Ledesma, que había estado en el banco, metió el descuento y en el festejo pidió silencio. Su continuidad no está en duda: Bianchi lo quiere recuperar. Fue el gol de la esperanza, que ilusionó con una remontada factible desde el resultado, pero no desde el juego. Y si bien no daba lugar para demasiado festejo (fue el 1-2), Ledesma sorprendió con su reacción. Porque entre el pequeño grito y las palmadas de sus compañeros, Pablo hizo el gesto inconfundible de llamado a silencio. Primero se llevó el dedo índice a la boca y después señaló al sector de la platea. ¿A quién quería callar? El partido del volante fue un paralelismo de lo que fue su semestre. Saltó desde el banco de suplentes, el lugar que más ocupó desde el regreso de Carlos Bianchi, un poco por rendimiento, otro poco por lesión. Una buena iniciativa derivó en el remate desde afuera que terminó en gol -con cierta complicidad de Cambiasso-, aunque luego se diluyó dentro del desconcierto general. Poco de lo que se esperaba de uno de los jugadores que el Virrey conocía de cerca y que más expectativa tenía puesta en él. Igual, su continuidad en el club, a diferencia de varios de sus compañeros, no parece estar en duda (tiene contrato vigente). Bianchi confía en sus condiciones y la apuesta sería recuperarlo para que juegue, o bien de volante por derecha -su posición natural, en la que compite con Erbes y Pol Fernández- o como volante interno, como ya lo ha hecho en la Reserva. Y, así, poder revertir la imagen del primer semestre, en el que se terminó quedando en insinuaciones. Catamarca (enviado).
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 19:37:44 +0000
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