Estaba el otro día releyendo un libro maravilloso, que recomiendo a todo el mundo Es mi tipo (Simon Garfield, 2010) y me reencontré con la historia de Cyrus Highsmith, un diseñador tipográfico que intentó sobrevivir a la Helvética en su día a día. Como les contaba, Cyrus decidió un día que cada vez que viera algo escrito con Helvética, giraría la cara. Todo esto partiendo de una premisa filosófica ¿Necesitamos la tipografía para vivir? Empezó el día y le costó ponerse alguna prenda ya que muchas de ellas tenían sus etiquetas rotuladas en Helvética. Desde luego la idea de conectarse a Internet era absurda, ya que poco tardaría en toparse con la dichosa tipografía. Salió de casa y ni se pensó tomar el metro (en New York) ya que todas sus estaciones están diseñadas con la tipo suiza. Así qué tuvo que esperar hasta que pasara un autobús de línea con otra tipografía. La hora de comer fue difícil por el diseño de los envoltorios…Imaginense un día así de estresante, pero bueno llegó a casa, cogió el mando a distancia de la tele, pero lo dejó al instante ¿adivina porqué? La respuesta que se hizo Cyrus tuvo en ese momento sus respuestas, las tipografías no es que no sean necesarias; las tipografías son como el oxígeno, no puedes vivir sin respirarlas. youtube/watch?v=31BHb9nfPKQ
Posted on: Mon, 09 Sep 2013 17:50:11 +0000
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