Las tres “C” en Ecuador Con motivo de la culminación del Año de la Fe convocado por Benedicto XVI y para revisar los documentos del Concilio Vaticano II, recomendación especialísima del mismo pontífice y del actual papa Francisco, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana organizó, en Quito, el Congreso de la Fe, con la asistencia de dos mil personas entre consagrados y seglares comprometidos. El eje transversal del congreso: caminar, construir y confesar a Cristo Crucificado, fue tomado del primer discurso del papa Francisco. Tres palabras claves para vivir de modo auténtico nuestra fe. La primera C: caminar.- significa no detenerse, no quedarnos estáticos, cómodos en una posición tal vez muy santa… pero sin avanzar… Caminar significa desinstalarse, salir de la baldosa y avanzar en el conocimiento y en la entrega. Solo si caminamos, buscamos, aprendemos más de la Palabra, de nuestra fe, de la alegría de amar y ser amados por un Dios misericordioso, podemos entonces construir. La segunda C: construir.- edificar en la solidaridad, conscientes de las necesidades que están alrededor nuestro y más allá, con la mirada puesta en la Iglesia, en el mundo y en nuestros hermanos más necesitados. Se construye en la Iglesia “pueblo de Dios” y se construye en el mundo entero llamado a la salvación. Como dice el papa Francisco se necesita valor para caminar y edificar y no tener miedo de ir contra la corriente que pretende arrastrarnos con sus antivalores. Caminar y construir, se complementan con la tercera C de confesar. ¿Qué significa confesar? Si estamos decididos a caminar dejando atrás las posturas fáciles y halagadoras para avanzar y edificar una sociedad más justa y humana, es imprescindible confesar, es decir dar testimonio de vida conforme a lo que creemos. Más aún, ser testigos para anunciar, proclamar y contagiar el mensaje de Cristo con la palabra y forma de vida, de modo que sea creíble. Recordemos cómo se identificaba a los primeros cristianos: “ved cómo se aman”, pues definitivamente no se puede anunciar la palabra de Dios con eficacia si nuestra vida la contradice. Por eso el testimonio tiene que ser alimentado de una vida de gracia. Según explicó muy bien el arzobispo de Valdivia (Chile), el testimonio tiene una forma verbal que es el anunciar y proclamar, pero hay otra forma muy especial de confesar que es el martirio: cuando hay esa disponibilidad de entregar la vida por lo que se cree y por quien se ama. También se refirió a los mártires “blancos” que sin dar la vida física demuestran una fidelidad heroica como cristianos. No se pueden conjugar estos tres verbos en solitario, necesitamos una comunidad, necesitamos estar injertados a Cristo y a su Iglesia de las tantas formas que se nos ofrecen. ¿Tendremos el valor de caminar, construir y confesar nuestra fe en el Ecuador ahora que se confunde la laicidad del Estado con la falta de respeto al derecho inalienable a la libertad religiosa de las personas cuyos derechos son anteriores a los del Estado?
Posted on: Tue, 19 Nov 2013 00:47:46 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015