El Nuevo Mundo Prologo: Y allí yacía yo, los cuerpos de la - TopicsExpress



          

El Nuevo Mundo Prologo: Y allí yacía yo, los cuerpos de la gente a mis pies. La sangre...Sangre por todos lados. ¿Porque sonreía? Podía verme a mi mismo sonreír, allí, de pie... Frente a toda esa gente, todos esos cadáveres. No... No podía ser yo. ¿A que venia este sentimiento de placer y alegría?.. Al son en el que una vanidosa caricia parsimoniosa, limpiaba la sangre sobre el rostro de ese maniaco. Con sadismo y crueldad se dirigía a los cadáveres, ya sin vida: Maravilloso… Simplemente maravilloso, he ahí la escoria que con su desaparición, dará paso al cambio. El principio… Del nuevo mundo. Capitulo Uno: El cambio Mis ojos se abren con el escozor de la luz. Solo fue un sueño, si, solo un mal sueño, suspire con alivio y me tumbe de costado evitando la intensa luz de mañana que se asomaba por mi ventana. Aun esa repentina sensación, cuya razón de ser en mente era desconocida. Satisfacción, ligera alegría, de repente me sentía invencible, las dudas sobre aquel sentimiento venían a mi cabeza lentamente. Dudas que sin mas se marchaban por mi propia voluntad, supongo que no quería pensar en eso, quería sentirme así, quería que solo fuera la señal de que tendría un buen día, disfrutaba sentirme así, por alguna razón… Disfrute ese sueño. Mi nombre es Lucien y soy el típico adolescente anti-social, aunque con 16 años debía tener al menos un amigo, no era así... Estaba completamente solo, mi madre vivía en el salón de belleza, charlando y contando sus ridículos problemas a mujeres frustradas… Vivía en su patético mundo. Mi padre, Hmp… Mi padre, se podía decir que era mas decente, el interpretaba su oficio de policía forense a la perfección, nunca estaba en casa y pasaba su tiempo con muertos y otros policías, de lo único que podían charlar en casa era de sus vidas. Política, la televisión, robos y problemas tenían las amigas de mama, yo... Simplemente no existía. La calle estaba infectada de gente basura, de delincuencia, de... miedo. El mundo se sumergía lentamente en las turbias aguas de un río, río que lenta pero seguramente lo llevaría a la idiocracia. Volviendo finalmente a mi ser, levante la mirada hacia el monótono reloj que se hallaba junto al lecho en el que mi persona se encontraba. 12:30... me fue imposible el percatarme de cuan rápido había pasado el tiempo, supongo que el tiempo vuela cuando no estas pendiente de el. Sin mas, me levante del desastroso montón de sabanas que era mi cama, dirigiéndome directamente hacia el baño, como si fuera un ebrio, apoye mis manos con pereza sobre los bordes del lavamanos, clavando mirada en el espejo. Te ves acabado Lucien una risa entre dientes se escapaba de mi ante mi propio comentario. Luego de cepillarme los dientes y darme una rápida ducha, estaba listo para el siguiente paso de la repetitiva rutina que llamaba Vida. Clases Extra... En un día sábado, clases extra, debía recapitular como había terminado ahí. Así que... luego de casi un año entero de malas calificaciones, un almuerzo a mano propia y una larga visita al ordenador. Lucien, yo, tomaba clases extra con los 4 alumnos mas despreciables de la institución y un profesor amargado. Cerré mis ojos disimulados detrás de un viejo libro de: no tenia idea, quizás literatura. Irónicamente estaba perdido de nuevo en mis pensamientos y locas fantasías. Me encontraba en casa de nuevo, mis padres en la sala en lo que al oído era una ebria charla, culminada de risas que mi padre no solía entregar. Me acerque a ellos con un cuchillo en mis manos y sin pensarlo dos veces los asesine, con tal simpleza que una risa se escapo de mi. Creo que demasiado aburrimiento me hace soñar estupideces, me dije a mi mismo antes de abrir mis ojos. Baje el libro y mi campo visual se veía poblado por la asquerosa imagen, de ver a tan despreciable gente existir. Como si fuera poco, el sonido de mi celular en mi mochila, interrumpió mi momento de odio, introduje mi mano dentro de ella para tomar el teléfono. No había nada, solo dos libros y algo frío, parecía metal. Lance una rápida mirada hacia mi profesor junto con el grupo que compartía una sesión de risas insulsas. Parecía que nadie se preocupo por el sonido de mi teléfono, teléfono que no estaba en mi mochila, ¿Donde lo deje? ¿Fue en casa?. No podía recordar por mas que quisiera, ¿Acaso estaba alucinando?. Un leve dolor de cabeza me llego como el pinchazo de una aguja, lentamente comenzaba a sudar. ¿Porque todo esto? Los sueños, las sensaciones...Los sonidos. ¿Acaso me estoy volviendo loco?. Tome mi mochila y camine hacia la entrada del salón, para mi sorpresa la molesta voz del profesor me detuvo con la pregunta: ¿A donde vas Lucien?. Pregunta que inmediatamente le respondí con la apacible respuesta de tener que irme a casa porque no me sentía bien. Como era de esperarse ese maldito negó con su cabeza mientras decía No puede irse señor al momento que se acercaba a mi. Todo colapsaba poco a poco en mi cabeza,mientras involuntariamente mi diestra se metía en la mochila, sacando de ella un largo cuchillo de reluciente hoja. Me sentía como un animal acorralado, la presión de mis propias dudas, el penetrante dolor de cabeza y el odio… Todo se concentro en un solo momento, llevándome con un solo movimiento: a cortar lo que era el cuello del maestro. Su se escurría por la herida en sus desesperados intentos de respirar, ante el hecho consumado, una sádica sonrisa de psicópata se dibujaba en mis labios. Y En el total descontrol que era mi persona en ese momento, algo me pedía mas, debía arrebatarle la vida a esas inmundas cosas que no merecían vivir. Guiado por mis impulsos me dispuse a quitarle la vida a cada uno de esos insectos, con cada apuñalada, con cada corte que la filosa y reluciente hoja de mi cuchillo hacia en su carne, manchando mis ropas en lo que sus cuerpos perecían sobre su propia sangre. Siempre fui yo, yo mate a mis padres, yo coloque el cuchillo en mi mochilla, siempre fui yo. Siempre estuve destinado a cambiar este mundo. Finalmente ahí estaba, parado sobre la escena que me había forzado al cambio, al cambio de una simple oveja a un lobo hambriento, la sangre de aquellas porquerías estaba por doquier, sus cuerpos ya sin vida, se hallaban en lo que era el escenario, si, el escenario que abriría el telón al principio del nuevo mundo. Nadie me detendrá ahora… -Yui.
Posted on: Sun, 24 Nov 2013 06:35:56 +0000

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