Guayaquil se fundó en 1534 pero se asentó en forma definitiva en - TopicsExpress



          

Guayaquil se fundó en 1534 pero se asentó en forma definitiva en 1547 Guayaquil recuerda este 25 de julio uno de los episodios más gratos de su historia, su fundación española en un año que todavía es objeto de investigación, a fin de alcanzar claridad y exactitud fuera de toda discusión. No obstante este vacío, Guayaquil se engalana en este día, y sus habitantes cantan himnos que enaltecen y que exaltan las glorias de su pasado. (unvrso.ec/000589M) La costumbre de celebrar el 25 de julio como la de la fundación, festejo que no compartían los estudiosos que solo hacían prevalecer la del santo patrono Santiago el Mayor, en los últimos tiempos está avalada por varios documentos que confirman que esa fecha juliana de 1547 Guayaquil definitivamente quedó asentada en las laderas del Santa Ana y desde allí marcó su desarrollo. No hay que olvidar que durante su peregrinación de la Sierra a la Costa, entre 1534 y 1547, Guayaquil asumió varios topónimos adjetivados como Santiago de Quito, Santiago de la Culata, Santiago de la Nueva Castilla, Santiago de Guayaquil o del Río de Guayaquil, Santiago del Río Daule, Santiago de Amay o del Río Amay hasta su ya histórico y definitivo Santiago de Guayaquil. Igualmente es oportuno insistir que la metrópoli heredó su nombre del cacique, población y río Guayaquile, constante en numerosos documentos coloniales. Esto hace concluir que lo del cacique Guayas y la princesa Quil (Kil) no es otra cosa que una hermosa leyenda, que es necesario y urgente ubicar en su debido contexto para terminar de una vez por todas con falsas interpretaciones. Santiago de Guayaquil recuerda hoy su fundación. Desde el malecón Simón Bolívar nace un pasaje fluvial que revela el carácter natural de los nativos de esta tierra. Es como un río de sensaciones que desemboca en el Golfo de Guayaquil. Pocos lo conocen. Es casi como un secreto íntimo compartido entre unos cuantos ecuatorianos -mayormente humildes- que entre sus experiencias incluyen navegar por este pasaje fluvial de 36 millas náuticas (66,7 km) de distancia. Es el trayecto desde Guayaquil hasta la isla Puná, ingresando al Golfo de Guayaquil, que permite mirar sus orillas desde un enfoque distinto, con un toque idílico, como si el espectador estuviera ubicado al otro lado del espejo de las realidades. Joffre Barreto, comunero de Puná que trabaja en promover este paseo con fines turísticos, considera que hasta ahora solo los habitantes de estas orillas han contemplado esa visión con paisajes que desde el muelle del Yacht Club Naval comienzan exhibiendo, a la izquierda, el follaje intenso de la isla Santay, mientras a la derecha se elevan las torres de las industrias del barrio del Astillero. (eluniverso).
Posted on: Thu, 25 Jul 2013 23:16:09 +0000

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