Negra y espesa se mueve la masa, negra se observa y roja abrasa, de tan roja: negra, de tan negra: clara. Se retuerce y pisotea a los rojos desteñidos rasgando el panfleto apolillado y seco que abanica a los profetas redivividos. En sus pies descalzos se amasa el barro de la libertad hipócrita, soberbia y esquiva. Libertad que por salvaje, paga, abierta de garganta a ombligo muestra sus entrañas pútridas. Y sus líquidos vitales riegan la tierra donde los pies descalzos vuelven a amasar el barro. Los profetas barbados salen corriendo y lloran como niños asustados. Porque la masa corre y se desbarranca, cae en avalancha conciente y busca la verdad con ansias dolorosas y mortales a su paso. Si pudiera entonces, matarlos. Uno por uno matarlos, arrancarles la cabeza y sacarles la mente sin pensarlo. Pero la masa se detiene y pinta agridulcemente otro panfleto e impulsa a otro hombre barbado. Ahora desde una tarima vuelve a dirigir los destinos. Y algunos desconfían, y un rumor se corre, cruzando entre pecho y espalda con un avance casi anárquico que tira la tarima. Cae el profeta y su panfleto, al barro donde los pies descalzos amasan la libertad. EQ
Posted on: Fri, 15 Nov 2013 22:13:14 +0000