« Hacedores de la palabra » Muchos creyentes han tomado la actitud de dejárselo todo a Dios. Meditan en sus casas, van a la iglesia, dan su ofrenda, y “que sea la voluntad de Dios”. Pero entonces Dios les da lo que él quiere, y después se quejan. La inercia es un enemigo de tus sueños. Hay que orar, hay que ayunar, pero también hay que trabajar. El trabajo no llega a tu casa, sino que tú tienes que salir a buscarlo; y mientras vas caminando, vas orando. ¿Necesitas tiempo para orar? Pablo decía: Orad sin cesar. Y la única manera de orar sin cesar es orar todo el tiempo, en el trabajo, en la calle, veinticuatro horas al día, dondequiera que te encuentres. Pablo reconocía que estaba donde estaba por la gracia de Dios, pero dijo también que había trabajado más que los demás. Y es que la gracia de Dios que opera en tu vida es la que tú trabajas, en la que tú caminas, en la que te mueves. No hay palabras de inercia en la biblia. Sí habla de que estés tranquilo, con la paz de Dios en tu interior, pero extendiéndote siempre hacia adelante, hacia lo que Dios tiene para ti. Otro enemigo de tus sueños es el ocio. La biblia dice que el ocio lleva al pecado. ¿Quieres dejar de pecar? Mantente ocupado. Si un hombre se ocupa todo el tiempo de su mujer, no tiene tiempo para otra. Lo triste es que siempre comenzamos las cosas con pasión, pero ciertas cosas en el camino nos van deteniendo poco a poco y, sin darnos, cuenta estamos inertes. No hay una nueva revelación, no hay una nueva visión, no hay un nuevo sueño, no hay una intención de vida, no hay un deseo de levantarte todas las mañanas y vivir al máximo. Enciérrate y ora, porque dice la palabra que tu Padre te ve en lo secreto; pero tienes que salir del cuarto porque la recompensa es en público. Tienes que hacer el trabajo espiritual, pero después tienes que salir. La recompensa no llega a la casa, sino que tienes que salir a buscarla afuera, tienes que ir a luchar. Pablo decía que dependía de la gracia de Dios, y quecuando él ya no podía, se bastaba en la gracia de Dios dependiendo entonces de la potencia de Dios. Hay personas que dicen no tener suficiente fe, pero es que nunca se ha tratado de tu fe, sino de la fe de Dios, porque él es el autor y consumador de la fe. Tú no alcanzas las cosas por tu fe, sino que tú alcanzas las cosas por la fe en Jesús, agarrándote de la fe que él tuvo para vencer al enemigo; y agarrándote de esa fe es que tu fe se activa y puedes tener la victoria. Pero tienes que salir, tienes que moverte, tienes que actuar. Pablo decía que él trataba de agarrar lo que lo agarró a él primero. Todo el tiempo decía que te pares firme, que tomes la armadura de Dios, y que te bastes en la gracia de Dios, porque lo que tú no puedes hacer, en lo que tú no puedes lograr, Dios va a hacer la diferencia. El Espíritu Santo opera en tu vida, en la medida en que tú estés activando la palabra de Dios. Por eso dice la palabra en el libro de Santiago que no seamos oidores olvidadizos, sino hacedores. La razón por la que se nos desacredita a los creyentes es porque nos ven entrar en la iglesia, saben lo que se predica, pero no nos ven viviéndolo afuera. Tu vida de adoración a Dios no es únicamente en la iglesia. Ahí recibes palabra, pero es afuera donde vives la palabra que recibes.
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 15:25:58 +0000
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