En 1984, cuando estaba por egresar de la Escuela, tuve el mejor profe de contabilidad que podría existir. Su capacidad y dedicación nos permitió despedirnos de la Institución con un título de Perito Mercantil revaluado por los conocimientos adquiridos ese año. Esa prejuicio de que un profe piola no enseña y el que enseña es un cretino, Víctor Martín se encargó de derribar: excelente persona, gran profesional y un enamorado de la Comercio Numero Uno al punto que, en un supuesto contrafáctico, sacrificó una carrera profesional para continuar en sus aulas. Allí cultivó la amistad y el compañerismo con sus pares y el ejemplo hacia los alumnos. En aquel tórrido Diciembre del 84 tuvimos la oportunidad de manifestarle nuestra admiración. Muchos años después me enteré de que nunca tuvo vergüenza de emocionarse hasta las lágrimas, pero aquella tarde en 5° 1° dejamos de aplaudirlo y de cantarle "las muchagracias" porque lo habíamos hecho llorar al "Gordo" Martín. Mis respetos y admiración sempiterna Víctor!!!
Posted on: Sat, 03 Aug 2013 21:51:09 +0000
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