"La oración de un creyente" Enrique Rodriguez, estaba durmiendo - TopicsExpress



          

"La oración de un creyente" Enrique Rodriguez, estaba durmiendo con su familia después de haber venido de la iglesia, descansando para otro día mas de trabajo. Esa noche tenían una invitada, su pequeña sobrina, mas o menos de la misma edad de su única hija, Carmen, de tan solo 8 años de edad, su consentida, su princesa, la niña de sus ojos. Esa noche en la iglesia se oró mucho por el país entero, especialmente por el área de la costa, pues según los únicos tres radios transistores de la aldea sumergida en medio de las montañas de Honduras, la tormenta que estaba puesta sobre el territorio era parte del huracán que estaba azotando la costa atlantica. Eran como las dos de la madrugada aproximadamente cuando solo se oyó un retumbo que venía de la montaña de donde el río traía el agua para la aldea, en la oscuridad de la noche en un abrir y cerrar de ojos pareció que la montaña entera se abrió y dejó salir todo el agua que guardaba en su interior, pero lo que en verdad pasaba era que desde la costa, las crecientes de agua provocadas por el huracán Mitch, rebalsaron muchas de las vertientes y ríos empujando el agua hasta lugares donde el huracán aparentemente no azotaría, la casa de Enrique, una pequeña choza humilde de paja y varas que hasta ese entonces era su hogar, su patrimonio, no fue la excepción de la creciente desbordada con toda su furia, cuando despertaron ya iban río abajo sin poder sostenerse de algo, una corriente que en vez de lanzar algo hacia la orilla con fuerza aterradora sumergía todo lo que encontraba a su paso. Enrique logró agarrarse del tronco de un árbol que con sus raíces se aferraba al suelo para no ser arrastrado junto con todos los escombros que esa corriente en la oscuridad llevaba con el mayor estruendo que irrumpió en una aparente noche pacifica de llovizna; sin tiempo de razonar sobre lo sucedido su instinto de vida le hizo pensar luego en su mujer y su amada hija cuando en cuestión de segundos a su lado pasaban gritando de terror las dos niñas río abajo luchando por mantenerse a flote, Enrique en sus reflejos como padre no pudo mas que agarrar con todas sus fuerzas a una de las niñas pensando que era su hija y lamentandose al mismo tiempo de haber dejado ir a la otra niña pues su otra mano estaba aferrada al tronco que lo sostenía de no ser arrastrado por esa corriente mortal. Se oían los gritos desesperados de gente en la misma situación luchando por sus vidas, y los que ya habían alcanzado la orilla con lazos o lo que encontraban, trataban de ayudar a los que veían pasar o los que estaban varados en medio del agua. Al lograr Enrique llegar a tierra, solo se arrastro con la niña hasta donde estaba un candil encendido para poder ver su carita en medio de tanta conmoción inesperada, un grito de dolor salió de sus entrañas al descubrir que había logrado agarrar a la que no era su hija, a su sobrina, en cuestión de segundos quiso haber retrasado el tiempo y tener de nuevo la oportunidad de volver a elegir a cual de las dos iba a salvar, ¿Por qué? Se preguntaba, su esposa logró reunirse con el a las pocas horas de haber podido salir del agua mas abajo de donde pudo escaparse de la corriente del río, al darse cuenta de lo que había pasado, los dos lloraban amargamente pidiéndole a Dios que un ángel hubiera podido sacar a su hija con vida del agua río abajo para poder ir a buscarla. Pasaron el resto de la madrugada caminando y preguntando por la niña y por sus familiares para entregarles a su sobrina que había sobrevivido gracias a Dios cuando Enrique la agarró pensando que era su hija. Para no hacer la historia más larga, el cuerpo de la niña apareció sin vida como a unos 5 kilómetros río abajo como a los dos días de lo sucedido. Fue una noche que nunca se olvidaría en esa aldea, la muerte llegó, no avisó y arraso con quien estuviera a su paso. Enrique tenia mas preguntas que respuestas, en la iglesia era el quien siempre hablaba positivamente, quien aconsejaba, quien tenia respuesta para todo y para todos, pero ahora estaba callado, su persona y su espíritu estaban atrapados en un mar de sentimientos encontrados; pasó el funeral de todas las personas cuyos cuerpos lograron encontrar y ahora a adaptarse poco a poco para el duro e inesperado cambio de vida. Era una noche de luna, tal vez la mas romántica para alguna persona en cualquier lugar del mundo pero para Enrique, su esposa y todos los que perdieron familia, un momento de luto y sufrimiento por la ausencia permanente de sus seres queridos, Enrique caminó hasta una colina, se hincó en el suelo y elevó esta oración: "Padre Nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre, no tengo fuerzas, no tengo respeto ni reverencia para Ti en este momento, pues yo se que eres Tu quien permite que las cosas pasen como pasan. No entiendo, no comprendo, yo se que a lo mejor ahorita mismo en el mundo hay gente que está sufriendo mas que yo, pero mi corazón en este momento no me deja pensar en los demás, solo en mi y en mi pequeña princesa, mi todo, devuélvemela si es de Ti hacerlo, resucitala, tienes el poder, da la orden te lo pido, hazlo por favor." Se tiró al suelo a llorar amargamente por un gran rato y al parecer sus lagrimas y su corazón destrozado lograron establecer una mejor comunicación en oración con el Creador y poniéndose otra vez sobre sus rodillas volvió a retomar su platica con Dios: "Perdóname Padre porque yo solo veo el presente, perdóname porque solo siento las circunstancias, perdóname porque estoy enterrado en el lodo de la desesperación y el sufrimiento y eso me ha cegado por completo mi fe en Ti, dame paz, dame esperanza, dame alivio, te lo pido por favor, se que lo que permites, lo haces siempre con un propósito futuro que comienza a trabajar desde el presente y yo me ahogo en el presente porque no puedo ver el futuro, no te pido que me reveles el por qué? ni el para qué? Sino solo te pido que me des esa paz que solo tu puedes dar para que de mi boca no salga nada que sea hablar contra tu nombre, dame sabiduría para poder sobre llevar esta carga, te lo pido por favor en el nombre de Jesus, tu Hijo amado y mi Señor y Salvador, Amen" Esa noche regresó a la escuela donde todavía estaban albergados mientras terminaba de construir su nueva choza, había paz en su corazón por primera vez desde lo sucedido; no podía olvidarse de su amada hijita, pero Dios le dio fuerza, le dio aliento, le dio sabiduría para poder consolar a su esposa quien estaba en la misma situación como madre de la criatura que murió. NOSOTROS NO PODEMOS CAMBIAR LOS MISTERIOSOS PLANES DE DIOS, PERO DIOS PUEDE DARNOS PAZ AUN EN MEDIO DE LA PEOR TORMENTA. Una noche la esposa de Enrique soñó a su hija caminando en un hermoso jardín lleno de flores y muchos colores con un vestidito blanco y diciendole: "Te quiero mucho mamá, dile a papá que estoy feliz en el lugar donde el siempre le pidió a Dios que nos llevara cuando partiéramos de la vida temporal, Dios le contestó su oración, solo Dios sabe que hubiera sido de mi y mi vida si no me hubiera traído al cielo en el momento que lo hizo" La palabra de Dios es tan simple que consuela al mas pobre y también al mas falto de conocimiento porque es revelada por su Espíritu Santo y no por una complicada universidad o maestría terrenal, cree y serás salvo.
Posted on: Sun, 21 Jul 2013 05:53:01 +0000

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