Los tres mil kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos, son la frontera de América Latina con la Alianza. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, decidió asumir abiertamente filiaciones y lealtades que había mantenido bajo un velo de disimulo, acentuado por algunas decisiones de política exterior y su disposición a negociar con las FARC; y anunció el sábado último que su gobierno iniciará un “acercamiento” a la OTAN, con el propósito de un posible ingreso. Vale la pena recordar que el tema no es precisamente nuevo: ya en 2008, el Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales (CLAEI), denunció el envío de un contingente militar colombiano a Afganistán, como parte de las fuerzas de la alianza atlántica. Conforme a lo dado a conocer por Santos, este mes la OTAN “va a suscribir un acuerdo con el gobierno colombiano, con el ministerio de Defensa, para iniciar todo un proceso de acercamiento, de cooperación, con miras también a ingresar a esa organización”. A su vez, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dijo que la decisión colombiana se basa en que la alianza “tiene unas fuerzas militares respetuosas del derecho internacional”. Y el remate: “Así como en otros aspectos el país está pensando en grande, en materia de seguridad también”. Ante esa afirmación, cabe preguntarse a qué alianza se refiere Pinzón. Como lo vengo escribiendo y denunciando desde hace años, en este y otros foros, la OTAN es un pacto ofensivo, sin ley y asesino, que se reserva de forma unilateral el derecho de reeditar a escala mundial su agresión armada en los Balcanes, en Irak y en Afganistán. Es una amenaza para la humanidad; y América Latina la tiene a su lado: los tres mil kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos, son la frontera de América Latina con la OTAN. Lo de menos es que, según lo dio a conocer la agencia noticiosa internacional EFE, “fuentes de la OTAN” hayan comentado que Colombia “no cumple los criterios geográficos” para ser miembro. Este argumento es absurdo y hasta ridículo: en una alianza que comprende teóricamente la región del Atlántico Norte, nada tendrían que hacer Turquía y Albania, pero son miembros de pleno derecho… como naciones de Europa Central o el Báltico. Vamos, hasta el gobierno de Carlos Menem casi logra la inclusión de Argentina… La OTAN prepara un acuerdo que “permitiría el intercambio de información clasificada con Colombia”, pero según esto, “no hay planes inmediatos para establecer una asociación formal” entre ambas partes. Y así comienza la discreta revisión del planteamiento inicial: “No hay planes inmediatos”. A corto plazo, es otra cosa. La OTAN ha cortejado a Colombia, Argentina, Brasil, El Salvador… Lo de menos, a fin de cuentas, sería la modalidad de inclusión o asociación. Dispone de estructuras como la sarcásticamente denominada Asociación para la Paz (Partnership for Peace). Pese a las voces que se movilizan con la consigna de descalificarlo, tiene mucho sentido el llamado del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien habla de una amenaza para la región y ha pedido al secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), el venezolano Alí Rodríguez, que convoque “de emergencia” una reunión de su Consejo de Seguridad. Morales hace preguntas relevantes: “¿Cómo es posible que Colombia pida ser parte de la OTAN? ¿Para qué? Para agredir a Latinoamérica, para someter a Latinoamérica, para que nos invada la OTAN como ha invadido en Europa y África”, señaló. También los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; y de Nicaragua, Daniel Ortega, dieron a conocer su inquietud. Maduro comentó: “No podemos ligarnos a proyectos de guerra en el mundo, a armas nucleares; tiene que ser un territorio libre de armas nucleares; un territorio de paz”. Y Ortega: “Que un país latinoamericano se quiera incorporar a la OTAN, será instrumento de una política para debilitar y tratar de destruir el proceso de unidad que vive la región”. Las bases militares de Estados Unidos y Gran Bretaña en América Latina son de hecho bases de la OTAN. La ambición colombiana de protagonismo belicista, implica un paso más en la dirección del sometimiento, de la desunión y de la inestabilidad.
Posted on: Sun, 09 Jun 2013 17:11:00 +0000
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