La “T” vuelve a la Primera B Nacional, a un par de meses de su - TopicsExpress



          

La “T” vuelve a la Primera B Nacional, a un par de meses de su centenario, después de cuatro años, un mes y 22 días desde que descendió al Torneo Argentino A. Toda la información para ir a la cancha. El 13 de junio de 2009, en la cancha de Quilmes, Talleres empató 1 a 1 con el Cervecero y descendió de la Primera B Nacional, la categoría a la que regresará este sábado, cuando reciba a Sarmiento de Junín, después de... ¡1.513 días! de ausencia y de deambular 1.416 días en el tortuoso e impredecible Torneo Argentino A. Pasaron cuatro años, un mes y 22 días, 36.312 horas y 216 sábados de aquel descenso al Argentino A. En 2004 había abandonado la Primera División, tras disputar la promoción frente a Argentinos Juniors, con aquel equipo dirigido por Juan José López que, paradójicamente, concluyó tercero en el Torneo de Primera División y peleó el título. El mismo año en el que en un 28 de diciembre, en el día de los santos inocentes, se decretó la quiebra del club. Una coyuntura crítica, en la que pasaron dos gerenciamientos –los de Carlos Granero y Carlos Ahumada Kurtz–, el interinato de la Fundación Azul y Blanco de Ernesto Salum y, finalmente, la constitución del Fondo de Inversión. Fue demasiado tiempo, una eternidad para los matadores, quienes, sin embargo, asumieron el compromiso de acompañar en forma masiva a su equipo, durante cuatro temporadas en el Argentino A. Pasaron tres años y 10 meses en esa divisional maldita, que lo llevó a morder el polvo de canchas impresentables, árbitros mediocres y enfrentar a clubes que sólo conocía por referencias en Internet. Hasta que llegó la inolvidable noche del 6 de mayo de este año, en un Mario Kempes desbordado por 60 mil personas, en la que le ganó 1-0 a San Jorge de Tucumán y logró el anhelado ascenso. Fue el partido del “tacazo” de “Maxi” Velasco, quizá el gol más festejado por la hinchada albiazul en su casi centenaria historia. El que marcó el cierre del capítulo futbolístico más perjudicial para Talleres, un peso pesado que pagó con el descenso, primero, y con la quiebra, después, una interminable sucesión de errores dirigenciales y deportivos. Fue una bisagra que derivó en el renacer de la “T” y su ingreso a una etapa más floreciente, que se consolidó después con los triunfos en dos clásicos frente a Belgrano –uno por los puntos en la Copa Argentina–, la imborrable victoria por el mismo torneo, en Chaco, frente a Newell’s, el campeón argentino de Primera División, y el halago reciente de superar a San Lorenzo en el Kempes. Lejos quedaron las lágrimas que surcaron los rostros de aquellos jugadores que dirigía Roberto Saporiti, como Brasca, Lussenhoff, Céliz o Buffarini, en el estadio Centenario, hace 1.513 días. Hoy arranca otra historia, de rostros felices y esperanzas renovadas.
Posted on: Sat, 03 Aug 2013 13:28:49 +0000

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