Esto es un acto de supervivencia y algo más, en forma de cuadernos. A fuerza de insistir, los seis que mejor exhiben mi falta de cordura asoman aquí y están de alguna manera relacionados –cuando éramos pocos, bien dicen, parió la abuela. Tres presumen un cierto adelanto y al resto les cuesta un enorme trabajo lidiar con las miles de cuartillas que tienen detrás: Desde la azotea, 1 Para morir iguales Demasiado humano Red de agujeros Última función La ilusión viaja en tranvía Cuaderno diván llamé al primero, ya desaparecido. A viñetas cuanto hago, algunas prometían y obsesionado por lo que dejé atrás y no servía en forma de libro, y por lo mucho sin destino previsto en proyectos en los cuales seguía gastando horas y horas, los recursos virtuales dieron la oportunidad de probar. Las explicaciones están en Calzada una y otra vez. En algún lado escribí: No diré la tontería de que escribo con el abuelo, nacido en 1892. No miento en cambio al afirmar que compartimos el departamentito, el pan y los cigarrillos. Las minas eran su todo. Socavones y patios, charlando en silencio a veces sin saberlo. El ejemplo viene de él, del hermano pequeño con su mundo que se diría siempre el mismo y cada mañana es nuevo, y de los países superpuestos de los cuales resulta en mío. Otros cuadernos rondan la cuadra: Talleres Viendo pasar al abuelo De exilios El país del horror… Todos tienen un Propósito común. -0- Los Oficios que declaro no incluyen a la crónica. Es injusto pues si me da de comer de ella dependo también vivencialmente. Por muchos lados en los cuadernos queda claro porqué no fabulo, siento la tentación al recordar a un par de escritores extraordinarios, y la evito sabiendo que no podré con el paquete, ni en el intento debido al tiempo. En los últimos años cada tanto tengo ganas de hacer una novela para ganar unos pesos o burlarme de la pobreza de nuestro medio, donde abundan los fraudulentos. Lo olvido enseguida porque no saca de apuros y sería un lujo en el consumo de mis pocas fuerzas. Sigo entonces con la antigua tarea. -0- Fabular. Digo que no puedo y lo hago, por fuerza y cada vez más por voluntad. Vivo con el abuelo muerto en 1952 y nuestra casa es mi hermano pequeño. Qué mayor fabulación, en el país red de agujeros, donde paseo por el mundo entero del año 1137 al presente, con Niños de Piedra en mocasines que vuelan, hadas monstruosas chorreando sangre al erguirse en el río, cielos viniéndose abajo, una partida de hombres cuya conspiración se fragua dos siglos atrás y ahora mismo. youtube/watch?v=1O4-RCjwal0
Posted on: Fri, 07 Jun 2013 20:57:40 +0000
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