El juego de la muerte. Recuerdo cuando jugué ese macábro juego, me lo recomendó un amigo llamado Pedro, una vez que fuimos a la feria de la ciudad. Dijo que por ser yo, tan valiente, debía jugar "el juego de la muerte" clausurado ya hace cinco años pero aún en funcionamiento en los almacenes de la feria. Acepté el reto de Pedro, y él me llevó a los almacenes. Los almacenes estaban compuestos por varias secciones de un mercado abandonado, donde había bases de mercaderes oxidadas; el almacén se convirtió en eso tras el incendio del 2000 cuando el cuarenta por ciento del mercado se destruyó. Él me explicó la base del juego: "El objetivo es simple: Debes aguantar videos extraños. Pero la mayoría de los que llegan a la ronda dos se vuelven locos y el único que llegó a la ronda tres... Murió. El juego estuvo una semana en la feria y todos decían que era lo mejor, hasta que ese chico murió en la ronda tres." Llegamos por fin, tras colocar un poco de miedo en mi; lo primero que vi, fue un shooter, donde solía haber dinero en una especie de cápsula reforzada. El juego de la muerte era básicamente lo mismo, pero este era de color morado, con detalles en negro y blanco, tenía tres pantallas, una pistola y unos lentes. Me acerqué y mi amigo, sacó sus extensiones eléctricas y conectó varias unidas hasta que encontró un enchufe; Entonces la máquina se encendió. El nombre no era "el juego de la muerte" si no otro, que no recuerdo, pero fue apodado como "el juego de la muerte" por lo sucedido. Mi amigo metió una moneda y en las pantallas me pidieron ponerme las gafas, lo cual hice, no sin antes tomar la pistola. Comencé por ver una habitación oscura, para luego ver que alguien entraba en la habitación; era un hombre con un violín y el rostro deforme, con una horrenda sonrisa en este. Comenzó a tocar, mientras las imágenes cambiaban, habían toda clase de videos aterradores, pero uno me llamó la atención; se trataba de un par de mujeres con el rostro y cuerpo deformes, una de ellas tenía enormes dientes afilados y la otra era gorda en exceso. La primera cantaba en un tono agudo, que ascendía y descendía constantemente, como si se distorsionara. La otra en uno muy grave, de igual manera con distorsión; juntas componían una melodía enfermiza. Al terminar la canción, se me pidió disparar a varios objetivos, de los cuales sólo atiné a tres, debido al enorme nerviosismo que me dejaron los videos. Se me pidió quitarme los lentes, al hacerlo, voltee a ver a mis amigos, los cuales ya no estaban, no tomé atención y reí. Sabía que era una broma. Después de unos minutos, Pedro llegó, riendo y se sentó cerca de mi, mirándome. "¿Quieres seguir?" Preguntó. -Pero por supuesto- Respondí. -Esto es interesante... Pero, ¿Y los demás?- "Se fueron" rió "Les dio miedo." -Cobárdes.- Reímos. "Pues cuidado, porque aquí es dónde todos se vuelven locos." Sonrió. "Se trata de una vieja, según lo que me han dicho, que come bebés. Nadie sabe si es real o no." Disparé de inmediato al botón que decía "segunda ronda" en el menú. El menú era de fondo negro, con detalles en morado y una blanca luna. Me puse las gafas, de inmediato observé un video en blanco y negro; recuerdo que en este, había varias familias dejando a sus recién nacidos en una especie de tablón, detrás de la escena había un tren. Había una voz, recuerdo palabras en ruso; también recuerdo el rostro de una mujer, su vestimenta estaba compuesta por un saco, un vestido blanco y un sombrero. Se corta la escena y se ve el mismo lugar, en un escenario nocturno, pasan unos minutos y de pronto se ve a una mujer de aproximadamente ochenta años, muy parecida a la mujer del saco; la mujer tenía piernas parecidas a las de un saltamontes o una araña, pero solo la posición, ya que estaban compuestas por piel. La mujer toma a uno de los recién nacidos y lo olfatea, para luego ponerlo en su hocico; era extraño que primero los tomaba desde los pies e iba dando mordiscos hasta comerlo completo. Continuó así con casi todos los bebés, exceptuando algunos que solamente los olfateaba y dejaba de lado. Al terminar el video, me pidió una vez más disparár a objetivos y de inmediato lo hice, fallando la mayoría. Me quité las gafas, la curiosidad me mataba pero, no quería morir, así que le pedí a Pedro irnos. Disparé a "Salir" en el juego y se abrió la casilla de recompensa por doscientos pesos, pero de manera obvia, no tenía nada, así que salimos y fuimos a casa... El mejor juego que he tenido oportunidad de probar. Héctor "skull" Nájera.
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 20:30:16 +0000
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