación se ha vuelto descontrolada, el gobierno ha dado la orden de montar un perímetro de seguridad y los efectivos militares abandonan las calles para evitar que se extienda el presunto virus del que se habla, recordemos que las autoridades no se han pronunciado al respecto y que los rumores de casos de antropofagia se extienden.” “Además existen varios casos en municipios cercanos y se ha dado la alarma en el aeropuerto, la información es confusa y los rumores son contradictorios en cuanto a la velocidad de infección y los medios de transmisión ya que la mayoría de fuentes afirma que, tras el contacto con los infectados, en pocos segundos se desarrolla una conducta rabiosa e irracional, lo cuál no concuerda con la aparición de casos alejados de la zona 0 ” “Una comisión de patólogos, médicos, virólogos y demás expertos se desplaza en estos momentos hacia la zona…” Mientras escuchábamos entendimos que al parecer no se desarrollaba con la misma velocidad en todas las personas, y no hacía falta ser Sherlock Holmes para relacionar los arañazos y heridas del militar con un ataque de esas cosas. Chinga ese loco estaba infectado seguro y en cualquier momento podría volverse uno de ellos, estaba pálido y extremadamente nervioso, gotas de sudor empapaban su frente y no paraba de murmurar cosas. No sabía que era peor… si el hombre transformado en una de esas cosas o el actual loco amenazándonos con un fusil. Yazmin me miró y puso la mano en forma de pistola… entendí el mensaje a la primera pero no sabía que hacer todavía, ni sabía disparar ni quería hacer nada arriesgado de momento con ese tipo vigilándonos. Intentaré hablar con él primero...esto es una puta locura.
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 05:01:14 +0000

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