¿Que significa ser comunista? Cuando un antiguo obrero del - TopicsExpress



          

¿Que significa ser comunista? Cuando un antiguo obrero del carbón, compañero proletario, me preguntó si quería ingresar al Partido Comunista de Chile, le respondí que no, porque no sabía lo que era el marxismo, y que yo pensaba que para asumir un compromiso primero tenía que saber lo que era la doctrina. El me respondió que eso no importaba porque para ser comunista bastaba con ser honestos y leales a la clase, y que algunas personas en toda su vida nunca aprenderían a ser comunistas. Eso era a fines de 1969, época de la reforma universitaria, y época previa a una elección presidencial. Ese año yo trabajaba en el Departamento de Biología y Genética de la Universidad de Chile. Mi función era la de un Oficial Mayor Administrativo 6ª Categoría. La reforma universitaria fue un proceso dirigido a lograr la democratización de las estructuras de participación para los diferentes estamentos universitarios. Antes de la reforma, en la administración de los recursos participaban sólo los académicos. Un importante aspecto de la reforma consistía en lograr la participación del estamento estudiantil en un 25% y del estamento no académico en un 10%. Los académicos mantenían así un 60%. Recuerdo que al principio de esta lucha fue un gran logro el 1% de participación para los empleados de la Escuela de Medicina en el Consejo de Administración de la Facultad, lo que incluía también a los empleados del Hospital José Joaquín Aguirre. Representante de los académicos, en ese tiempo, era el Prof. Dr. Armas-Cruz, médico-cirujano. Ese hombre se veía imponente allí detrás de su escritorio. Conseguir el 1% a través de conversaciones entre académicos y no académicos significó un triunfo. Fue después de la “toma” de la casa central de la Universidad de Chile, toma que duró muchos días, que decidí pedir ser militante al compañero que me había invitado antes a ingresar al Partido Comunista, porque me gustó la fraternidad y el respeto que observé en la convivencia de los comunistas, allí, en torno a una olla común. Pensé que quería ser parte de ellos, quería sentirme integrada a un grupo humano solidario que luchaba por el ser humano, en sus necesidades materiales y espirituales, por la solución de los problemas y la administración de recursos propios. El compañero me pidió que esperara unos días. Ese compañero fue muy querido y respetado por mí, como lo era por todos. El no había tenido muchos estudios y decía que tenía muchas veces dificultades para expresarse. Sin embargo, en el transcurso de los años siguientes logró desarrollar su capacidad de comunicarse con la asamblea. Era un verdadero representante de la clase obrera, con plena conciencia de esa ubicación. Siempre tenía presente a “nuestras mujeres y nuestros hijos, las dificultades para construir sus casas y mantener sus familias”. El fue el compañero que me invitó a ser comunista. Eso fue a fines de 1969. Para ser militante comunista se requería: 1º Tener un carné de militante. 2º Pagar una cotización: 1% de los ingresos. 3º Militar en una célula, organismo base. 4º Aceptar y respetar los estatutos de la organización: Los derechos y deberes de los militantes. Si no cumplía con esos requisitos dejaba de ser militante automáticamente en el curso de tres meses. Para ser comunista tenía que ser invitado por un militante comunista y ser aceptado por una célula. Ser comunista es un honor. La célula era el organismo más importante del Partido. Era la base fundamental para su existencia y función. Generalmente el número de miembros que la integraba no superaba nunca los 15 o 30 militantes. Cuando una célula alcanzaba ese número se dividía de inmediato. La célula tenía una dirección y una asamblea. Las decisiones se tomaban por unanimidad y las responsabilidades o tareas se distribuían equitativamente entre los militantes. Cargos importantes eran: el secretario o encargado político, el encargado de organización y el encargado de finanzas. Las decisiones de una dirección eran respetadas por todos. Cuando ingresé al Partido no había ninguna célula en la Escuela de Medicina, tan sólo algunos militantes antiguos que no militaban, los demás éramos todos nuevos, que no sabíamos lo que era el marxismo-leninismo. Mi primera célula se llamó Oscar Astudillo. Las células solían tener nombres de personas que habían muerto y luchado por los intereses de la clase obrera, por los derechos humanos de los individuos y pueblos, por la paz y el desarme. Por eso las células podían llamarse: Luis Emilio Recabarren, Pablo Neruda, Violeta Parra, Víctor Jara, Yuri Gagarin, Ángela Davis u Ho-Chi-Minh. Eso era la mística. Los militantes decidían los nombres de sus células. Los dirigentes comunistas, cualquiera fuese su nivel, tenían la obligación de militar en una célula u organismo base. Yo fui militante comunista en un período fructífero, desde fines de 1969 hasta 1972, año en que dejé de militar por razones personales. Los dirigentes comunistas fueron vistos por mí desde lejos, o a través de lo que decían los medios de comunicación de la época. En ese período el Partido Comunista de Chile fue parte de un gobierno de Unidad Popular, y muchos de sus dirigentes fueron ministros, senadores o diputados. Fueron elegidos por mucha gente. Entiendo que un senador de la República era elegido a lo menos por 200.000 personas y un diputado por 20.000 personas. Eso significaba que contaban con la confianza de la población. Secretario general del Partido Comunista de Chile era Luis Corvalán Lepe, antiguo militante, maestro y director del diario “El Siglo”, que fue senador de la república y salió al exilio en un intercambio político y militar. Don Luis Corvalán Lepe era un conocido dirigente comunista chileno, y sin embargo, nunca hablé directamente con él cuando fui militante de esa organización. Recuerdo haberlo visto en una oportunidad cuando subía las escaleras del Comité Central que estaba ubicado en la calle Teatinos. Subió pausadamente las escalas y nos saludó al pasar. El secretario parecía un hombre sencillo. Nunca fui militante de la Juventud, por tanto no conozco a esos militantes. Otro dirigente que recuerdo en forma especial, es a la señora Julieta Campusano, fallecida, que fue senadora de la República y que me impresionó por su porte, dignidad y sencillez. Pude ver también de paso a la señora Mireya Baltra un día que estábamos de turno en el Comité Central y nos saludó a todos. La señora Baltra fue Ministra del Trabajo y diputada de este país. El compañero Volodia Teitelbom fue visto por mí, en una ocasión, en una manifestación en una comuna, en aquella época en que surgieron seis precandidatos para Presidente de la República, uno de los cuales fue Pablo Neruda que era militante comunista. Los otros fueron, Rafael Tarud, independiente; Salvador Allende por los socialistas; Luis Bossay por los radicales, y otras dos personas que no recuerdo en este momento. La segunda ocasión que vi a Volodia Teitelbom fue en Bulgaria, en un encuentro de la organización de chilenos del exilio. Se acercó y me dio la mano y saludó también a otras personas. Don Volodia Teitelbom era un intelectual comunista, un escritor. Yo digo que es un político profesional (*) y parte de la inteligencia de este país. (*) = en el sentido de profesar: ejercer y/o enseñar la política en forma voluntaria, como una ciencia o arte. Vivir la política. Un partido político es una organización que representa intereses de personas y diferentes caminos para alcanzar determinados objetivos y resultados. Por ejemplo, “en 1891 se formó un partido del pueblo en los Estados Unidos de Norteamérica, que abogaba por el aumento de la circulación monetaria, la libre acuñación de la plata, la nacionalización de los ferrocarriles, telégrafos, etc., el impuesto sobre la renta, la limitación de la propiedad rústica, etc. Sus miembros se denominaron populistas. En Alemania existe o existió un partido conservador de la República representante especialmente de la clase media y de los grandes intereses industriales”; y existieron y existen muchos otros partidos políticos en el mundo. La experiencia de ser militante de un partido político es impagable. Durante los años que fui militante del Partido Comunista chileno, y que también fueron años de un gobierno de Unidad Popular, visitaron el país algunas personas importantes para la clase obrera y el pueblo trabajador. Una de esas personas fue ANGELA DAVIS, la cual se hizo famosa en todo el mundo, después que recorrió todos los estados norteamericanos evadiendo la persecución de la policía. Ángela Davis era una hermosa mujer negra que estuvo en Chile invitada por la Central Única de Trabajadores. Recuerdo que en esa ocasión me pidieron que estuviera esos días cerca de ella ya que como entendía algo de inglés podía servir de relacionadora y/o acompañante. Ella viajaba en compañía de su hermana y el esposo de ésta; escribía constantemente y participaba en innumerables reuniones y conferencias. Ángela Davis era bastante frugal. Solía desayunar un café sin azúcar y tostadas sin mantequilla, más jugo de naranjas. Durante esos días, estuvo presente también en ese hotel del centro de Santiago, Investigaciones de Chile, los cuales tenían como misión cuidar de ella. Ángela Davis fue parte del movimiento y organización política fundado en Oakland a fines de 1966, llamado “Black Panthers”o, de las “Panteras Negras”. Movimiento que rechazaba la integración, planteaba una alianza revolucionaria entre militantes negros y radicales blancos, y movimientos de liberación del tercer mundo. “Entre las reivindicaciones de las “Panteras negras”, tenemos: 1. Queremos libertad. Queremos poder para decidir el destino de nuestra comunidad negra. 2. Queremos suficientes puestos de trabajo para nuestra gente. 3. Queremos el fin de la explotación que nuestra comunidad negra sufre bajo los blancos. 4. Queremos casas decorosas, dignas de ser habitadas por seres humanos. 5. Queremos una educación que nos enseñe nuestra verdadera historia y nuestro papel en la sociedad actual. 6. Queremos que todos los hombres negros sean eximidos del servicio militar. 7. Queremos que se ponga fin de inmediato a la brutalidad policial y a los asesinatos de negros. 8. Queremos la libertad de todos los negros que están detenidos en las cárceles y prisiones federales estatales, y de las ciudades. 9. Queremos que todos los negros que tengan que comparecer ante un tribunal, sean juzgados por un juzgado compuesto por personas de su mismo grupo, o por miembros de sus comunidades negras, o como está prescrito en la constitución de los Estados Unidos de Norteamérica. 10. Queremos una patria, pan, vivienda, educación, ropas, justicia y paz. “Primer objetivo político es un plebiscito supervisado por las Naciones Unidas en toda la comunidad negra, y en el que podrán participar los negros sometidos a una situación colonial, con el fin de definir la voluntad del pueblo en cuanto a su destino nacional”. La presencia de FIDEL CASTRO RUZ tuvo repercusión nacional e internacional. Todas las organizaciones populares esperaban la visita de uno de los hombres que han marcado una época en Latinoamérica. Se formó una calle con trabajadores y militantes de organizaciones políticas, desde el aeropuerto de Pudahuel hasta el centro de Santiago, como una forma de expresar fraternidad al pueblo de Cuba y su dirigente. Más tarde Fidel sería escuchado en el Estadio Nacional, y en un acto de mujeres en el Estadio Santa Laura. El Estadio Nacional no se llenó. Ya en ese tiempo, la Unidad Popular perdía correlación de fuerzas favorable a esa tendencia. El acto del Estadio Santa Laura fue masivo. En esa oportunidad me correspondió cuidar una puerta de acceso al recinto. La vigilancia la realizaban las mismas mujeres en carácter de voluntarias, pero estaban presentes también los respectivos servicios de seguridad chilenos y cubanos. Antes que se iniciase el acto, se acercó a mí uno de los funcionarios de la seguridad cubana para preguntarme si quería saludar a Fidel, darle la mano, antes que se iniciara el acto. Le respondí que eso no era posible, pues no podía abandonar mi puesto y debía cumplir primero con mi deber. Así, no le di la mano a Fidel Castro, no porque no quisiera, sino porque primero estaba el cumplimiento de nuestras obligaciones. Fidel Castro Ruz se dirigió a las mujeres desde las gradas, no desde el escenario. Era un hombre alto, imposible de confundir, vestido de militar, su rostro característico y su figura estaban allí presente. Fidel Castro ha sido el conductor del pueblo cubano durante muchos años, y aún está presente. Bajo la influencia de la revolución cubana en 1959, se forma el movimiento internacional revolucionario llamado MIR, y otros movimientos parecidos en otros países latinoamericanos que pretendían seguir el ejemplo de Fidel. En el año de 1972 muchos militantes dejaron de militar, se preveían cambios violentos. Desde el momento mismo que Salvador Allende fuera elegido Presidente, antiguos militantes dijeron que el gobierno no duraría seis años. Al interior del Partido Comunista chileno se produjeron cambios importantes. Dejé de ser militante de esa organización en 1972, por razones personales. (Título VIII, 1. El Partido: ¿Qué significa ser comunista? del Libro- Testimonio - Memoria “RECUERDOS E IDEAS DE UNA EX PRISIONERA POLITICA CHILENA", que tiene tres partes: Primera parte: Papagayo de papel. Segunda parte: Operación coipo. Tercera parte: Razones humanitarias“. COPYRIGHT: Patricia Roi Jonas. Se hizo el depósito que marca la ley y se pagaron los derechos correspondientes.
Posted on: Wed, 24 Jul 2013 16:53:22 +0000

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