LA AUSTERIDAD COMO ESTILO DE VIDA Dice la Biblia en Marcos 1:6 “Y Juan (El Bautista) estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre.” En un mundo cargado por el materialismo, donde se valora a los personas por lo que tienen y no por lo que son, resulta siempre aleccionador revisar la vida de algunos personajes bíblicos que vivieron su vida con el mínimo suficiente de bienes y no sufrieron ningún menoscabo en su existencia. Juan El Bautista fue el último profeta enviado por Dios. Luego de los llamados “400 años de silencio” entre Malaquías y Juan, Dios determinó que sería el hijo de Zacarías y Elisabet quien concluirá el periodo profético de la Escritura y las credenciales con las cuales se presentó son asombrosas. Vivía en el desierto, vestía pelo de camello y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos y comía langostas (especie de chapulines) y miel silvestre que en síntesis expresa la austeridad y sencillez con que Juan resolvía sus necesidades básicas en una sociedad como la actual donde los estándares de bienestar económico reducían esa condición a pobreza extrema. Para los promotores y difusores de la teología de la prosperidad Juan El Bautista era un perfecto fracasado. Porque del desierto pasó a la cárcel y de la cárcel a la decapitación. La medianía en la que se sostenía El Bautista le permitía olvidarse de la preocupación y el estrés que provoca para muchos la búsqueda de comida, vestido y casa. Lo había resuelto consumiendo lo necesario, vistiendo lo indispensable y haciendo a un lado aquellos excesos que generalmente solo provocan males en la vida de las personas. El segundo lugar a nivel mundial de México en obesidad expresa dramáticamente que las posesiones materiales no siempre producen los mejores ciudadanos. Sin hacer una apología de la pobreza y tampoco condenar a los que tienen, la lección de Juan El Bautista parece más bien ir encaminada para ayudarnos a reflexionar sobre las cosas que son necesarias en la vida y las que son accesorias. Es decir descubrir que muchas de las cosas por las que nos desgastamos y sufrimos les hemos dado una relevancia que no tienen. El arte de vivir consiste en saber diferenciar cuáles son aquellos bienes que necesito y de cuáles puedo prescindir. Esta valoración nos ahorrará muchos dolores de cabeza y demasiadas preocupaciones innecesarias. Pablo resumía este modo de ver la vida diciéndonos: “Teniendo sustento y abrigo con eso estemos contentos”. Antes al escribirle a Timoteo su segunda carta le había expresado: “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”. Magnífico inicio de semana para todas y para todos.
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 13:33:34 +0000
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