NUEVA PESQUERIA EN EL PERU El Ministerio de la Producción - TopicsExpress



          

NUEVA PESQUERIA EN EL PERU El Ministerio de la Producción (PRODUCE), mediante Resolución Ministerial Nº 264-2013-PRODUCE. Ha creado el día de hoy la “Comisión Técnica de Trabajo” encargada de realizar una evaluación rigurosa para identificar niveles de abundancia del recurso, Camaroncito Rojo”, ciclo reproductivo, distribución, esfuerzo pesquero, estacionalidad, artes de pesca eficientes, desarrollo de productos derivados, entre otros. Es decir realizara un análisis y recopilación de información científica y tecnológica acerca del este recurso. Este grupo la integran distintas direcciones de Produce, Imarpe y el Instituto Tecnológico de la Producción (ITP). La titular del Sector Gladys Triveño comentó que se busca que para el año 2014 se realice una pesca exploratoria y en el 2015 se inicie el aprovechamiento económico de esta pesquería. Al efecto, debo precisar que, por cultura general, todos o casi todos los peruanos, sabemos que el Sistema de la Corriente de Humboldt frente a Perú es uno de los sistemas de surgencias más productivos del mundo. La pesca es una de las principales actividades económicas del Perú representada casi exclusivamente por los peces pelágicos como la anchoveta. Sin embargo, estos recursos han venido sufriendo variaciones en sus volúmenes de desembarque debido cambios ambientales de corto y largo plazo. Frente a esta problemática surge la necesidad de diversificar la actual explotación de nuestros recursos –así lo entienden los entes gubernamentales rectores (PRODUCE/IMARPE), con la dación de esta norma- dirigiéndola hacia otros peces y crustáceos. De los crustáceos decápodos algunos son explotados, comercializados y otros constituyen los denominados potenciales. El “Camaroncito rojo” o “Munida” -Pleuroncodes monodon- pequeño crustáceo considerado como recurso potencial, se presenta en cantidades apreciables en determinadas épocas en que las condiciones tienden a ser normales. En la actualidad en el Perú, se conoce poco sobre este crustáceo y dada su importancia, se hace necesario el desarrollo de nuevas pesquerías, basado en estudios de sus parámetros biológico-pesqueros, sus variaciones por efecto de cambios en las condiciones oceanográficas y su impacto social que ello conlleva. Debemos redundar pecando en exceso mas no por defecto, que el Instituto del Mar del Perú (IMARPE) anunció que impulsará “una nueva pesquería en el mar peruano”. Se trata del pequeño crustáceo marino denominado Pleuroncodes monodon, conocido comúnmente con los nombres de “Munida” o “Camaroncito rojo”, cuyas potencialidades de explotación son importantes por su alta disponibilidad en nuestras costas. Resalta el IMARPE, que esta especie nunca ha sido explotada comercialmente en el país, aun conociéndose su significativa presencia en el mar y su viable uso en la gastronomía, así como en la elaboración de productos con valor agregado como son las harinas especiales para la acuicultura y avicultura, suplementos dietéticos, productos cosméticos y farmacéuticos, saborizantes y colorantes orgánicos, entre otros. El IMARPE explicó que el “Camaroncito Rojo” acompaña frecuentemente a la especie anchoveta, según información que se pudo obtener de los cruceros científicos de recursos pelágicos, efectuados entre los años 1998-2013, principalmente por el Buque de Investigación Científica José Olaya Balandra. “Cuando comparte su área con la anchoveta se encuentra por debajo de estos y por la noche se dispersan registrándose en la capa superficial”, señala la entidad científica. De los estudios preliminares, también se pudo establecer que el “Camaroncito rojo” puede encontrarse hasta las 50 millas de la costa, teniendo su mayor concentración dentro de las primeras 25 millas. La biomasa de la munida entre los años 1998-2013 ha fluctuado entre las 3,98 y 0,16 millones de toneladas, registrándose las mayores abundancias en los cruceros del 2004 y 2012. Por la información recogida en estos años y su alta disponibilidad en nuestras costas, el IMARPE concluye que la “munida” es una especie potencialmente explotable y se hace necesario realizar las investigaciones, a fin de profundizar el conocimiento de su distribución, las tallas mínimas de captura, las artes de pesca y otras condiciones que garanticen su sostenibilidad y aprovechamiento. CAMARONCITO ROJO La distribución del “Camaroncito rojo” en Sudamérica comprende desde la Isla Lobos de Afuera (Lambayeque) hasta la Región Los Lagos (Chile). Habita en los ambientes de temperaturas frías y bajas salinidades. Su tamaño varía entre los 6 y los 40 milímetros de longitud (entre la unión de la cabeza y el tórax). Estudios preliminares del Instituto Tecnológico de la Producción (ITP) han determinado que este recurso posee un importante componente de proteínas y lípidos. Asimismo, al aplicar tecnología de procesamiento se pueden obtener componentes como la Astaxantina (colorante) y Quitosan, solicitados principalmente por las industrias de alimentos y farmacéutica. Existe una demanda importante de países como Estados Unidos, Japón y Alemania. La ministra de la Producción, Gladys Triveño, señaló que en el caso del Perú se calcula que en un primer año de explotación del Camaroncito Rojo se podrían superar los 200 millones de soles de extracción total, solamente a nivel de comercialización del recurso. “En el caso que se añadiera valor agregado, esta cifra se incrementaría, pero dependerá del sector industrial que decida invertir en esta pesquería”, dijo. De la misma manera, destacó que esta es la primera vez que el Perú sigue el manual para el desarrollo de una nueva pesquería que recomienda la FAO. CAPTURAS En Perú, el Pleuroncodes monodon es capturado actualmente en forma incidental por las embarcaciones industriales de anchoveta y las naves artesanales. Existe una pesca dirigida en pequeños volúmenes, con el objetivo de usarla como carnada para la pesca con cordel. En el Pacífico Oriental tiene gran importancia comercial, principalmente en aguas chilenas, donde es considerado un recurso en estado de plena explotación y sujeto a régimen de pesquería en recuperación. En este mismo orden, no puedo dejar de traer en alusión el instrumento resultante del “IX CONGRESO LATINOAMERICANO SOBRE CIENCIAS DEL MAR”, realizado en San Andrés Isla, Colombia, entre 16 y 20 del mes de Septiembre de 2001, (tomar razón septiembre de 2001), poniendo especial énfasis en el Resumen Ampliado “PESQUERÍA DE LANGOSTINO COLORADO (PLEURONCODES MONODON) EN CHILE: EXPLOTACIÓN, INVESTIGACIÓN Y EXPERIENCIAS DE MANEJO. (Nótese el nombre científico) que es el mismo al que conocemos en el Perú como “Camaroncito Rojo”. A manera de ilustración me permito compartir el Resumen Ampliado del mismo, según detallo: El trabajo reseña la evolución de la pesquería del langostino colorado (Pleuroncodes monodon) (Camaroncito Rojo) entre 1965 y el presente, cuya extracción es realizada por naves arrastreras industriales frente a la costa central de Chile, sobre la plataforma y borde superior del talud continental. La extracción de esta especie representó una actividad especialmente relevante en todo Chile y la de mayor importancia entre los crustáceos extraídos en aguas del Pacífico suroriental, alcanzando en 1976 un desembarque récord de 62.662 ton. Dicha pesquería ha pasado por las diferentes etapas que caracterizan el desarrollo y declinación de las mismas, lo que la posiciona como caso de estudio en el manejo de recursos pesqueros. Para su análisis se sintetizan los resultados de diversos trabajos biológico-pesqueros llevados a cabo principalmente a partir de 1987; así mismo, se describen las evaluaciones directas de stock efectuadas en los últimos años mediante la metodología de área barrida y las normativas legales implementadas para mantener la explotación de este recurso, bajo un esquema de máximo beneficio social que asegure la permanencia en el tiempo de la especie y de la pesquería. Nótese las Palabras clave: pesquerías, langostino colorado, Pleuroncodes monodon, manejo, Chile El “langostino colorado” o “langostino zanahoria” (Pleuroncodes monodon Milne-Edwards, 1837), fue considerado recurso pesquero potencial de Chile desde los comienzos de la década del cincuenta (1950), al aparecer esta especie en redes de arrastre utilizadas principalmente para la captura de merluza común (Merluccius gayi). Sin embargo, recién a mediados de la década del 60 (1960), se le comienza a extraer industrialmente al ser considerado como recurso alternativo del “langostino amarillo” (Cervimunida johni). Dada la importancia de esta pesquería, en el presente trabajo se analiza los resultados obtenidos en las evaluaciones de la biomasa disponible de este recurso, empleando técnicas directas (método del área barrida), así también las medidas de manejo adoptadas y el desempeño de la flota que extrae esta especie. Para realizar dicho análisis fue necesario reprocesar la información debido a que en dichos trabajos se ha empleado distintas metodologías y efectuado durante distintos períodos del año. Trabajos realizados en los últimos años por el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), la Universidad Católica de Valparaíso (UCV) y la Universidad de Concepción, han coincidido en señalar que el área de mayor presencia de este recurso se ubica frente a la costa centro-sur de Chile, en conglomerados de abundancia localizados principalmente entre Playa Iloca (35°00’S) y Punta Achira (36°10’S) y, en menor magnitud, en focos ubicados al norte y sur del cañón del Bío-Bío. La pesquería de langostino colorado, desarrollada frente a la costa centro-sur de Chile, ha presentado la clásica evolución de una pesquería en la cual, desde sus inicios, no se establece un manejo apropiado. Inicialmente, se registra un período de rápido incremento de las capturas, continuando con breves períodos de estabilización, para finalmente manifestar una brusca y alarmante declinación que lleva al colapso del recurso y hace antieconómica su explotación. En efecto, después de alcanzar en 1976 una cifra récord de desembarque de 62.662 ton, las capturas disminuyeron abruptamente, se evidenciaron menores rendimientos, una progresiva disminución de las tallas medias de los ejemplares capturados y la reducción de las áreas en donde se distribuían los focos de concentración de esta especie. Esto fue originado por una combinación de causas, destacándose la sobreexplotación, la falta de conocimientos sobre el recurso y, la carencia de medidas de manejo oportunas sobre la especie que estaba siendo sometida a una explotación intensiva, que en definitiva, hicieron que la pesquería colapsara en 1980. Esto trajo por consecuencia que se implementara como medida de administración el cierre de la pesquería por tres años, a pesar que esta actividad que significaba importantes retornos de divisas al país, empleaba abundante mano de obra y era el orgullo de las labores pesqueras y empresariales de aquella época. Posteriormente, comienza una nueva etapa que se caracteriza por la implementación de diversas medidas de manejo que incluye vedas y cuotas globales anuales de captura, para finalmente, en 1992, adoptar un régimen de cuotas individuales transferibles. Si bien en esta etapa se intensifican los esfuerzos en investigación, la pesquería tras nueve años de haber sido sometida a este nuevo régimen de administración evidencia nuevamente el colapso, como consecuencia de una actividad pesquera intensa que se tradujo en la sobreexplotación del stock. Esta situación se asocia, por una parte, a la carencia de un sistema eficiente de control de desembarques que favoreció una importante subdeclaración de los montos de captura, así como a una sobre estimación de la biomasa, que trajo por consecuencia que las cuotas asignadas fueran superiores a las que realmente podía sustentar el recurso. En cuanto a la determinación de biomasa, se destaca que hasta 1995 el único registro correspondía a la estimación de Arana et al. (1993) con cerca de 69.000 ton. Esto, sumado a la tendencia creciente de los rendimientos de pesca, motivó a la autoridad a elevar la cuota de 5.000 a 8.000 ton en 1996. A pesar de lo anterior, los resultados del crucero realizado en 1996 indicaban una estimación de biomasa de 120.000 ton (Roa et al., 1997) y los informes emanados por el sector industrial aseguraban la existencia de un recurso recuperado. Como consecuencia de esto, la Subsecretaría de Pesca (SUBPESCA) elevó la cuota de 1998 en un 50% (12.000 ton), situación que aparentemente habría agravado aún más la situación del recurso, dado que los rendimientos de pesca seguían mostrando fuerte tendencia a disminuir. Este nivel de cuota se mantuvo hasta 1999, año en el cual el IFOP junto a la UCV, por encargo del Fondo de Investigación Pesquera (FIP), realizan un nuevo estudio en el área de distribución del langostino colorado, estimando una biomasa cercana a las 19.000 ton, magnitud que reflejó la menor biomasa disponible y rendimientos de pesca más bajos. Frente a los resultados obtenidos en ese estudio, la autoridad decidió disminuir la cuota de captura a 10.000 ton en el 2000 y, propuso realizar una nueva evaluación, realizada nuevamente por UCV-IFOP. En esta nueva investigación, realizada junio-julio del 2000, se estimó una biomasa no superior a las 6.000 ton, claramente consistente con las 19.000 ton de biomasa estimadas en 1999 y las 12.500 ton extraídas durante ese mismo año. Adicionalmente, a finales del año 2000, a solicitud de los industriales, se realizó una nueva evaluación la que arrojó peores resultados, con una biomasa disponible de sólo 320 ton (Escuela de Ciencias del Mar, 2000a). Esta última cifra es concordante con el monto determinado en junio-julio de este año (5.900 ton) y con las capturas obtenidas entre ambas evaluaciones (4.500 ton). De lo anterior se desprende que la capacidad de renovación del recurso se vio fuertemente alterada después de 1996, probablemente como consecuencia del fuerte fenómeno “El Niño” registrado en 1997, que puede haber afectado principalmente a esta especie durante su fase de desarrollo larvario efectuado en aguas superficiales. Por otro lado, no se puede desconocer el impacto de la extracción pesquera, especialmente si las estimaciones de biomasa o las cuotas de pesca asignadas fueron erróneas. De allí que una caída de 120.000 ton de biomasa no encuentra clara explicación, por cuanto si se considera que entre 1996 y 1999 se extrajeron un total de 41.700 ton, que por mortalidad natural se pierde anualmente cerca del 25% de la biomasa y bajo el supuesto que entre 1997 y el 2000 no hubo reclutamientos, entonces la biomasa para este último año debería haber alcanzado por lo menos 27.000 ton, cifra muy superior a las 6.000 ton estimadas recientemente por UCV-IFOP. Una explicación más plausible, es que las 120.000 ton de biomasa estimadas en 1996 por Roa et al. (1997) correspondan a una sobreestimación. De este modo, al considerar como biomasa inicial las 6.000 ton estimadas en junio-julio de 2000, y al proceder de manera recursiva, sumando las capturas anuales y la mortalidad natural, la biomasa que debió haber existido en 1996 pudo alcanzar una biomasa cercana a 50.000 ton. A un resultado semejante se llega al reprocesar la base de datos utilizada en la estimación de biomasa de 1996, ya que con la exclusión de unos pocos lances con capturas anormalmente altas se llega igualmente a estimar una biomasa que no supera 60.000 ton. De acuerdo a los resultados obtenidos, resulta evidente la necesidad de adoptar medidas que propendan a la pronta recuperación del langostino colorado hasta que este alcance niveles de biomasa que permitan maximizar el uso socio-económico del recurso. En atención a ello la autoridad estableció para el presente año (2001), una nueva veda total en el langostino colorado, cuyos efectos habrá que evaluar. Para ello necesariamente se deberá monitorear el estado del recurso y así analizar las alternativas futuras de administración, velando por que no se repitan los errores cometidos. ¡¡¡¡¡¡NUEVA PESQUERIA EN EL PERU¡¡¡¡¡¡ ¡¡¡¡¡¡VIEJA PESQUERIA EN CHILE¡¡¡¡¡¡¡¡ QUE INNOVADORES SOMOS ¿NO LES PARECE? Sin comentarios adicionales, aparte;
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 19:19:26 +0000

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