Handala: La mirada de un refugiado palestino Handala Handala es - TopicsExpress



          

Handala: La mirada de un refugiado palestino Handala Handala es una palabra que en árabe significa amargura, pero hoy representa a una caricatura que lleva ese nombre y se ha convertido en símbolo de lucha pacífica en el conflicto de Palestina. Naji al-Ali fue el creador de este niño de diez años, que oculta su rostro y aparece descalzo observando las terribles escenas de la ocupación israelí. Handala, sin duda alguna, es la representación de la infancia de al-Ali, quien tuvo que vivir su infancia en el campo de refugiados Ain al-Hilwa. Por eso, desde 1975 Handala sigue siendo un poderoso distintivo de lucha del pueblo palestino por la justicia y la autodeterminación. “Di a luz a este niño en el Golfo, y le presento a la gente. Su nombre es Handala y él ha prometido al pueblo que seguirá siendo fiel a sí mismo. Yo lo dibujé como un niño que no es bello, su pelo parece un erizo dispuesto a atacar. Handala no está feliz, ni relajado, ni mucho menos es un niño mimado. Está descalzo, como los niños refugiados de un campamento palestino […] Tiene las manos entrelazadas detrás de la espalda en señal de rechazo al momento en que las soluciones se nos plantean en tono estadounidense”, dice Naji al-Ali al describir a su caricatura que se convirtió en su firma. La guerra está hecha para gente estúpida y por eso una caricatura como Handala puede destruirla sin decir ninguna palabra. Esto lo supieron los israelís que consideraban que Handala era un ataque frontal a su religión y los hacía ver como asesinos. Naji al-Ali se convirtió en objetivo militar. No sólo tenía enemigos pro israelís, sino que simpatizantes le dieron la espalda ante la denuncia que hizo tras la masacre de Sabra y Chatila en 1982, tras el asesinato de Bashir Gemayel, adjudicado a un sirio y por el que Israel violó sus acuerdos internacionales y se tomó Beirut Occidental. Con apoyo de una milicia cristiano-falangista de Libano entraron al campo de refugiados, supuestamente en busca de miembros de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), pero en realidad fue una masacre de ancianos, niños y mujeres palestinas, calificada como genocidio por la ONU, que duró más de 30 horas. Al-Ali sobrevivió escondiéndose en los subterráneos de Beirut. Cuando volvió a Kuwait, no sólo denunció el hecho sino que implicó a la OLP por tener parte de la responsabilidad con los trágicos hechos. La prensa árabe se burló de él y lo consideraron un traidor hasta el punto de expulsarlo de Kuwait y negarle el asilo en cualquier otro país árabe. Por eso terminó en Londres, donde cinco años después, en 1987, fue asesinado sin que nunca se esclarecieran los hechos del crimen. Handala, en cambio, siguió más vivo que nunca y se convirtió en símbolo de todos los marginados y oprimidos por la ocupación de Israel, además de internacionalizarse como símbolo universal para los simpatizantes de la causa palestina y su lucha no armada. «Al principio él era sólo un niño palestino, pero su conciencia se ha desarrollado y ahora tiene un horizonte global y humano. Handala es un niño simple pero a la vez complicado, y es por eso que la gente lo adoptó y sintió que él representaba su conciencia”, argumenta Naji. Siempre aparece dándonos la espalda y mostrándonos una mujer abaleada, unos niños armando tanques con piedras, un suelo árido con la forma de la estrella de David o un encercado con una espiga. Handala, a la larga, no es más que un recuerdo trágico sobre un lugar del mundo donde siguen muriendo miles de personas por un conflicto que no tiene ninguna razón de ser. Es un símbolo de dignidad de un pueblo que cada día ve cómo se desfragmenta su nación por culpa de la ocupación y mientras tanto la comunidad internacional sigue de manos cruzadas. Handala, como su significado en árabe lo dice, es una amarga verdad que carcome los huesos, hace doler los nervios y produce una rabiecita que se estanca en la glotis. Como en esa caricatura que Handala ayuda a un lisiado que no tiene una pierna, seguramente por culpa de las minas antipersonales, y de fondo se ve a un general ancho y robusto con miles de medallas. El contraste es magnífico y hace de ésta una de las mejores caricaturas del mundo al tener tres de los elementos que considero básicos: inspiración (que genere algo: risa, llanto, dolor, rabia), sencillez (la sola imagen lo dice todo) y remembranza (que un tema se entienda en una caricatura, es decir, que yo pueda entender y analizar el conflicto palestino-israelí, desde las caricaturas de Naji al-Ali). El político libanés Charles Ritzk algún día dijo «En el Líbano es donde la muerte es más absurda y escandalosa, porque cuando uno muere, uno realmente no muere para nada». Es admirable que en un lugar del mundo donde la muerte ha perdido significado, exista un personaje inmortal que pese al devenir de los años, sigue siendo un niño de diez que está pintado en las paredes de las principales ciudades y hasta en la barrera israelí en la frontera con Cisjordania. Sin duda alguna, Handala es un puñetazo con manopla al cerebro del mundo. José Báez G.
Posted on: Thu, 26 Sep 2013 06:44:22 +0000

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