Evocación de los Espíritus Allan Kardec, repitiendo las - TopicsExpress



          

Evocación de los Espíritus Allan Kardec, repitiendo las experiencias de los grandes iniciados del pasado, en los tiempos modernos se hizo notable, por sus excelentes cualidades morales y culturales que le engalanaban la personalidad, sobre todo por el coraje, la serenidad y la nobleza con que evocaba a los espíritus. En la antigüedad oriental era común la práctica de la evocación de los muertos, en todas las culturas, en la intimidad de los templos endiosaban a los adivinos, oráculos y sacerdotes, profetas y pitones que eran quienes conseguían traducir el pensamiento, pues a través de su sensibilidad ellos regresaban al contacto humano. En Grecia, se volvieron notables los santuarios, en los cuales ocurrían las evocaciones de los dioses, especialmente el de Delfos, que ha quedado como referencia histórica sobre la legitimidad de las comunicaciones entre los seres que desencarnaron con los hombres. El cristianismo primitivo sentó sus bases espirituales en el intercambio con las divinidades protectoras, que se presentaban espontáneamente, conduciendo a las mentes y apoyando a los hombres en sus emprendimientos elevados. Este intercambio se reinició con Jesús, cuyo advenimiento fue anunciado por espíritus nobles y toda su vida fue marcada por la incesante comunicación con los desencarnados, muchas veces realizándola Él mismo después de su muerte y culminándola con su inolvidable aparición al joven Saulo, a quien convocó en las puertas de Damasco, para un ministerio sin igual. Más adelante, en las reuniones de los discípulos y de los continuadores de Su Obra de amor, las comunicaciones espirituales se volvieron el vehículo seguro para el éxito del despertar de conciencias, volviéndose un elemento de apoyo de las nacientes comunidades. San Juan Crisóstomo, San Basilio, Orígenes, Constantino, entre muchos, fueron excelentes médiums que las fuerzas del más allá conducían con facilidad, inscribiendo en las páginas de la historia sus honestos testimonios con respecto a la vida trascendental y sobre la interferencia en sus vidas de los seres espirituales. En los siguientes siglos, ocurrieron extraordinarios fenómenos, dando prueba de la comunicación de los espíritus, trayendo el mensaje de alivio y de apoyo durante la Edad Media y la confirmación de la sobrevivencia en el período de la Edad Moderna. Sin embargo, Allan Kardec bajo el comando del Espíritu de Verdad que supervisaba la misión, evocó a entidades espirituales diferentes, manteniendo con ellas diálogos notables, gracias a los cuales elaboró la codificación espírita. La tarea misionera que le fue concedida,la elevada moral con la que se cubría, la sinceridad y nobleza de propósitos que mantenía, la lucidez peculiar que poseía, funcionaban como credenciales para las evocaciones que hacía con la finalidad de aprender, recoger informaciones, constatar datos, aquilatar valores culturales y elaborar las obras, teniendo la administración superior de Jesús, que regresaba a la Tierra en la condición del Consolador. Los resultados fueron tan eficientes y seguros que colocó todo un capítulo, el número veintitrés de El Libro de los Médiums, sobre las evocaciones, con la finalidad de orientar a todos aquellos que pretenden con honestidad penetrar en las provincias de la erraticidad, entrando en contacto con sus habitantes. Pero no todos los individuos disponen de las credenciales seguras para realizar las evocaciones, corriéndose el riesgo de ser engañados por espíritus burlones, mistificadores, atrasados y perversos que pululan alrededor de los hombres y que sólo respetan las vibraciones de carácter diamantino y las irradiaciones de los sentimientos elevados, que los repelen. Lo ideal en las experiencias mediúmnicas es esperar las manifestaciones espontáneas, más naturales, no forzadas, para aprender las técnicas de identificación así como enseñorear los delicados procesos de comunión espiritual, pudiéndonos colocar a salvo de las trampas y obsesiones evitables, que normalmente propician la imprudencia y la precipitación. Se pueden evocar a los espíritus, pero para comenzar debemos saber que no todos están en condición de atender a los llamados, se debe considerar el estado de evolución en que se encuentran, las disposiciones de tiempo y ocupación, las afinidades con los médiums y otras condiciones sutiles, que son igualmente importantes. La presunción humana, que piensa que todo lo puede, se vuelve un gran impedimento en el área de las evocaciones serias, pues abre un campo de vibración para comunicaciones vulgares y decepcionantes. Actúan bien, aquellos que interesados en el aprendizaje ante el intercambio espiritual, esperan que ocurran las de naturaleza espontánea, pudiendo analizarlas y sacar de ellas lecciones provechosas, consoladoras, necesarias a la fe racional y al equilibrio de la paz interior. La mediumnidad colocada al servicio del bien, para las tareas de socorro, es un instrumento dócil para las comunicaciones naturales, enriquecidas en sabiduría, bajo la orientación de los guías espirituales que seleccionarán a aquellos que se deben y pueden comunicarse, contribuyendo al realizarlas al progreso moral del médium y la de los asistentes, porque ésta es la elevada finalidad del trabajo mediúmnico, y no para atender frivolidades, pasiones o incluso serias dudas, pero que son inoportunas. Vianna de Carvalho Médium Divaldo Pereira Franco Extraído del libro "Médiums Y Mediumnidades"
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 02:59:11 +0000

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