La Biblia en un año: Salmos 102 al 104 LA MAYOR ENSEÑANZA Salmo - TopicsExpress



          

La Biblia en un año: Salmos 102 al 104 LA MAYOR ENSEÑANZA Salmo 34: 11 Mi esposa y yo tenemos un testimonio similar en cuanto a la reacción que tuvieron dos compañeros de trabajo nuestros a los que, -cada quien por separado y en ocasiones distintas - les comentamos la instrucción bíblica de educar a nuestros hijos en el temor de Dios. La reacción de ambos fue de asombro y extrañeza. “¿Temor de Dios? ¿Cómo le vas a tener miedo a Dios? En realidad este tipo de reacción no es rara. La mayoría de las personas tienen una de estas dos posturas con respecto a Dios: O Es irrelevante para sus vidas, o es un nombre a quien conjurar cuando quieres que te vaya bien en determinado asunto. En ninguno de los dos casos va incluido el concepto del temor de Dios. En ambos casos, la razón es la misma: Falta de conocimiento. Muchísima gente no sabe - o pretende no saber- que el Dios creador del Universo, el Dios que rige la Historia de la humanidad, es un Dios digno de inspirar temor. Aun entre nosotros los cristianos, el concepto de temer a Dios no es un concepto muy popular. Y hasta tenemos ya acuñada una frase que usamos cada que leemos en la Biblia u oímos en un sermón, o alguien nos habla acerca del temor de Dios: ¡Ah si, el temor de Dios, es un temor “reverente”!, es decir, el Temor de Dios no es un temor, temor, es mas bien como respeto, como si debemos ser lo suficientemente educados con Dios como para oír lo que tiene que decirnos, pero igual si no nos parece, pues lo hacemos a nuestro modo y no hay problema, al fin y al cabo “Dios es Amor”. Falta de conocimiento. No entendemos, o no queremos entender que el carácter de Dios si bien es cierto refleja su profundo amor por nosotros, refleja también su Santidad y su perfecta Justicia. Dios es Amor, pero Dios es Santo y Dios es Justo. Cada vez que pecamos, cada vez que ignoramos la voluntad de Dios y hacemos lo que es incorrecto, o dejamos de hacer lo que es correcto, ofendemos la santidad y la justicia de Dios, ofendemos a Dios y esa ofensa desata algo terrible, algo digno de temer. De temer, temer: La Ira de Dios SALMO 34: 16 ROMANOS 1: 18 EFESIOS 5: 5-8. ¿HAN LEIDO LAS HISTORIAS DE NADAB Y ABIU (LEV. 10 EX 30: 9 Y 10) Y UZA (2º SAMUEL 6. NUM 4:15) ¿Por qué si La Biblia es tan clara respecto a que el pecado enciende la Ira de Dios, nuestros jóvenes y nosotros mismos tenemos en poco este hacer enojar a Dios? Porque hemos descuidado la lectura y el estudio de la Biblia y eso nos ha ocasionado el no saber y como no sabemos, no enseñamos a nuestros hijos el temor de Dios. No hemos sido diligentes en guardar el mandamiento de Deuteronomio 6: 4-9 Y ¿Cuál es ese mandamiento? Ser diligentes en enseñar a nuestros hijos a amar a Dios y a temer a Dios. Las consecuencias las estamos viviendo, en nuestras familias y en nuestras Iglesias. Nuestros hijos no tienen temor de Dios y si no tienen temor de Dios, no tienen temor ni respeto por nada, empezando por sus propias personas. Es necesario que como Padres y como Iglesia asumamos nuestro papel de enseñar a las nuevas generaciones que Dios exige de nosotros como hijos suyos una conducta acorde al apellido que llevamos: cristianos Efesios 5: 8 ¿Cómo? Primero: Con el ejemplo. No puedo pretender que mi hijo se comporte como cristiano si yo no lo hago. No puedo pretender que mi hijo lea la Biblia si yo no la leo, no puedo pretender que mi hijo venga a la Iglesia si yo no vengo Después, como Iglesia, debemos apegarnos a nuestra responsabilidad de anunciar las verdades bíblicas, a llamar a las cosas por su nombre y no me estoy refiriendo a ninguna iglesia en particular, hablo de la iglesia cristiana en general, nuestras iglesias están padeciendo lo que pudiéramos llamar el “síndrome de Atenas”, mire lo que la Biblia narra que vivió el apóstol Pablo en Atenas: HECHOS 17: 16-21 Fíjese lo que dice el Vs. 21 en Particular “Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo” Atenas era el centro religioso de la antigüedad, pero lo que menos hacían era ocuparse de la religión, o al menos de la verdadera religión. Eso es lo que está pasando actualmente en nuestras Iglesias, las Iglesias que tienen muchos miembros, son las que presentan “Novedades”, nadie quiere oír de la santidad de Dios, Nadie quiere oír de abstenernos de Pecado, nadie quiere oír de la adoración a Dios en espíritu y en verdad, cuando nuestro Señor Jesucristo, el Jefe y Cabeza de la Iglesia es claro en enseñarnos que esa es la adoración que agrada a Dios, una adoración en espíritu y en verdad, es decir, una adoración que involucre la mente y el corazón, los pensamientos y la emociones. La mayoría de las iglesias ponen el énfasis solo en las emociones. Ejemplo: EL Pandero que empieza a sonar rítmicamente y el pastor o el ministro de alabanza comienzan a alentar a la gente a aplaudir y a moverse al ritmo del pandero. En poco tiempo todos están moviéndose y aplaudiendo, sintiendo el ritmo, sintiendo emoción, pero con la cabeza vacía y luego pregunta: ¿Siente la presencia del Espíritu Santo? El Espíritu Santo no está en un ritmo de un pandero o de una batería, el Espíritu Santo nos ilumina cuando deseamos conocer la voluntad de Dios para hacerla. Es necesario, es urgente que enseñemos a nuestros hijos el Temor de Dios, ¿Por qué? Bueno, en primer lugar porque si queremos una juventud sabia, nuestros jóvenes deben temer a Dios: PROVERBIOS 1:7 “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” Luego, hay promesa de parte de Dios para el que le teme: Salmo 34: 9-11 “Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien. Venid hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñare.” Es como si el salmista dijera: Quieres saber algo de verdad maravilloso, de verdad útil, de verdad valioso, déjame enseñarte a temer a Dios. Estoy seguro que el mejor regalo que como Padres podemos recibir es ver a nuestros hijos plenos, felices, viviendo una vida con sentido, la 3ª Epístola de Juan en el Vs. 4 dice “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” No hay nada que asegure más este deseo que el enseñarles la mayor enseñanza: El Temor de Dios. Feliz Jueves-
Posted on: Thu, 29 Aug 2013 11:29:42 +0000

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