Normalmente medito todas las mañanas, casi nunca comparto, o escribo lo que mis reflexiones revelan para mi. Hoy senti el impulso de hacerlo, mis aprendizajes, cada día más contundentes y desafiantes, me llevan a sostener mi ser desde el amor a la solitud, y el ejercicio del compartir incondicional. El frecuentemente nombrado editor norte Americano Christian Nestell Bovee escribió que la sensibilidad está muy asociada al egoísmo – de hecho la excesiva sensibilidad es únicamente un otro nombre para una auto consciencia mórbida. Mi percepción es que la cura para ella es darle más importancia a nuestros objetivos y menos a nosotros mismos y nuestros egos o necesidades personales. Y no es fácil hacer menos de nosotros mismos y tener una mirada más altruista al otro o a la vida. Todos nosotros en algún momento nos hemos sentido extremadamente sensibles acerca de otras personas y de nuestro entorno. Es una sensibilidad que no siempre tiene efectos positivos - de la misma manera, por ninguna razón en absoluto, nosotros no ejercitamos ningún control sobre nuestras emociones. Puede ser muy asustador darse cuenta que somos muy capaces de destruir lo que somos, y en otros momentos, de reconstruirnos. En los ensayos de Aristóteles está escrito que existen cosas correctas a decir y una forma correcta de decirlo; y lo mismo es correcto para la escucha. Entonces frecuentemente nosotros damos nuestras opiniones, y no significa que no queramos tener tacto, pero terminamos de alguna manera siendo poco hábiles en nuestra comunicación. Cuando hay un deseo de parecer agudos, o listos, a cuestas de otro, no debería de haber orgullo por los resultados que generamos. Y cuando nosotros escuchamos la opinión de alguien más y nos ofendemos, precisamos examinar nuestros propios pensamientos. Si permitimos que nuestras mentes corran en canales de vulgaridad y ridiculez, entonces también deberemos esperar que nuestra interpretación acerca de las palabras de los demás esté significada desde esta misma óptica. Nosotros, con tanta facilidad podemos leer cosas equivocadas en las conversaciones de otros, y en nuestro propio esfuerzo por expresarnos, decir tantas cosas idiotas que perdemos los regalos inestimables de la relajación y de la diversión, de conversar con otras personas y aprender acerca de uno mismo. Y por esta razón precisamos cultivar el arte de hablar y escuchar con el corazón más cálido – que estando en estado de calidez, no es puerto para nada que no sea recto y que no esté alineado. Es una buena idea que en estos momentos de alta sensibilidad, podamos reconocer a las otras personas por lo que son y hacer un pacto interno de atravesar este momento y pensar seriamente en como tomamos decisiones. Esta oportunidad, sobretodo, debería ser un tiempo de reflexión y relajación contra los vientos de súper sensibilidad. Resistirlo solamente le da más fuerza al juicio, pero observar claramente y de forma neutral y fría, nos dará la perspectiva del camino de la maestría de nuestro corazón. Está bien recordar que las personas demasiado sensibles no están en contacto con su ser verdadero, pero los que tienen una actitud maravillosa y una mente abierta ciertamente elegirán darle tiempo, aceptar y esperar lo mejor de esta persona. Quizás este sea el ejercicio del amor incondicional, de la aceptación de uno mismo, y de la maestría de nuestro ser esencial.
Posted on: Thu, 11 Jul 2013 11:15:09 +0000