En un video Luciano ingresó al mercado y enseguida vio, detrás - TopicsExpress



          

En un video Luciano ingresó al mercado y enseguida vio, detrás de uno de un mostrador, a Fabricio, un amigo. Al notar su presencia Fabricio sonrió y fue a su encuentro. Hacía un buen tiempo que Luciano no entraba allí, pero conocía bien el lugar, pues él había instalado las cámaras de seguridad que vigilaban el mercado. - ¡Tanto tiempo sin vernos! - exclamó Fabricio. - Sí, es el tiempo pasa volando, qué le vamos a hacer - y los viejos amigos se dieron un abrazo. - ¿Y la familia, todo bien? - Por suerte sí - respondió Luciano -. ¿Y la tuya? - Bien, gracias. Lo que está un poco complicado es la situación aquí. Ya te cuento por qué te llamé. - Estoy intrigado, aunque supongo que ya sé de qué se trata. - Espero que solamente se trate de… - Fabricio se arrimó más a su amigo - alguna travesura de alguien de aquí, pero no sé, francamente estoy desconcertado. Vamos a mi oficina y te cuento todo. En la oficina del mercado, que era propiedad de Fabricio, éste le sirvió un whisky a Luciano y se sirvió uno a él. Fabricio no anduvo con vueltas, la larga amistad permitía ese trato. Así, le relató un hecho que parecía sobrenatural. Por la noche, cuando no había nadie en el mercado, las cámaras de seguridad no registraban que alguien entrara a la oficina, sin embargo, en el interior de ésta se movían cosas, por la mañana aparecían en lugares distintos. Fabricio nunca descubrió que faltara algo, pero no iba a esperar que sucediera. La única ventana estaba fuertemente enrejada, y no había otra entrada. No se explicaba cómo alguien entraba allí sin que las cámaras lo grabaran, y por qué solamente movía objetos. Enterado de la situación, Luciano se llevó un montón de videos para analizarlos en su casa. No encontró evidencias de que los hubieran editado o manipulado de alguna forma. Al reunirse nuevamente los amigos, como seguían sin saber qué pasaba allí, el paso siguiente fue instalar cámaras en la oficina. A la mañana siguiente los dos vieron lo que habían grabado. Estaban mirando atentos la pantalla de una computadora. En una imagen tomada desde arriba, se veía el escritorio, un archivero de color metalizado, el pequeño bar con sus botellas y, sorpresivamente, un ser fantasmagórico salió de una de las paredes, como si hubiera entrado por una puerta, y se puso a recorrer el lugar. Era una figura humana, femenina, casi traslucida. La aparición dio varias vueltas alrededor del escritorio, miraba para un lado, para el otro, y seguía dando vueltas. De repente la aparición tomó un pisapapeles y lo cambió de lugar, haciendo lo mismo con una pila de carpetas. Repentinamente se detuvo y volteó velozmente hacia la cámara, y su cara, que en un primer instante seguía siendo humana, se transformó en algo horrible, y la grabación se cortó. Los dos quedaron con un gesto de terror en el rostro. - ¿Reconociste el rostro de la aparición? - preguntó Luciano -. Estoy casi seguro de que la vi aquí… - ¡No la reconozco, no, nunca la vi! - afirmó Fabricio, que seguía con la mirada fija en el monitor. Luciano lo miró y no preguntó más; conocía perfectamente a su amigo y sabía que estaba mintiendo. Haciendo un esfuerzo recordó a la muchacha, había trabajado en el mercado, y recordó haber escuchado algo sobre su sorpresiva muerte.
Posted on: Fri, 04 Oct 2013 06:24:15 +0000

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