LA BALLENA SE RÍE DE MÍ Hola a todos. Os quiero contar una historia que me ocurrió este verano en la playa. Estaba yo en la orilla con mi padre hablando tranquilamente de futbol cuando mi hija me llama a gritos: “Papa, mi ballena, se la lleva el agua”. Habrían poco más de 30 mts entre el corpulento mamífero y yo. Yo, confiado en que era pan comido, me pongo sin prisas mis gafas de natación que llevaba en el cuello y comienzo a perseguirla, pero como el que lo tiene chupao. Mientras, la gente había oido los gritos de mi hija y me observaban como el que se dispone a ver una película de cine de barrio, solo faltaba la mesa camilla. Como soy gafe, elegí la peor tarde. Fuerte viento y corriente hacia dentro. Aquella ballena corría que se las pelaba. Voy nadando a todo gas y apenas le recorto unos metros. Sigo nadando... y nadando y cuando veo que no hay cojones a pillarla me pongo de pie (me cubría poco más del ombligo) sí, es lo que tiene el Mar Menor, que no te ahogas ni queriendo. Entonces comienzo a correr tras ella. Algas, pies que se clavan en el fondo y yo corriendo como un loco. A todo esto, lo de menos era la ballena. Ya era una cuestión de orgullo. Deciros que apenas había gente en el agua... porque estaban todos en la orilla observando la persecución del hombre a la ballena. Me sentía como David Hasselford (o como puñetas se diga) lo que pasa es que ni había olas, ni iba a salvar a nadie, ni había rubias tetonas.... Solo una gorda ballena de plástico y yo. La ballena, por el viento, no solo se deslizaba a todo gas, sino que de vez en cuando pegaba unos saltos por encima del agua y avanzaba varios metros. A veces parecía que miraba para atrás y se reía de mí. Yo seguía corriendo y nadando (cuando me cansaba de correr nadaba... cuando me cansaba de nadar corría). El agua ya me iba llegando al pecho y la jodida ballena que llega a la red que separa el baño público de las motos acuáticas. Estoy salvado, pienso. Ahí se te ha acabado la carrera, ballena obesa. Pero ante mi sorpresa, la ballena candidata a una liposucción a lo grande coje y salta la red. La puta ballena está viva... Total, que yo sigo a lo mío y por fin la ballena se queda enganchada en el puerto. Para atraparla, tengo que subir al puerto y correr hacia dentro para cogerla. La barandilla está muy alta. Como a mí la amorfa de la ballena no me toca los cataplines, pongo un pie encima de la red y me agarro a la barandilla, la cual apenas alcanzo. Con mucho esfuerzo consigo apoyar una rodilla en el cemento...después la otra... el cuerpo me tiembla... me voy a caer al agua... pero consigo levantarme y subir al puerto. Corro hacia dentro y meto la mano por debajo de la barandilla, me alargo todo lo que puedo y consigo cogerla. Eres mía, ballena de mierda, me cago en los obesos de tus padres. Salgo del puerto y tengo que atravesar la feria para volver a casa. Voy con el bañador mojado, sin camiseta, las gafas de natación en el cuello, descalzo por la acera, con la mierda de la ballena inmensa en la mano y las rodillas chorreando sangre que me había hecho al rozarme con el cemento. La feria está llena de gente, que no deja de mirar mis rodillas y a la cachonda de la ballena. Lo mismo se piensan que me ha mordido... Cuando paso la feria, llego a la playa y comienzo a andar por la arena. Estoy deseando llegar a casa. Mientras, la gente, que había estado entretenida viendo como un gilipollas, mezcla entre Jim Carrey y Forrest Gan perseguía a una ballena de plástico que las venden por docenas, no me quitan ojo de encima. Todos miran y noto ciertas sonrisitas. Continuo andando y una mujer se me acerca. Dice que le recuerdo al padre coraje. Invito, cortesmente, a la mujer a que se vaya a la mierda. Por fin estoy cerca y mi hija, que me vé, viene corriendo. ¡Déjame la ballena, papa! Te la dejaré después... de que le haga morir lentamente. Sobra decir que desde entonces sueño con ballenas y si veo en el mar una ballena de verdad me produce menos miedo que la de plástico.
Posted on: Sat, 19 Oct 2013 10:34:43 +0000