SARMIENTO Hace unos minutos, el ministro Randazzo anunció la estatización del tren Sarmiento. Ya no habrá privados intermediarios. Además, anunció nuevas medidas de seguridad que implican nuevos controles psicofísicos a los maquinistas y nuevos procedimientos de conducción. Ojalá todo sea para mejor. Lo extraño es el tono del ministro que parecía enojado por momentos y hablaba altisonante. Eso sí, sin nunca realizar la más mínima autocrítica. Ahora muchos festejan la estatización, cuando esto fue precisamente lo que familiares, usuarios, delegados y tantos otros reclamaban desde siempre. La decisión de traspasar el control desde TBA a otra sociedad donde participaban grupos como Roggio y Romero fue criticada desde siempre. Los oficialistas callaron y festejaron la decisión. Hoy festejan la decisión contraria y se golpean el pecho tomando una medida reclamada desde hace años desde diversos sectores. Pero bueno, como dije antes, ojalá sea para mejor. El tema es lo de siempre con este gobierno y el sistema ferroviario. Randazzo habla como si en estos últimos 10 años hubiese gobernado otra fuerza. Dice que las formaciones tienen 50 años de antigüedad. Que se destruyó el sistema. Pero nada dice de la desidia de este gobierno que desde 2003 hasta hoy no hizo lo necesario para mejorar un servicio esencial para un país en crecimiento. Funcionarios que formaron parte de este gobierno están procesados. Socios político-sindicales están condenados. Obras anunciadas varias veces que nunca se concretan (como el soterramiento o la instalación de un nuevo sistema de señalización). Pero Randazzo nada dice. Que hable con un tono de queja, pidiendo responsabilidad y seriedad es, sencillamente, una falta de respeto y un acto de cinismo. Está muy bien que se tomen todas las medidas de seguridad necesarias. Que haya más controles a los maquinistas. Que mejoren el material rodante. Que se instalen los sistemas de sañalamiento y frenado automático que sean necesarios. Lo que no puedo entender es el cinismo de Randazzo: que hoy anuncien todas estas medidas denota que nada de esto se hizo durante 10 años. Randazzo nada dice de los negociados entre funcionarios de este gobierno, grupo TBA y sindicalistas. Nada dice de las vinculaciones y amistades del gobierno con Pedraza y Maturano. Nada dice los paragolpes hidráulicos que no funcionan. Más allá de las responsabilidades concretas de los maquinistas, el gobierno nada dice de las fallas estructurales del servicio ferroviario. Prefiere optar por teorías conspirativas y deseos suicidas de perjudicar al gobierno. Si este llegara a ser el caso, sería bueno que se sinceren y digan que esa conspiración proviene del mismo sindicalismo del que eran amigos hasta hace 5 minutos. Me llama la atención la falta de precisión y memoria del periodismo y de muchos que dicen que los accidentes sólo suceden en la línea Sarmiento. ¿Acaso se olvidaron del accidente de 2011 cuando un tren de Ferrobaires chocó a una formación detenida del San MArtín, matando 4 personas e hiriendo a cientas? En esa causa también se apuntó a los maquinistas. Pero muchos se olvidaron o se callan respecto a las pruebas que demostraban el estado en que estaba la locomotora de Ferrobaires, con el freno de emergencia anulado, pedales clavados al piso y otra serie de irregularidades criminales. Ferrobaires es una empresa del Estado. Un tren gestionado por el Estado salía a las vías en esas condiciones. Este caso quedó en el olvido mediático y, peor aún, en el olvido discursivo de Randazzo. ¿Acaso desconocen las sistemáticas cancelaciones y demoras de servicios que sufren los usuarios del Mitre o el San Martín? Cualquiera que viaje a menudo sabe que el sistema funciona mal. Muy mal. Casi milagrosamente no hay accidentes de mayor envergadura más a menudo. Es verdad que los accidentes más graves se han dado en el Sarmiento. Pero esto no puede tapar una realidad ferroviaria insostenible. Y Randazzo y el gobierno no pueden hacerse los que no saben y no hablar del estado general del sistema. Una vez más, después de una nueva tragedia, el gobierno sale a anunciar grandes medidas. Medidas todas que deberían haber existido desde hace años. Medidas que no tomó este mismo gobierno y que podrían haber evitado muertes, heridos y tristezas. El gobierno mantiene, como siempre, su discurso cínico, ahistórico y de gambeta retórico-discursiva. Mientras tanto, todos seguimos viajando mal y los accidentes siguen ocurriendo. Ojalá algún día pidan perdón y hagan una autocrítica pública. Y ojalá, algún día, todos nos demos cuenta que por más que se apoye o no a un gobierno, con ciertas cosas no se negocia. La muerte producto de la corrupción no puede ser un daño colateral o algo inevitable. La corrupción no es algo abstracto ni tampoco es una mera parte de consignas de la progresía... No. La corrupción es algo concreto que tiene consecuencias concretas. El tema está en ver si se la acepta o no. Si se sigue eligiendo a corruptos o no. El tema, a fin de cuentas, es si es cómplice o no.
Posted on: Wed, 23 Oct 2013 23:50:42 +0000
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