Lo gracioso es que nadie lo haya notado. Ayer a la tarde, de incógnito, la Biblioteca estuvo espiando la actividad de los usuarios. Algo le hizo ruido y hoy, apenas llegados, nos convocó en “Sesión extraordinaria”. “Vamos a dejar algo en claro” nos dijo “porque no quisiera que ustedes, que cargan la responsabilidad de trabajar en un amurallamiento de libros, no tengan un juicio liberado e imparcial. Ayer escuché cómo un usuario no quiso llevarse un libro de Cervantes porque dijo era muy académico. Esos juicios deterministas, cuando están basados en la mas absoluta ignorancia, son perniciosos. Imagino a ese joven educando a un hijo con esos mismos dogmas, imagino educando a dos hijos y esos dos a cuatro y así exponencialmente. ¿Saben algo de la vida de Cervantes?” La verdad es que poco sabíamos, o nada. El que mas, solo sabía que Cervantes había estado en una guerra. Nada mas, sólo ondas remanentes de vergüenza. “Error craso el de confundir a los clásicos con gente aburrida, bien peinada, pulcra e inmaculada. Cervantes fue pobre casi toda su vida, esa guerra que usted casi menciona es la de Lepanto, la fuerza marina mas impresionante que desplegó el imperio español, guerra que dicho sea de paso España pierde y marca el principio manifiesto de su decadencia. En esa guerra Cervantes sale a pelear afiebrado y recibe un disparo en la mano, por lo cual queda manco. Por mas que fue motivo de burla reiterada, esa herida fue el orgullo de su vida. Para Cervantes la Batalla de Lepanto fue “…la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros.” Volviendo desde Nápoles, la flota en la que Cervantes y un hermano suyo viajaban, cae cautiva de otra flota turca. Acá es conveniente enfocar toda la imaginanción en observarlo a Cervantes cinco años preso y esclavo de una civilización enemiga, cinco años en los que no declinó su espíritu, en los que intentó cuatro escapes, en los que su familia a duras penas logró recaudar el precio que los turcos asignaron para los hermanos, aunque llegado el momento del pago, los turcos decidieron subir el precio y Miguel dejó que se llevaran a su hermano Rodrigo, quedando cautivo otro tiempo largo.” La Biblioteca tiene un inefable poder de persuasión, por eso mismo siempre consigue que algo cambie y se agriete o se descascare en nosotros. Verlo a Cervantes en tales situaciones nos dejó perplejos a la mayoría. "Con la música pasa algo similar. Cuando uno piensa en Bach lo general es ver al hombre rollizo con peluca con ruleros. Error. Bastaría saber que a los 16 años, el joven Bach emprendió un viaje a pie de mas de mil km. para ver la construcción de un nuevo órgano, de Turinga a Eichsfeld. Viaje en el cual casi muere de hambre. Cuenta su última esposa, Margarita. que en ese viaje, debilitado por la inanición, se sentó un banco de plaza a rezar por su vida, muerto de miedo, y de pronto una cabeza de arenque cayó de una casa en lo alto. Bach la agarró pensando en hacerse una sopa y cuando la abrió se encontró con una moneda de gran valor, con la que pudo terminar su viaje." "No caigan en juicios fáciles, no insulten a su amigo ni a su enemigo con esa clase de ignorancia. Vean siempre un poco mas allá. Al joven de ayer sus prejuicios le impidieron acceder al ámbito encantado del Quijote. Que nos sirva de ejemplo. En medio de tanto ordenamientos y razones encarnadas, pocas cosas le están haciendo mas falta a los jóvenes que una buena pizca de Quijote." Está lloviendo, Mendoza se maquilla con estas lluvias. Un excelente día para escuchar, por ejemplo, Fur Alina de Arvo Part, mientras uno camina encapuchado. Embellezcamos la ciudad con nuestra melancolía.
Posted on: Mon, 12 Aug 2013 14:08:26 +0000
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