Primera cita: -Raquel, estoy nervioso, te confieso. Mirá cómo me - TopicsExpress



          

Primera cita: -Raquel, estoy nervioso, te confieso. Mirá cómo me tiemblan las manos al levantar la taza de café, jeje. -Jaja, qué tierno. -¡Qué emoción! La verdad que el messenger no se equipara a la vida real, ¡para nada! -Jaja, tenés razón. Decime, ¿y siempre le ponés tres sobrecitos de azúcar al cortado? -Jaja, sí, soy dulcero. Pero contame de vos, que al final me dijiste que cuando nos viéramos me ibas a ampliar el relato. -No, mirá, me voy. No va a andar esto. -¿Eh? -Tres sobrecitos es mucho. O sea, no te basta con las cosas como son, las tenés que disfrazar. -Jaja, me bromeás, ¿no? -No te basta el sabor del café, lo tenés que convertir en otra cosa. ¡Fijate la tacita que tenés y le echás tres de azúcar! Pero vos decís "me gusta el café". No, te mentís: te gusta el azúcar con el café. Y si te mentís a vos, ¿qué puedo esperar yo? -No, es una asociación que nada que ver, Raquel. Le pongo una si querés, en serio, no es... -Claro, y dentro de treinta años, cuando yo ya no tenga posibilidades de armar un proyecto de vida con nadie, me vas a decir: "Me amargaste la vida, Raquel, nunca pude ser yo". Y yo no me voy a bancar ésa, Antonio. Ni ahí. Así que ¿sabés qué? Seguí vos nomás tranquilo con tus mentiras, tus perversiones, tus caras ocultas... -Pero escuchá, no podés tirar por la ventana algo lindo que... -¿Y a mí cuánto de azúcar me ponés para que yo "te guste"? Una vez me dijiste que me parecía a Jennifer Aniston. O sea, soy tu Aniston trucha, digamos. Tu segunda marca. Tu Aniston de outlet. Total tu imaginación me pone tres de azúcar y zafo. ¿Es así, no? -Raquel, pará... -¿Pero sabés qué? Yo no estoy arrepentida de ser yo. No tendré la guita de la pelotuda ésa, ni la fama, pero sé que valgo y que tengo derecho a ser feliz. Y un día te vas a arrepentir de todo lo que me hiciste, de cómo jugaste, de cómo te importó un pedo cagarme, de todo. -¿Cagarte??? Pero si lo único... -Y ahí te voy a ver, pasando todo diabético a mi lado. Y yo le voy a decir a mi esposo "¿sabés que hace mucho me interesé por esa basura?" Y mi esposo va a ser alguien auténtico, que se anima a ver la vida como es, que se banque tomar un café grande como tu jeta de boludo con media cucharadita de edulcorante y nada más. Y ahí te vas a acordar de este día, y de cómo me rejodiste la vida. -¿Sabés qué? No entiendo una mierda de todo esto que decís, pero por mí ¡andá a cagar, pelotuda!¡Chau! Ella (pensando)- Enfermo de mierda, de la que me salvé.
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 02:28:55 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015