Nunca me voy a olvidar un día hace unos 9 años, recién habíamos llegado de servir al Señor en Venezuela y después de 6 años sin regresar a Argentina, con tanto gozo esperábamos la hora de reunirnos con otros compañeros misioneros de Argentina que estaban llegando al Instituto Bíblico Mediterráneo en la provincia de Córdoba para la Escuela de Misiones. Al llegar, cerca del ya famoso aljibe, nos encontramos con unos amigos de muchos años Carlos y Annie Guerra, y entre saludos, abrazos y alegría de volver a vernos, un gurrumin se acerca a Camila, nuestra segunda hija y sin vergüenza le dice: “¿no te queres casar conmigo?”… Fue simpático, pero a “Mi corazón de papá” no le parecía tan simpático que un chiquillo le diga eso a una de mis “angelitos” de 11 años… Conocí a Carlos y Annie hace muchos años, cuando éramos estudiantes de teología, en Buenos Aires, todavía en aquellos tiempos, solteros, quien iba a pensar que tiempos después la vida nos haría más que amigos, ahora familia Cuando nacieron cada uno de nuestros hijos pensamos mucho en que nombre les pondríamos. En nuestro segundo embarazo, al enterarnos que era una niña decidimos nombrarla Camila, que significa “doncella del altar” e Ivonne “que significa “Gracioso Don de Dios”, pensando en dedicarla, como a cada uno de ellos, al ministerio en la Casa de Dios. Los angelitos crecieron rápido, y Rodrigo, el gurrumin enamorado volvió dos veces más, cuando Camila tenía 15 años y a los 18 ya a pedir permiso a nosotros y a Camila que se case con él. Así inicio la historia antes de la historia. Hoy 11 de agosto del 2013 Por fin casi 10 años después, con mucha alegría estamos celebrando la boda de nuestros hijos Camila Pelozo y Rodrigo Guerra… la nueva familia Pelozo Guerra Dios nos ha permitido criar a nuestros hijos en su camino y llega el momento de que ellos escriban su propia historia. Como padres, es un tiempo lindo, difícil, no sé cómo explicarlo… el mes pasado en el III Congreso mundial de misiones en Cancún, México yo estaba sentado en la primera fila y el predicador hablaba sobre los “enviadores de misioneros”, al finalizar, pidió que todos los enviadores pasen y a los misioneros que impongan manos sobre nosotros, obviamente fui el primero en correr al altar, y pensé mucho en los misioneros que enviamos desde Venezuela, argentina y ahora Costa Rica, hasta que me di cuenta que en apenas unos días después, nuestros hijos también serán enviados por nosotros. No solo se casan hoy, sino que en seguida regresan a Argentina, van al estudiar y prepararse para un mejor servicio al Señor y de allí regresan al campo misionero a Centro América. Que honor, que lindo, siento que Dios está cumpliendo su propósito en nuestras familias. Hijos, levántense poderosos en Dios, tomen todo su potencial y ríndanlo a Jesús, háganlo a Él, su Dios y el centro de sus vidas Que sean muy felices Sus Padres que los aman mucho Dani y Vivi – Carlos y Annie
Posted on: Mon, 12 Aug 2013 12:03:11 +0000
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