Es verdad que el pueblo vota y eso sirve para etiquetar al sistema como falsamente democrático, pero la mayoría acude a las urnas o se abstiene sin la previa información objetiva y la consiguiente reflexión crítica, esos votos condicionados por la presión mediática y las campañas electorales sirven al poder dominante para der la impresión de que se somete a la voluntad popular expresada libremente en las urnas. En ocasiones, como se ha visto, sirven incluso para avalar la corrupción. Se confunde a la gente ofreciéndole libertad de expresión al tiempo que se les escamotea la libertad de pensamiento. Ya en la primera infancia se inculca, que la mente infantil no puede sino asumir. Así continua la formación mental de súbditos en las sucesivas etapas de una enseñanza orientada a formar productores competitivos y consumidores, que son los que le convienen a los dominantes. Fuera de las aulas, los medios audiovisuales siguen inculcando las ideas del mando, sugieren preferencias políticas y debían el interés de las personas hacia los atractivos del consumismo y los espectáculos. Es inmensa la cantidad de estrategias para controlar el pensamiento crítico, sin el cual la famosa libertad de expresión pierde su valor. Con un vistazo a los resultados electorales nos daremos cuenta de la llamada “Democracia” es un sistema oligárquico en manos de las minorías dominantes. José Luis Sampedro
Posted on: Fri, 26 Jul 2013 17:02:59 +0000
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