Hoy, temprano, al cruzar el Jardín Hidalgo de Coyoacán, - TopicsExpress



          

Hoy, temprano, al cruzar el Jardín Hidalgo de Coyoacán, encontré a don Pepe, es un viejito que trabaja de bolero, ahí en el parque, estaba sentado en su sillón alto, lo divisé muy entretenido, observando placenteramente a una escultura, que cruzaba el parque, presurosa llevaba un vestido blanco, zapatillas rojas, bolso café y aretes rojos, sus mejillas eran como de porcelana rosada y una cabellera dorada que se movía candorosamente, al compás de sus divinas caderas, era un ángel, el porte de su testuz era de tierna y elegante gacela mirando por encima del horizonte, pasé por el punto donde venía y comenté en voz alta, bendito sea Dios que me permite ver a sus hermosas criaturas. Sentí, una vez más, que me invadía la infinita bondad del Máximo Creador del Universo, cuando ella me ofrendó, dulcemente, una sonrisa y me arrulló con la luz de sus ojos verdes; tal vez fue un instante pero, para mí, fue tan dilatado como el tiempo que dura un largo, largo suspiro... Sin disminuir el ritmo ni la sublime cadencia de sus pasos se alejó. Don Pepe sonrió discretamente, nos saludamos y obviamente el comentario fue sobre aquella Beldad que acabábamos de ver. ¿Cómo le va mi estimado? le dije, y me contestó, aquí ya temprano, a ver qué tal el día, pues ahora con las lluvias casi no hay clientes. ¡Ahhh! que caray le contesté, bueno pues le invito un café con una dona, añadí; él me replicó, ¿del Jarocho?, claro que si pues, contesté, él asintió sonriente, así que fui por los cafés y las donas, él en su banquito y yo en una banca del parque, nos pusimos a platicar un rato, de cosas de la hermosa vida es decir, de mujeres y del trabajo, entre esos temas estábamos cuando noté un cambio en su expresión, me mostró un periódico y exclamó, vale madre toda esta chingadera que pasa en el País, pura pinche mierda de politiquerías mediocres, sí la cosa es saber atacar el problema de raíz, pero los chingaos políticos ineptos, nomás mamando el dinero del pueblo, mire le voy a contar algo que leí en un libro, tomó un sorbo de café y comenzó, con la actitud propia de quien va a iniciar su catedra en la universidad. “En 1969, hubo un cabrón (un psicólogo de la Universidad de Stanford, EEUU, Philip Zimbardo), que realizó un experimento de psicología social. Dejó abandonados en la calle, dos coches idénticos, de la misma marca, modelo y color. Uno, en el Bronx, que en ese tiempo era una zona pobre y conflictiva de Nueva York y otro en Palo Alto, California; una zona rica y tranquila. Su objetivo era observar que sucedería con la conducta de los habitantes de cada zona, los conejillos fueron pues, dos carros idénticos abandonados y dos barrios con poblaciones muy diferentes. Resultó que el auto abandonado en el Bronx, comenzó a ser desvalijado en pocas horas, robaron las llantas, motor, asientos, espejos, radio, etc. Se llevaron todo lo aprovechable, y lo que no pudieron arrancar, lo destruyeron. En cambio el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto. -Verdá que es común atribuir a la pobreza las causas del delito. -Pues sí, contesté lacónicamente. No obstante, dicho experimento no terminó ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx, ya estaba totalmente deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, ese canijo (Zimbardo) decidió poner el ingrediente que ayudaría a probar su hipótesis, rompió un vidrio y madreo la carrocería del automóvil de Palo Alto. ¡Parece que esa fue la señal! que los honrados y honorables ciudadanos de Palo Alto esperaban, porque dicen que al cabo de pocas horas ya se habían chingado el coche, como el del Bronx de Nueva York y así, el robo, violencia y vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre. Ahí la pregunta seguramente fue, ¿Por qué el vidrio roto y las abolladuras cambiaron todo? Se ve claro que no se trata de pobreza. Es algo que tiene que ver con la naturaleza humana, con la parte animal que todos llevamos dentro, así como las bajas pasiones que a veces no podemos controlar y que solo es necesario una chispita para detonar… En este mentado experimento, el mensaje que ese cuate (Zimbardo) dejó, ex profesamente, transmitió la idea de deterioro, de desinterés, de ruptura de las normas establecidas, de ausencia de ley, etc. e inmediatamente se fueron deteriorando los códigos de convivencia; así, cada nuevo ataque que sufría el auto, reafirmaba y multiplicaba exponencialmente esa idea, hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se volvió incontenible, desembocando en una violencia irracional. Con base en estos antecedentes y con experimentos posteriores otros dos cabrones, que ahora no recuerdo sus nombres (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la ‘teoría de las ventanas rotas’, ¿cómo ve? Así pues mi amigo, con esta teoría me explico la descomposición actual de nuestra sociedad mexicana, la falta de apego a los valores universales, la falta de respeto entre los diversos grupos de nuestra sociedad y hacia las autoridades, extorsión y soborno, y viceversa, la corrupción en todos los niveles, nula formación de cultura urbana etc. además la falta de oportunidades, todo este desmadre, ha creado un país con ventanas rotas, que al igual que los coches del experimento, como todo mundo sigue la inercia del valemadrismo, nuestra condición se va degenerando y cada día estamos más jodidos”. Me quedé en silencio y me dije, estas son las charlas que realmente valen la pena estar atentos, cuanto desenvolvimiento y razonamiento, bien hilvanado en cada frase que escuchaba de boca de aquel dizque “inculto” y bonachón veterano de la vida. No me quedó más que asentir con la cabeza y despedirme de ese mi buen amigo, para la próxima dijo que él invitará el pan.
Posted on: Wed, 25 Sep 2013 04:52:58 +0000

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