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/Jc/06/01-06 /Jc/06/11-24 La historia de Gedeón ocupa los cc. 6, 7 y 8 del libro de los Jueces. Gedeón supo organizar las tribus del norte para hacer frente a los madianitas, enemigos temibles que invadían precisamente Israel cuando los campos estaban a punto para la cosecha (vv 1-6). Un factor que les daba superioridad era el hecho de poseer camellos domesticados: un ataque rápido por sorpresa de jinetes montados en camellos podía realizarse con una agilidad y una fuerza difíciles de contener. El narrador atribuye a la decadencia religiosa la impotencia de Israel para enfrentarse a ellos. Hasta que por fin los israelitas "clamaron a Yahvé" (6). La vocación de Gedeón (11-24) concreta la respuesta del Señor al grito angustioso del pueblo. Tiene puntos de contacto con la vocación de otros jefes del pueblo o profetas, como Moisés, Saúl y Jeremías. Tanto a Gedeón como a Moisés, quien se les aparece es el ángel de Yahvé, aunque quien les habla es Yahvé mismo (Ex 3,255; Jue 6,14.16.23), y a ambos confía el Señor una misión liberadora (Ex 3,10; Jue 6,14), y de Gedeón se subraya además su coraje y valentía. Moisés y Gedeón, al igual que Saúl y Jeremías, ante la magnitud de la llamada presentan como objeción su pequeñez personal, o la pequeñez de la tribu a que pertenecen. Así Moisés replica: "¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?" (Ex 3,11). Y es bien conocida la objeción de Jeremías: «No sé hablar. Soy todavía un niño» (Jr 1,6). La respuesta del Señor es en todos los casos la promesa de una ayuda indeficiente: él estará siempre con aquel al que envía (Jue 6,16; Ex 3,12; Jer 1,8). Los que han de ayudar al pueblo de Dios no son la gente más cualificada, mas el Señor está con ellos ayer y hoy. Después de la promesa de ayuda Gedeón pide una señal para identificar al Señor (17). Si es el Señor quien se le manifiesta, él ha de poder ofrecerle alguna cosa. A veces es el Señor quien por propia iniciativa da una señal que acredita la misión confiada (Ex 3,12). Pero aquí este aspecto de la vocación se enfoca del lado de Gedeón, vemos su interés por presentar algo al Señor, una escena que recuerda el convite de Abrahán a los huéspedes divinos (Gn 18), si bien aquí los alimentos se convierten en sacrificio: el Señor se manifiesta en ellos mediante el fuego (cf. Dt 4,33.36). La reacción temerosa de Gedeón ante el «cara a cara» que ha tenido con Yahvé origina la respuesta tranquilizadora del v 23: «La paz sea contigo; no temas, no morirás».
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 17:51:22 +0000

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