La lluvia no da tregua, continua cayendo. Las gotas se siguen de - TopicsExpress



          

La lluvia no da tregua, continua cayendo. Las gotas se siguen de una en una, imaginen si cayeran todas a la vez. Como si de lavar los techos se tratara, porque ahí es donde golpea con más fuerza y produce ese sonido característico, tan de lluvia, tan viejo, como si te diera consejos, como diciendo relájate, tranquilízate, no pasa nada, todo estará bien, y es que la lluvia es muy vieja, que se las sabe de todas todas. Siempre que el clima estaba como el de hoy, Juana “colorada” preparaba sus chilaquiles, y el frijol con arroz. Ella era muy buena cocinera, tan buena, que por momentos me llegan de golpe los aromas de sus guisos. Todo eso sabe la lluvia y sabe de sueños, porque a muchos nos da sueño cuando llueve. Pero a las personas extraordinarias, a esas las motiva como a Juan Aldama, que a pesar de una lluvia pertinaz, tuvo que cabalgar en su caballo para llevar el urgente mensaje a Don Miguel Hidalgo y Costilla que la conspiración de Querétaro había sido descubierta. Sin el arrojo de Aldama, sin su tenacidad, el inicio de la lucha independentista se hubiera postergado. Bajo la lluvia cuantas cosas pasarían por la cabeza de Hidalgo: ¿Qué hacer?. Don Miguel Domínguez y su esposa Doña Josefa, encarcelados, no había plan B, el levantamiento estaba programado para iniciarse aprovechando la concurrencia de fieles en San Juan De los Lagos, Jalisco, durante los festejos del 8 de Diciembre. Sin lugar a dudas fue la lluvia, testigo de ese golpe en la mesa y ese puño apretado que más tarde tañería la campana y sujetaría el estandarte de Nuestra Señora María de Guadalupe después. Esa misma lluvia que no amedrentó las ordenes que Ignacio Allende gritaba a un puñado de improvisados soldados, armados con herramientas, con piedras y con palos, para realizar una misión más que imposible: Derrocar al ejército Realista. Y es la misma lluvia quien atestiguo el 28 de Septiembre una presencia invaluable en la lucha de este insipiente movimiento: El Ingeniero en Minas José Mariano Jiménez sin formación militar de por medio, sumó incontables victorias con equipos de artillería fabricados por él mismo. Sigo escribiendo y la lluvia arrecia, parece no tener final, como estos insurgentes que fueron tachados como vándalos y revoltosos por la clase media y alta de su época. Y de manera incesante año con año lavó sus cabezas cercenadas y mostradas como escarmiento en cada una de las esquinas de la alhóndiga de granaditas, la misma que fue tomada después que el pípila, muy ingeniosamente dinamitara su acceso, protegiéndose con una enorme piedra sobre la espalda. En ocasiones considero que la lluvia también conoce el futuro, ella sabe lo que nos espera, y no porque lo adivine sino por lo predecible que somos los humanos, siempre actuamos con esa extraña irracionalidad que insistentemente nos coloca muy por debajo de los seres vivos.
Posted on: Sun, 15 Sep 2013 02:06:26 +0000

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