R. Sianeón dijo: Cuando Abraham trajo a Sara adentro de la cueva, - TopicsExpress



          

R. Sianeón dijo: Cuando Abraham trajo a Sara adentro de la cueva, para sepultarla, Adán y Eva aparecieron y se negaron a recibirla. Dijeron: ¿No es ya bastante nuestra vergüenza ante el Santo en el otro mundo por causa de nuestro pecado que trajo muerte al mundo, para que vosotros vengáis a avergonzamos más con vuestras buenas acciones? Abraham contestó: Yo ya estoy destinado a expiar por ti ante el Todopoderoso, de modo que nunca puedas ser avergonzado ante El. Consiguientemente, Abraham después de esto sepultó a Sara su mujer, o sea después de que Abraham hubo contraído esta obligación. Entonces Adán retornó a su lugar, pero Eva no, hasta que Abraham vino y la colocó al lado de Adán, el cual la recibió en consideración a él. De ahí que el texto diga: y después de esto, Abraham sepultó a (et) Sara su mujer. La partícula aumentativa et indica que el entierro incluía a Eva. De modo que cada uno estuvo colocado en su lugar apropiado. Por eso la Escritura dice: Estas son las generaciones del cielo y la tierra cuando fueron creados (behibaram) (Génesis 11, 4), que según la tradición significa merced a Abraham (beAbraham). Y bien, las generaciones del cielo y la tierra sólo pueden ser Adán y Eva, siendo producto directo, como lo son, del cielo y la tierra, y no de padres humanos, y fueron ellos los que llegaron a ser establecidos merced a Abraham, pues antes de Abraham, Adán y Eva no se hallaban establecidos en sus lugares en el otro mundo. R. Eleazar preguntó a su padre R. Simeón cuál era la explicación del término Majpelah, que literalmente significa doble o doblado. Dijo: ¿Cómo es que primero está escrito la cueva de Majpelah y subsiguientemente, la cueva del campo de Majpelah, que implica que Majpelah (doblado) era el campo y no la cueva? R. Simeón respondió: Hablando propiamente el término Majpelah no pertenece ni a la cueva ni al campo, sino a algo con lo cual los dos están conectados. La cueva pertenece al campo y el campo a algo más. Pues todo el país de Israel y de Jerusalem está doblado por debajo suyo, pues existe a la vez arriba y abajo, de la misma manera que hay una Jerusalem arriba y una Jerusalem abajo, ambas con la misma pauta. La Jerusalem de arriba tiene una doble vinculación, arriba y abajo; de manera similar la Jerusalem de abajo está ligada a dos lados, al más alto y al más bajo. De ahí que esté doblada. El mencionado campo tiene el mismo carácter, pues está situado allí. La misma referencia está contenida en el pasaje como el aroma de un campo que el Señor ha bendecido [42], o sea, arriba y abajo. De ahí que su nombre sea campo de dobla-dura, pero no campo doblado. Además, la implicación esotérica del término Majpelah se relaciona al Nombre Divino en que la letra he está doblada, aunque las dos son una sola. Ciertamente es verdad que la cueva .era dable, una cueva dentro de una cueva, aunque el nombre cueva del campo de Majpelah tiene una con-notación diferente, como ya se explicó. Abraham, por su parte, que conocía el verdadero carácter de la cueva, al hablar a los hijos de Het la llamó simplemente cueva de Majpelah; como para implicar meramente cueva doble, que también lo era efectivamente. Pero la Escritura la describe como la cueva del campo de Majpelah, y ésta es su verdadera descripción. Pues el Santo ha dispuesto todas las cosas de manera que cada cosa en este mundo fuese una réplica de algo en el mundo superior y que ambas estuvieran unidas de manera que la gloria de El pudiese extenderse arriba y abajo. Feliz la suerte del justo en quien el Santo encuentra pacer en este mundo y en el mundo par venir. Y Abraham era viejo, había entrado en días; y el Señor bendijo a Abraham en todas las cosas. R. Judá discurrió sobre el versículo: Feliz es el hombre a quien elegiste y acercaste, para que pudiese morar en tus palacios [43]. Dijo: Este versículo puede explicarse de la manera siguiente: Feliz es el hombre cuyos caminos son rectos ante el Santo y en quien El encuentra placer como para acercarlo a Sí mismo. Observad cómo Abraham procuró acercarse más y más a El, haciendo de El objeto de su anhelo durante el conjunto de sus días. No justamente un día, o justamente cada día, ahora y entonces, sino con sus obras que avanzaban día a día de grado a grado, hasta que, cuando fue viejo, se elevó al gradó más alto que le era adecuado. De ahí que leemos que cuando Abraham era viejo había entrado en días, es decir, entró en esos días superiores, los días familiares en la doctrina de la fe verdadera. Además, el Señor bendijo a Abraham en todas las cosas (ba-kol); la región llamada kol es la fuente de donde salen todas las mercedes y bendiciones. Felices son los penitentes que en el espacio de un día, de una hora y hasta de un segundo pueden acercarse al Santo, tan próximamente como aun el justo verdadero en el espacio de muchos años. Abraham, como ya se dijo, sólo alcanzó este grado cuando fue viejo. Así también aconteció con David, de quien está escrito, y el Rey David era viejo, entrado en días [44]. Pero el penitente encuentra inmediatamente entrada y es traído cerca del Santo, Bendito Sea. R. Yose dijo: Se nos ha enseñado que el lugar asignado a los penitentes en el mundo futuro es uno en el cual no está permitida la entrada aun a los totalmente justos, dado que aquellos son los más cercanos de todos al Rey; ellos son más devotos y se afanan más intensamente para acercarse al Rey. Pues muchas moradas preparó el Santo, Bendito Sea, para los justos en el mundo futuro, para cada uno de acuerdo a su grado. Está escrito: Feliz es el hombre a quien elegiste y acercaste, de modo que pueda morar en tus palacios, es decir, aquellos a quienes el Santo acerca a El, aquellas almas que ascienden de abajo hacia arriba como para poseer la heredad preparada para ellas; para que pueda morar en tus palacios, es decir las salas y los grados exteriores a que se refieren las palabras entonces te daré acceso libre entre quienes permanecen fieles [45], es decir un grado entre los ángeles santos superiores. Quienes alcanzan ese grado son mensajeros del Señor, al igual que los ángeles, y constantemente son empleados en servicio de su Amo, porque en la vida ellos siempre se empeñaron por permanecer san-tos y mantenerse lejos de toda impureza. En cambio, quien se contamina en este mundo tiende al espíritu de impureza, y cuando su alma lo abandona los espíritus impuros lo contaminan, y su habitación está entre ellos. Pues la habitación de un hombre en eI mundo futuro está de acuerdo con sus afanes en este mundo; de ahí que un tal hombre se halla contaminado por los espíritus de impureza y arrojado en la Guehena. Así, quien se santifica y está en guardia contra la contaminación en este mundo, encuentra su habitación en el mundo futuro entre los superiores ángeles santos, donde ellos llevan a cabo los mensajes de Dios. Estos son los que residen en el Palacio, en el Palacio del Tabernáculo [46]. Pero hay otros que penetran más lejos y de los cuales David dijo estaremos satisfechos con la belleza de tu casa [47]. Aquí se ha de señalar que el plural nosotros estaremos satisfechos, en vez de él, en singular, como se habría esperado, se explica por el dicho de que en el Palacio del Templo sólo se permiten asientos para los reyes de la dinastía de David. Y aun más lejos adentro hay un compartimiento reservado para los piadosos de un grado más alto, a los cuales se refiere el versículo y aquellos que debían instalarse ante el tabernáculo a la izquierda, ante la tienda de reunión hacia el amanecer, eran Moisés y Aarón y sus hijos. .. [48]. Hay, pues, en el mundo futuro una gradación de moradas gloriosas y luces resplandecientes, cada una brillando sobre la otra. Como las obras de los justos difieren en este mundo, así difieren sus palacios y luces ,en el mundo futuro. Además, quedó establecido que aun en este mundo, cuando los hombres de noche duermen y sus almas los abandonan y vuelan por el mundo, no todos se levantan igualmente para contemplar la gloria del Anciano de Días, sino cada uno en proporción a la constancia de su vinculación a Dios y a sus buenas acciones. El alma del hombre que es ensuciado, cuando abandona el cuerpo dormido, se encuentra con catervas de espíritus impuros de los órdenes infernales que atraviesan el universo, y que la llevan hacia aquél por quien ella se inclina. L. revelan sucesos por acontecer en el mundo; ocasionalmente la engañan con falsa información. Esto ya se dijo en otra parte. Pero el alma del hombre digno, cuando lo abandona estando él dormido, asciende y se abre camino a través de los espíritus impuros, que proclaman: ¡haced camino, abrid camino! ¡aquí hay una que no pertenece a nuestro lado! Entonces el alma asciende entre los ángeles santos, quienes le comunican alguna información verdadera Cuando el alma se halla descendiendo de nuevo, todas esas bandas malignas se empeñan por encontrarla a fin de obtener de ella esa información, a cambio de lo cual le conceden muchas otras cosas. Pero la única cosa que el alma aprendió de los ángeles santos es con respecto a esas otras cosas como el grano con respecto a la paja. Es éste un raro privilegio de alguien cuya alma aún se encuentra en este mundo. Aventuras similares esperan a las almas cuando ellas abandonan el cuerpo para partir de este mundo. En su intento de re-montarse hacia arriba han de pasar por muchas puertas junto a las cuales se encuentran estacionadas bandas de demonios. Estos toman las almas que son de su lado y las entregan en manos de Duma para que éste pueda llevarlos a la Guehena. Entonces las toman de nuevo y ascienden y proclaman a su respecto: Estos son aquellos que transgredieron los mandamientos del Señor. Entonces ellos recorren el universo y traen de vuelta las almas a la Guehena. Este procedimiento dura el conjunto de los primeros doce meses. Entonces, después de esto a cada alma se le asigna su lugar apropiado. Por otra parte, las almas dignas se remontan hacia arriba, como ya se explicó, y se les asignan los lugares correspondientes a sus méritos. Por eso son felices los justos, a quienes les están reservadas muchas mercedes en el mundo futuro. Pero para ninguna hay reservada una morada más interior que para aquellas que penetran en las divinas doctrinas místicas y cada día entran en estrecha unión con su Divino Maestro. De tales está escrito: Lo que ningún ojo ha visto, Oh Dios, fuera de Ti, eso será para aquellos que lo esperan [49]. La palabra esperar empleada aquí tiene un paralelo en el versículo ahora Elihu esperaba para hablar a Job [50] y se refiere a aquellos que insisten en cada palabra de la sabiduría esotérica, que la estudian minuciosa y pacientemente para descubrir su verdadera significación y de este modo adquirir conocimiento de su Señor. Estos son aquellos
Posted on: Sun, 20 Oct 2013 00:06:36 +0000

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