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PARA REFLEXIONAR, DISCREPAR O ESTAR DE ACUERDO DESDE LA RACIONALIDAD… "El lenguaje se asemeja mucho a la filosofía gramsciana" - Entrevista a Monseñor Ricardo Ezzati Ricardo Ezzati, obispo auxiliar de Santiago e integrante del Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación, denuncia la falta de un método eficiente y profesional de trabajo, y compara el lenguaje del informe con el de Antonio Gramsci (1891-1937), político, pedagogo, filósofo y teórico marxista italiano."Ninguna propuesta del informe ha sido votada ni en el seno de las subcomisiones ni en las asambleas plenarias"."Desde el primer encuentro pude observar la notable asimetría y falta de equilibrio conceptual en la composición del consejo"."El Estado debe recordar el principio de su función subsidiaria y excluir, por ello, cualquier monopolio escolar, contrario a los derechos naturales de la persona humana, al progreso de la cultura, al pluralismo y a la convivencia pacífica entre los ciudadanos"."Echo de menos tres puntos, tres olvidos demasiado importantes. De verdad, me habría gustado escucharlos de la máxima autoridad del país. Una palabra acerca de la persona del educando, de la misión de los padres de familia y de la libertad de educación". Juan Antonio Muñoz H. -¿Qué análisis puede hacer respecto del trabajo del Consejo Asesor Presidencial de Educación? -La Comisión Presidencial ha trabajado seriamente y consciente de estar prestando un servicio valioso al país. Puedo decir que las sesiones de trabajo han sido un interesante ejercicio de corresponsabilidad ciudadana en torno a un tema, la educación, de vital importancia para el presente y el futuro de Chile. En general, he quedado admirado por la participación activa, inteligente y, muchas veces, sacrificada de los consejeros. Lamento que, a causa de la metodología escogida para el trabajo, según mi parecer poco profesional, el documento manifieste sólo parcialmente la riqueza de las visiones y aportes ofrecidos por los consejeros. No se dio la posibilidad de discutir, perfeccionar y aprobar los diferentes modos propuestos por ellos. Ninguna propuesta del informe ha sido votada ni en el seno de las subcomisiones ni en las asambleas plenarias. De esta manera, usted comprenderá que resulta particularmente difícil establecer la posturas mayoritarias y las minoritarias. -El hecho de que el informe dé cuenta de las posiciones de unos y de otros, sin distinguir mayorías ni minorías, y sin ser resolutivo en ningún punto, hace parecer que el trabajo fue sin sentido. -Efectivamente, el informe no establece mayorías ni minorías. Desde mi percepción, este hecho es un elemento, entre otros, de su debilidad. Pero hay que aclarar también que al consejo nunca se le asignó un rol resolutivo. Estamos frente aun organismo provisorio, a un consejo "asesor", convocado para dicha finalidad. Sin embargo, habría sido ingenuo no inducir que las conclusiones reflejarían la composición numérica e ideológica de los consejeros. En este sentido, desde el primer encuentro pude observar la notable asimetría y falta de equilibrio conceptual en la composición del mismo. Se puede decir que desde el comienzo había una mayoría y una minoría preestablecidas. Oportunamente, y a quien correspondía, se hizo notar tal anomalía. -A su juicio, ¿quiénes faltaron? -Me parecía justo, por ejemplo, la participación de algún representante de la organización más grande de padres de familia del país; es decir, de la Unión Nacional de Padres Católicos (Unapac), que tiene una presencia capital en las comunidades educativas de todo el territorio nacional. Cada año, reúne a más de mil delegados en sus congresos nacionales. La misma asimetría se observó en la representatividad de los alumnos secundarios. Hay que recordar que el 50% de los jóvenes chilenos se educan en colegios particulares; no obstante, sólo tuvieron un representante en el consejo. Es lógico, por tanto, que el informe tenga un determinado sabor. -¿Cuál es la posición de la Iglesia respecto de la creación de una Superintendencia de Educación, destinada a certificar la calidad de la enseñanza? Con esto la Presidenta Bachelet desechó la posibilidad de crear una agencia aseguradora de calidad. -Se trata de un tema técnico sobre el cual la Iglesia no tiene una especial opinión. Personalmente, valoro la anunciada creación de una Superintendencia de Educación, que espero no sea marcada políticamente. Que sea técnica, eficiente y puesta al servicio de una mayor calidad educativa para todos. A la Iglesia le interesa, sobremanera, que todos los niños y jóvenes de nuestro país tengan acceso a una educación de calidad, centrada sobre la persona y el desarrollo de todas sus potencialidades y talentos. Le interesa que se eduque desde una antropología humanista, constructora de comunión y solidaridad entre todos los chilenos, abierta a los valores del espíritu, atenta a la dignidad de la razón, de la inteligencia y del corazón humano. Le interesa que los padres de familia puedan ejercer, de la mejor forma posible,la misión que les es propia; es decir, ser primeros e insustituibles educadores de sus hijos, apoyados y sostenidos por la misión subsidiaria del Estado. A la Iglesia le interesa que cada establecimiento se convierta en una verdadera comunidad educativa que haga posible un ambiente y una pedagogía de crecimiento humano para todos. -¿Qué implicancias tiene para usted el fortalecimiento de la educación estatal por medio de "un adecuado sistema de gestión escolar e institucional", como anunció la Presidenta? -En primer lugar, es de interés de todos que la educación proveída por el Estado sea de la más alta calidad. Lo merecen los niños y jóvenes por poseer la dignidad de personas. Es su derecho, y el Estado tiene el deber de proteger ese derecho, ofreciendo una educación escolar adecuada y de alta calidad. Sin embargo, el Estado debe recordar el principio de su función subsidiaria, también en este campo, y excluir, por ello, cualquier monopolio escolar, contrario a los derechos naturales de la persona humana, al progreso de la cultura, al pluralismo y a la convivencia pacífica entre los ciudadanos. El informe manifiesta la tendencia a privilegiar la educación impartida por los organismos del Estado. En este sentido, me parece anacrónico, falto de respeto al pluralismo y discriminatorio. La pluralidad de proyectos educativos y la adecuada valoración de los mismos constituyen una gran riqueza para el país. Es de esperar que las autoridades educacionales no caigan en la tentación de uniformarlo todo, teniendo como modelo de educación proyectos estatistas caducos. -Se creó ahora un nuevo consejo, destinado a la educación superior... -El apartado del informe que se refiere a la educación superior es muy pobre, fruto de los últimos días de trabajo; no fue discutido ni sancionado por el consejo. Con justa razón, los rectores de universidades, miembros del Consejo Asesor, lo encontraron inapropiado. La determinación de la Presidenta avala este juicio. -En el discurso de la Presidenta después de recibir el informe todo parece referirse al Estado. No existen los padres de familia, por ejemplo. -He apreciado el discurso de la señora Presidenta. Todo lo que ha dicho me pareció muy valioso y orientador. Sin embargo, he echado de menos tres puntos, tres olvidos demasiado importantes. De verdad, me habría gustado escucharlos de la máxima autoridad del país. Una palabra acerca de la persona del educando, de la misión de los padres de familia y de la libertad de educación. -Su pregunta apunta a los padres de familia. Me place recordar que, recientemente, el Papa Benedicto XVI ha definido este aspecto como "irrenunciable", ya que los padres están llamados a educar a sus hijos como primera e intransferible misión y como derecho que les es propio. Educar a los hijos es su obligación y su derecho. Se les debe, entonces, reconocer la libertad de educarlos y de escoger para ellos, con absoluta libertad, aquellas escuelas que les ofrezcan la mayor confianza. Es deber del Estado, defensor de las libertades de los ciudadanos, y en razón de la justicia distributiva, disponer los subsidios públicos de modo que los padres puedan escoger con libertad y de acuerdo a sus principios las escuelas y colegios que juzguen más aptos para sus hijos. Los padres de familia saben que la Iglesia está con ellos. Libertad de enseñanza -Aunque el informe establece que no hay oposición entre derecho y libertad de educación, la libertad de enseñanza no se aborda con claridad. -Es otra de las ausencias que me preocupan. El discurso presidencial no gasta ni una sola palabra sobre este tema tan delicado y sensible para la conciencia de muchos ciudadanos. Recuerdo que el proyecto ENU fue el caballo de Troya de los años 1970-1973. Es cierto que el informe establece que no hay oposición entre derecho y libertad de educación. Sin embargo, una vez zanjado el principio, el texto pierde rigurosidad y coherencia en las normas que propone. Encuentro múltiples y variadas restricciones a la libertad de educación y una cantidad desmesurada de indicaciones, que contradicen el principio. Me atrevo a decir que el lenguaje se asemeja mucho a la filosofía gramsciana. -Surge una pregunta clave a partir del informe y luego de las palabras referidas a él por la Presidenta: ¿Dónde están los educandos en todo esto y dónde la necesidad de compartir los conceptos de instrucción con formación? -Primero: "¿Dónde están los educandos?". Es evidente que no son sólo destinatarios de la acción de unos profesionales que se llaman profesores. La educación debe interpelar, en primer lugar, al alumno mismo, haciéndolo responsable del propio proceso educativo. El verdadero educador es un mediador que sabe involucrar la persona del educando en el proceso del propio crecimiento integral. Entonces, es fundamental que el alumno se considere sujeto activo de la propia educación; es indispensable que el educador tenga fe en la capacidad de razonar del joven, en su voluntad de querer y de responsabilizarse. Segundo: ¿"Instrucción versus formación"? Son conceptos que deben integrarse oportunamente. Al mismo tiempo, hay que superar el equívoco que identifica "calidad de educación" sólo con "puntajes" obtenidos o con conocimientos relevantes adquiridos. Una antropología humanista, acorde con la tradición cultural chilena, debiera ofrecer el horizonte de la tarea educativa que prepara la generación del Bicentenario: personas libres, competentes y emprendedoras, justas y solidarias, responsables, abiertas a la trascendencia, amantes de la propia historia y con las ventanas abiertas al mundo entero. Uniformidad e Iglesia -¿Siente que el fin es educar de manera uniforme a todos los alumnos? -Espero que no sea así. Cada persona es única e irrepetible. Cada uno recibe una vocación de la cual es responsable personalmente. En este sentido, la educación personalizada es un gran tesoro. Por eso, para el país, es bueno que existan proyectos educativos diversos y alternativos. La Iglesia ofrece los suyos como un aporte a la calidad de vida de las personas y de la entera sociedad. Nunca la uniformidad enriquece. -¿Qué papel espera jugar la Iglesia en esto? Los primeros sistemas de educación de masas surgieron en la segunda mitad del siglo XIX y desde entonces se afirmó el principio de que la instrucción pública era responsabilidad del Estado y no de la Iglesia. -La Iglesia Católica en Chile presta un humilde y a la vez significativo servicio educativo. Los alumnos de educación básica y media que asisten a centros educativos de congregaciones o de obispados son cerca del 15%; mientras el 22% de los alumnos universitarios se forman en sus universidades. Es nuestra contribución al Chile del Bicentenario. Porque nos interesa la vida abundante que el Señor ha sembrado en todos los corazones, nos sentimos comprometidos con la tarea educativa y con el propósito de mejorarla. Estamos muy atentos al desarrollo de las orientaciones educativas y, oportunamente, ofreceremos nuestro aporte. Gramsci y la educación: El papel del Estado Para el marxista italiano Antonio Gramsci, es claramente el Estado quien tiene la función de educar, que para él significa "difundir la concepción del mundo". El autor asevera que el Estado es el que crea las condiciones para la permanencia y expansión de las clases sociales. Es decir, para Gramsci, el Estado no sólo tiene una función coercitiva sino que es un medio para que una clase social logre la hegemonía en la sociedad. Gramsci afirma que el Estado debe concebirse como "educador" precisamente en cuanto tiende a crear un nuevo tipo de civilización. Ésta es la razón por la cual defiende un tipo de educación que sea estatista por sobre todas las cosas. El Mercurio, 17 de diciembre de 2006
Posted on: Wed, 24 Jul 2013 23:18:33 +0000

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